Cuando lo único que pasa por la cabeza es llegar a casa, un asado sorpresa puede ser estimulante para más de un trabajador argentino. Sobre todo, después de haber estado en un incendio forestal patagónico.

Gema Oviedo, esposa del bombero Rubén García, pensó que unos kilos de carne a la parrilla podrían relajar a su marido, que estuvo 10 días combatiendo el incendio en El Bolsón.

“Pasamos muchos nervios. Lo hemos extrañado mucho. Bueno, tenemos un hijo de 4 años que la pasó mal al principio por estar tanto tiempo separado de su padre. Sabía bien donde iba papá. Le costó mucho procesarlo. Siempre estuvimos en contacto, gracias a Dios”, dijo Gema a Canal 13.

“Le expliqué que papá iba a un incendio muy grande en la montaña, donde había muchos árboles. Aproveché imágenes que salían en los diarios para mostrarle como era el incendio. Logró entender muy poco donde estaba papá. Al principio, con las imágenes, se emocionaba, porque  a él le encanta el oficio de bomberos. Dice que cuando sea grande va a ser bombero como papá”, explicó la mujer. 

“Ya con el paso de los días comenzó a extrañar. Pero de a poco fuimos saliendo. Le mandaba audios y videos. Lo veía y estaba más tranquilo”, contó.

Gema recordó que ya había vivido experiencia similar, como la ocasión en que su marido fue a trabajar a Corrientes, hace 3 años. “Es su trabajo. A él le encanta lo que hace. Para él no es una tortura. Él ama la profesión y nosotros, que somos su familia, debemos acompañarlo. Que nos vea fuertes y que no nos quedamos mal”. Para finalizar, contó que “ahora que volvió, se nos han relajado todos los músculos. Vamos a comer un asadito en la casa. Es una sorpresa”.

Un asado de premio, luego de combatir las llamas en la Patagonia

Mariela, cuyo esposo combatió las llamas, relató “que estamos muy emocionados, esperándolos con muchas ansias. Cuando mi esposo se fue, le dije: recordá que tenés una familia que te espera. Angustiados, preocupados, pero felices porque los bomberos ya estén de regreso. Por supuesto que la familia acompaña, pero también se preocupa y se angustia”.

Mientras, su hija, con un casco rojo de juguete, sostenía un cartel que decía: “Te extrañamos, papá. Bienvenido. Te amamos”.

Riesgo

Mientras reconoce que su esposo tiene “un trabajo de mucho riego”, Mariela dijo que “confiamos en la capacidad de ellos. Están preparados. Pero entendemos que es una actividad muy riesgosa y un lugar muy complicado El Bolsón”.