Producción vitivinícola: "La perspectiva climatológica no es buena"
Según Adriana Garde, pequeña productora de uva, la falta de agua y los daños provocados por fenómenos como el granizo han llevado a la pérdida de cultivos.
La producción vitivinícola en San Juan atraviesa un escenario incierto y preocupante, especialmente en la producción de uva en fresco, un cultivo clave para la economía local. En este contexto, Adriana Garde, pequeña productora de uva, compartió su visión sobre los desafíos que enfrenta este sector, apuntando a factores como la falta de agua, las pérdidas de producción y los bajos precios que se ofrecen por la fruta.
"La perspectiva climatológica no es buena", expresó Garde, quien destacó que el cambio en las condiciones climáticas ha afectado gravemente a los productores de la zona. Según la productora, la falta de agua y los daños provocados por fenómenos como el granizo han llevado a la pérdida de cultivos. "Hemos perdido ya una hectárea y media por la escasez de agua. Además, la bomba del pozo se rompió por segunda vez", detalló.
En la actualidad, muchos productores, especialmente los pequeños, enfrentan una dura realidad. Garde explicó que, pese a haber trabajado arduamente para obtener un buen producto, el mercado no ha respondido como se esperaba. "Llegamos con un producto excelente, pero no tuvimos compradores", lamentó.
La caída de los precios también es un factor determinante en la crisis del sector. "El precio de la uva en fresco era de 450 pesos, pero esta última semana me ofrecieron 340. Se podría haber vendido a 900 o 1000 pesos", señaló Garde, evidenciando la fuerte disminución de los precios y las dificultades de los productores para obtener ganancias.
A pesar de las dificultades, Garde y otras productoras no se dan por vencidas y están buscando alternativas para defender el valor de la uva en fresco. "Desde el año pasado, con otras productoras, comenzamos a trabajar en la elaboración de los papeles y permisos necesarios para posicionar la uva de la mejor manera posible", comentó. Además, detalló que se están organizando con el transporte y las cuadrillas de trabajo para optimizar el proceso de cosecha y empaquetado.
Uno de los puntos clave en esta situación es la disparidad en los precios y las condiciones de comercialización. Según Garde, las grandes empresas de elaboración de mosto prefieren trabajar con grandes productores que tienen un volumen garantizado, lo que deja a los pequeños productores en una posición más vulnerable. "Muchas veces a las grandes empresas les conviene trabajar con un solo productor grande, porque eso les garantiza seguridad. Los pequeños productores, en cambio, debemos lidiar con la falta de contactos y la dificultad de trasladar los productos de una finca a otra", afirmó.
La situación actual pone en riesgo la estabilidad de la industria vitivinícola local, que, según Garde, es esencial para la economía de la región. "La gente tiene una visión idealizada de la industria, pero la realidad es que los pequeños productores estamos luchando para sostenerla", concluyó Garde.