¿San Juan pudo haber conservado el estilo colonial con el que contaban muchos de sus edificios antes del Terremoto de 1944? Es una pregunta que surge a medida que se va conociendo la previa, el horror y el post de la catástrofe que sacudió a la provincia ese sábado 15 de enero a las 20:49.

En pocos segundos, el fuerte sismo de 7, 4º en la escala de Ritcher sepultó el 90% de San Juan. La historiadora Verónica Robles, personal del Archivo General de la Provincia, indicó a Diario 13 que, luego de la tragedia, que se cobró aproximadamente más de 10.000 vidas (el 80% de la población en ese entonces), la primera medida, de acuerdo a los relatos y lo que se pone en conocimiento por medios de la época, fue el corte de luz de parte de la central eléctrica, donde el señor Fernando José Angelini; era Jefe de máquinas de la Compañía de Electricidad de los Andes. Esto permitió evitar otras catástrofes a causa de los focos de incendios, la lluvia que le siguió al gran movimiento telúrico y la oscuridad, debido a la hora que fue el fenómeno.

Imagen gentileza del Departamento Archivo Histórico, Archivo General de la Provincia

La arquitecta Andrea Moyano, jefa técnica del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), señaló a este medio, que, de acuerdo a relatos de sobrevivientes, en los días previos a ese 15 de enero, hubo dos sismos que fueron percibidos, pero sin cuidado.

“A pesar que la tierra se movía cada tanto, en esos años no había una concientización de prevención sísmica, a pesar de los antecedentes del Terremoto del 1894, es por eso que la mayoría de las edificaciones se seguían construyendo sin un cuidado normado sismo resistente”, destacó Moyano.

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Incluso, la arquitecta explicó: “Eran edificaciones levantadas con técnicas y materiales, propias de las construcciones coloniales, la mayoría de las edificaciones eran de mamposterías de adobe con techos de caña y palo, y algunas muy antiguas, deteriorada por el paso del tiempo”.

El Terremoto de 7, 5º que sufrió San Juan en 1894 fue el puntapié inicial para que en la provincia se comenzaran a realizarse estudios sismológicos, valiéndose de instrumentos con lecturas de sismos registrados. Sin embargo, de esta experiencia telúrica no se evaluó el daño edilicio importante y la técnica e ingeniería constructiva de las edificaciones existentes y a construir en todos sus componentes estructurales y materiales para resistir a un terremoto. Es decir, no se tuvieron en cuenta construcciones sismorresistentes.

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Las autoridades y el sector científico de la época en la provincia, no tuvieron en cuenta que un futuro terremoto provocaría serios daños edilicios, porque la cantidad de víctimas fatales fue menor a 100, lo que no habría despertado una alarma que sirviese de prevención a futuro. “Al 1944 no existían normativas de edificación sismo resistente, solo se cumplía con ordenanzas municipales de orden urbano y edilicio”, aseveró la arquitecta.

Según data en el Manual de Prevención Sísmica del INPRES, en 1944, alrededor de 80% de las edificaciones que estaban construidas en adobes se derrumbaron durante el terremoto y las réplicas, no pudiendo resistir a un sismo de magnitud importante. De hecho, los registros fotográficos dan bastante data del aspecto colonial de la ciudad pre 44’.

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Un artículo del viernes 14 de enero de Diario Tribuna (medio provincial de la época), facilitado a este medio por el Archivo General de la Provincia, muestra el estado de muchas viviendas aledañas al casco histórico de San Juan. En uno de sus artículos, titulado “Amenazan derrumbarse en San Juan muchas casas”, se detalla que la casa estaba en un avanzado estado de deterioro, presentando un peligro no solo para sus moradores, sino para cualquier transeúnte circunstancial. La imagen elegida por el periodista es el mejor respaldo de la noticia, mostrando la fachada del domicilio con notables grietas y dos largos puntales que ayudaban, que aparentemente ayudaban a sostenerla.

La historiadora Robles indicó que la Catedral fue uno de los edificios que se mantuvieron en pie, aunque con serios daños. El Consejo Nacional de Reconstrucción (ente dependiente del Ministerio del Interior) decidió que, a pesar de contar con una rica historia (el templo fue construido por los Jesuitas en 1750, llevando varios años de construcción), debió de ser derrumbada por seguridad y para construirse una iglesia con características sismorresistente.

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Moyano precisó que las edificaciones que se mantuvieron estables fueron aquellas diseñadas y construidas por idóneos en técnicas avanzadas constructivas e ingenieriles, calculadas con estructuras encadenadas, fundaciones adecuadas y materiales industrializados, resistente al tiempo, que, sin pensarlo, en su momento de construcción pudieran resistir y resisten a terremotos.

Un ejemplo emblemático de construcción que resistieron al gran movimiento telúrico fue el Colegio Nacional. Incluso, sus aulas sirvieron de hospital de emergencia.

El Consejo de la Reconstrucción de San Juan tuvo la responsabilidad de la elaboración de un código de edificación de aplicación obligatoria de toda obra pública y privada dentro de la provincia. El mismo, es el que se utiliza en la actualidad con sus respectivas actualizaciones realizadas luego de los terremotos de 1977 y 2021 y otros fuertes sismos sufridos por la provincia.

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La arquitecta quien trabaja en el IPV, indicó que en dicho Código de Edificación se establecieron las prescripciones técnicas para el diseño, cálculo y construcción de estructuras sismorresistente. Fue así que también crearon un organismo de control que tenía como objetivo cumplir lo especificado en el Código, encargado de revisar y aprobar los proyectos de obras públicas y privadas, hoy la DPDU.

Muchos años después de ese movido comienzo de enero de 1944, en 1973, se creó el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), encargado de estudiar los materiales, elaborar y actualizar los reglamentos para construcciones sismorresistente a nivel nacional.

Por su parte, Jorge Cocinero, miembro de la Asociación Civil para la Conservación y Defensa del Patrimonio Sanjuanino de (ACODEPAS), relató que las Estaciones de Ferrocarril San Martín y Belgrano se mantuvieron en pie, aunque con algunos daños que pudieron restablecerse rápidamente.

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Cocinero indicó que otros edificios que se mantuvieron en pie fueron la Casa de Sarmiento, que, sin embargo, los daños en su interior fueron significativos, y la Iglesia del Convento de Santo Domingo. El templo centenario no corrió con la misma suerte que la casa natal del prócer, siendo derrumbada y construida nuevamente en el mismo lugar, perdiendo todo tipo de estilo colonial, para pasar a ser una iglesia con características modernas para la época. Hasta la fecha, los frailes dominicos aseguran que el templo no necesitaba ser derrumbado enteramente.

Cocinero coincidió con Robles y Moyano, al afirmar que la conservación del San Juan colonial no hubiese podido ser posible. El titular de ACODEPAS indicó que las estructuras de las construcciones en ese 1944, quedaron inutilizables en muchos de los casos, puesto que estaban construidos con adobe y techos de cañizo. “No tenían la condición sísmica que deberían tener para poder mantenerse”

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Además de la Casa Natal de Sarmiento y el Colegio Nacional, el Hospital Rawson y la Escuela Normal Sarmiento se mantuvieron de pie. Esto se debió, según indicó Moyano, a que tenían condiciones de construcción más industrializadas para la época.

El Estadio del Parque de Mayo sufrió severas consecuencias, especialmente en una de sus tribunas. Las casas natales de los próceres como Fray Justo Santa María de Oro, el Doctor Francisco Narciso de Laprida, el Doctor Salvador María del Carril también sufrieron serios daños.

En la lista de los edificios que fueron derribados por peligro de derrumbe, debido a lo deteriorado que habían quedado y a las reiteradas replicas posteriores, se encuentran la Casa de Gobierno, la Legislatura y el Palacio de Justicia, así como también el Palacio Municipal, el edificio del Consejo de Educación, entre algunos.

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Para la reconstrucción, una de las prioridades fueron las viviendas de emergencia, y luego barrios. El Consejo Nacional de Reconstrucción de San Juan, junto al Banco Hipotecario Nacional y IPV levantaron casas o casillas de emergencia ubicadas en plazas o parques al aire libre.

Robles contó: “La emergencia radicó la construcción de barrios de carácter precario, surgieron así veinticinco barrios en zonas suburbanas con varios problemas de infraestructura básica de servicios. En el Gran San Juan se construyeron alrededor de 7.794 viviendas y en los departamentos de alrededor fueron destinadas 1.930 de las mismas”

Ya en 1948, se sancionó la Ley Nº 12865, donde se acordó un subsidio para la provincia de San Juan, que con el tiempo se fue incrementado, y que estaba destinado para la construcción de viviendas, escuelas y obras de urbanización.

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El terremoto ocasionó no solo pérdidas humanas y materiales, sino también un quiebre en la economía. Se tomó la decisión de reconstruir la ciudad en un mismo sitio, luego de un gran debate de opiniones. Luego de fijada la línea de edificación, se procedió a la apertura y ensanche de calles, y la construcción de los barrios de emergencia. Lo que generó una mano de obra importante (oficios diferentes como albañiles, carpinteros, arquitectos, ingenieros, técnicos constructores, electricistas, entre otros)”, explicó la historiadora.

El San Juan moderno

Gracias a la acción constante del Consejo Nacional de Reconstrucción de San Juan, la provincia se levantó, y si bien en pocos segundos había perdido ese marcado estilo colonial que se erguía como bellísimo, la modernidad se materializó en sus construcciones 

Ejemplo de ello fue la construcción de Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE) entre 1957 y 1962. En el proyecto original, este edificio contaba con la planta baja abierta y permitía la libre circulación entre Central y Mitre.

Otro de los emblemas de la reconstrucción fue el Banco San Juan, que fue construido entre 1952 y1956, en Ignacio de la Roza y Entre Ríos.

En cuanto a la Catedral, que cuenta con una cripta en el subsuelo, una casa parroquial y un Campanil en 1954 colocaron la piedra basal del edificio, siendo construido por etapas e inaugurado el 16 de diciembre de 1979.

El Edifico de Correos fue levantado entre 1952 y 1957. El mismo fue imitación de otros edificios de correos distribuidos por todo el país. En el caso del Banco Nación, su construcción fue en 1950, pasando a ser una de las primeras sedes monumentales con las que se reconstruyó la ciudad.

Entre 1971 y 1976, el edificio de la Municipalidad de la Capital fue erigido con estilo moderno y monumentalista, siendo una de las últimas obras de la etapa de reconstrucción de la ciudad.

Imagen gentileza del Departamento Archivo Histórico, Archivo General de la Provincia

En conclusión, luego de las tragedias y la devastación que ocasionó el Terremoto de 1944, la capital de la provincial volvió a levantarse, dejando el estilo colonial que lucía antes de ese 15 de enero a las 20:49, para dar paso a un San Juan moderno que es una concreta muestra de la resiliencia de su pueblo.