Acorralado por la Policía, un joven que había ingresado a robar a una vivienda de Marquesado este viernes en la madrugada sacó un cuchillo e intentó resistir el arresto. Pero bastó un disparo de escopeta hacia una pared para hacer que depusiera su actitud.

Todo ocurrió este viernes aproximadamente  la 1.44 de la madrugada, cuando un vecino de Marquesado, Darío Santander, se encontraba descansando en su domicilio y escuchó a su perra ladrar por ruidos que venían de su patio.

Decidió asomarse para verificar qué estaba ocurriendo. Así vio cómo un sujeto huía con un bulto en sus manos y al darle la luz de la calle pudo observar que vestía remera blanca y tenía un tatuaje en su ojo derecho.

Pudo identificarlo como un vecino de la zona de apellido Ávarez. Santander también vio a otro sujeto vestido de negro. Temió por su integridad física, por eso no salió de su domicilio e inmediatamente alertó al 911.

Cuando llegaron los policías, el daminificado se asomó a la calle y vio cómo los imputados tiraron los objetos que portaban y emprendían la fuga. Uno de ellos fue aprehendido en una vivienda abandonada. 

Pero no fue tan sencillo. Cuando los policías le exigieron la rendición, Roberto Carlos Álvarez, el imputado, sacó un cuchillo de entre sus ropas y se abalanzó contra uno de los oficiales. El otro uniformado disparó su escopeta hacia la pared para disuadirlo. Bastó con eso.

Intervinieron la fiscal de Flagrancia Virginia Branca y el ayudante fiscal Raúl Iglesias.