(INFOBAE) El 29 de diciembre de 2013, Michael Schumacher sufrió un severo accidente mientras esquiaba en los Alpes franceses. Ese día ingresó en estado crítico a un hospital en la ciudad de Grenoble.

Tras algunos días de internación, los médicos lograron estabilizarlo. Pero permaneció en coma desde entonces.

Hasta que el pasado lunes 16 de junio, su vocera confirmó que le habían dado el alta y que había sido trasladado a un hospital universitario en Suiza, donde seguiría un largo proceso de readaptación. Pero poco se sabía del estado en el que había salido.

En estas horas, Bild contó algunos detalles alentadores. Uno de ellos es que dejó de necesitar ayuda mecánica para respirar.

Pero el más importante es su reacción ante las palabras de su esposa. "La voz de Corinna tiene un efecto mucho más fuerte en él que la de cualquier otra persona", publicó el tabloide alemán.

También informó que por efecto del tratamiento, perdió casi 20 kilos desde que lo internaron.

De todos modos, a pesar del optimismo que despertaron las últimas novedades, los especialistas son conservadores respecto de las probabilidades de que Schumacher vuelva a tener una vida normal. El daño cerebral sufrido fue demasiado grande y los más pesimistas creen que tal vez nunca pueda volver a despertar.

Accidente y evolución

El ex piloto alemán, de 45 años, fue inducido a un coma artificial luego de haber sufrido un fuerte traumatismo en la cabeza por una caída cuando esquiaba en la estación alpina de Méribel el 29 de diciembre. A finales de enero, los médicos iniciaron el proceso para despertarlo.

En un comunicado emitido el 7 de enero, la mujer de Schumacher, Corinna, se dirigió expresamente a los medios y les pidió dejar en paz a su familia y al equipo médico.

"Les pedimos por favor que nos apoyen en nuestra lucha conjunta con Michael. Es importante para mí que dejen en paz a los médicos y al hospital para que puedan trabajar tranquilos. Confíen por favor en sus comunicados y abandonen la clínica. Y también dejen por favor en paz a nuestra familia", dijo.

Al ser hospitalizado, el siete veces campeón de Fórmula 1 sufría de lesiones craneanas "difusas y serias".

Tras ser puesto en coma artificial, los médicos iniciaron el 30 de enero una fase de despertar, que consiste en disminuir progresivamente los sedantes administrados, un proceso muy largo.

El 17 de febrero, la Justicia francesa archivó la investigación sobre su accidente, descartando cualquier responsabilidad de terceros.