El “Último primer día” (UPD), una tradición que marca el inicio del último año de la secundaria, sigue siendo uno de los momentos más esperados por los estudiantes. Sin embargo, en los últimos años, esta celebración generó polémica debido a los excesos y descontrol asociados, especialmente con el consumo de alcohol. Alumnos de la Escuela Industrial Domingo Faustino Sarmiento y de la Escuela de Comercio Libertador General San Martín de San Juan compartieron con Canal 13 cómo vivieron esta experiencia y desmitificaron algunas de las críticas que suelen rodear este festejo.

UPD: “Éramos 160 personas en una finca y hubo control por parte de los padres”

Ignacio, uno de los estudiantes de último año, explicó que, aunque el UPD suele asociarse con descontrol, en su caso la celebración fue organizada y supervisada. “Fuimos a una finca, éramos alrededor de 160 personas, y todo estuvo tranquilo. Hubo control por parte de los padres”, relató.

Según los alumnos, los padres jugaron un rol clave para garantizar que la fiesta transcurriera sin incidentes. “Cada dos horas, un grupo de cinco o seis padres se turnaba para supervisar. Si alguien se sentía mal o había algún problema, los padres estaban atentos y lo resolvían”, contó Ignacio. Además, destacó la solidaridad entre los compañeros: “Si veíamos a alguien tirado, lo levantábamos y lo llevábamos con los padres. Todos nos cuidamos entre nosotros”.

Frente a la pregunta sobre el consumo de alcohol y los excesos, los estudiantes fueron claros: “Son muy pocos los que se pasan de la raya. La mayoría está bien”, afirmó Ignacio. Aunque reconocieron que algunos compañeros pueden excederse, insistieron en que la mayoría de los alumnos disfrutó de la celebración de manera responsable.

“No dejaban entrar a cualquiera que estuviera en mal estado, para evitar problemas”, agregó otro de los estudiantes. Esta medida, junto con la supervisión de los padres, permitió que la fiesta transcurriera sin mayores inconvenientes.

“Estamos a principio de año, pero muchos ya tenemos planes. Yo quiero estudiar Ingeniería Civil, y varios de mis compañeros también tienen claro qué quieren hacer”, comentó Ignacio. Sin embargo, reconoció que no todos tienen definido su camino: “Hay algunos que todavía no saben, pero es normal. Lo importante es que estamos todos juntos en esto”.