La semana pasada, el Gobierno de San Juan anunció la adquisición de 42 mil dosis de vacunas contra el dengue, en el marco de un plan provincial de inmunización que beneficiará a 21 mil sanjuaninos. Este programa tiene como objetivo proteger a la población de mayor riesgo, especialmente a quienes ya han padecido dengue, un factor determinante para desarrollar formas graves de la enfermedad en el futuro.

La doctora Liliana Bertoni, jefa de la División Epidemiológica de San Juan, destacó la importancia de este plan en la lucha contra el dengue, señalando que "si bien se anunció como una estrategia valiosa, está dirigida y focalizada hacia un grupo de población con algún factor de riesgo, que en este caso es haber tenido dengue previamente". La vacuna, por lo tanto, no será para toda la población, sino para aquellos que cumplan con ciertos criterios médicos.

Bertoni enfatizó que, aunque la vacunación es una herramienta valiosa, la principal estrategia de prevención sigue siendo la erradicación del mosquito transmisor del virus, el Aedes aegypti.

"La principal estrategia de prevención para evitar un brote de mayor magnitud de dengue es erradicar todos aquellos recipientes o cunas del mosquito", explicó la doctora, refiriéndose a los objetos domésticos donde se acumula agua, como recipientes de plástico, terracota o vidrio, que permiten al mosquito hembra poner sus huevos.

"En el domicilio de cada uno comienza la principal prevención", recalcó Bertoni, insistiendo en la necesidad de que los ciudadanos se involucren activamente en la eliminación de posibles criaderos de mosquitos.

En cuanto al proceso de vacunación, Bertoni explicó que la estrategia "se decidió empezar por aquellas personas que tuvieron dengue y que han sido notificadas al sistema de salud SISA en nuestra provincia", lo que abarca aproximadamente a 2.500 personas. Estas personas, identificadas previamente en los registros sanitarios, serán las primeras en recibir la vacuna.

Para aquellos que pudieron haber contraído dengue pero no quedaron registrados, la doctora detalló el procedimiento a seguir: "A partir de los primeros días de octubre, la población va a tener disponible un QR que llevará a un formulario de Google donde se solicitarán datos como nombre, apellido y la confirmación de que no tienen contraindicaciones para la vacuna". Estos formularios se cruzarán con los registros de SISA, y aquellos que coincidan serán turnados para la inmunización. Para quienes no estén en el sistema, se planificará una segunda estrategia.

En cuanto a la posibilidad de que existan personas que hayan tenido dengue pero no fueron diagnosticadas oficialmente, Bertoni fue cautelosa: "Es relativo y probablemente vamos a tener un segundo tiempo de análisis donde cruzaremos la estadística probable con los pacientes que accedan a este formulario". Además, subrayó que la adherencia a la vacunación también es un factor crucial, señalando que en otras provincias, solo un 40% de la población objetivo ha accedido a inmunizarse.

Bertoni aclaró que la vacuna 'no es obligatoria por ley': "Es una vacuna que tiene una eficacia del 90% para prevenir la enfermedad febril en una reinfección y del 80% para prevenir la hospitalización", explicó. Sin embargo, al ser una vacuna de virus vivos atenuados, no es adecuada para toda la población.

"Los menores de un año, los mayores de 60 años y las embarazadas no deben recibirla", advirtió, junto con otros grupos de riesgo como aquellos inmunocomprometidos o que hayan recibido transfusiones de plasma fresco.

Además, la doctora puntualizó que la vacuna "requiere para su compra y aplicación una prescripción médica", dado que no está incluida en el calendario nacional de inmunizaciones.

Finalmente, Bertoni concluyó que "la vacuna es una herramienta más", pero insistió en que la erradicación del mosquito vector sigue siendo la medida preventiva más efectiva.