En el Sistema de Convivencia que Habitamos, asistimos a un Tremendo Desmoronamiento-(Titulo que tomo de Edmund Husserl).
Asistiendo: en el sentido de vivir en este Tremendo Desmoronamiento, y asistir como: mantener, no debilitar, colaborar, desde el componente Efectivo (lo instituido) del Imaginario Social. Aunque el Tremendo Desmoronamiento al que asistimos, es: primero provocado, determinado como contexto de Sociabilidad por el poder político y económico, y después: es mantenido, opuesto débilmente, por la mayoría de los individuos, en la ignorada aceptación de una sociabilidad débil, no inteligente, sin reconocimiento del otro. Y esa Intersubjetividad es precaria, no inteligente, porque los Individuos carecen de una Subjetividad producida por ellos. Llevan una Subjetividad provocada por el sistema de convivencia, en el que predomina el “pensamiento calculador”, que invade con el dogma el Dominio público, donde aquel Individuo se desarrolla. Y fundamentalmente, con los más dañinos de los dogmas: el de la religión y el del mercado. 

“Tremendo Desmoronamiento”, es la aniquilación del Sujeto del Sentido. 

Sujeto del Sentido es Sujeto del Conocer: conocer-conociendo su ser-Sujeto en su hacerse-Sujeto. 
Ser-Sujeto es un momento de hacerse-Sujeto, de ahí que Ser sea la totalidad y también la momentaneidad.

Sujeto del Sentido es lo opuesto de Sujeto del dogma o Sujeto dogmatizado, aún este puede ser un Sujeto de la razón científica o razón calculadora.
Sujeto del Sentido es el que lleva, a la cotidianeidad, su pensamiento a pensamiento meditativo.
El que escucha la apelación de lo conforme a esencia.
Meditación es oposición al calcular y modos del mismo. Es “parase a pensar”. El ser de la Meditación, es: “entrar en el sentido”.
Sujeto del Sentido, es el que entra en el sentido.

El Sujeto debe construirle sentido a su cotidianeidad. Debe escapar al sentido común.
Sentido común es el enrostrado de ignorancia, de religiosidad. Lo que “el sentido común” establece como conceptual cotidianamente no esta cargado por la racionalidad, ni por la intuición, es el sentido que se ha producido en un consenso religioso, en el imaginario atravesado por el dogma y la enajenación.
Debemos decir: darle sentido a lo cotidiano, eso es romper aquel sentido común.

El suceder cotidiano que sucede al Sujeto y en el que el Sujeto sucede, no se sostiene en la racionalidad. Y si todo lo real es racional y lo racional es real, no estamos viviendo una realidad construida, procurada por nosotros.
Se provoca desde el poder político una perturbación en el “dar y recibir razón”, una anulación en la construcción de Sentido, que hace del individuo un Sujeto Racional.
El territorio publico, que es donde se desarrolla el Individuo, está invadido – invasión provocada por el poder político y el poder económico- por el dogma, fundamentalmente por el dogma religioso, que es el más dañino y perturbador del proceso de humanización. El dogma que provoca mayor perturbación en el “haciéndose-Sujeto” del ser-Sujeto.
Es puesto desde los gobiernos (como imposición) su dominio de legalidad y soberanía como racionalidad, como ámbito cotidiano de la razón de los individuos.
Esto encuentra anclaje en un estado previo y permanente de vulneración de la Subjetividad de los individuos.
Desde, y como primordial:
La tecnologización de la sociedad. El imperialismo tecnológico como determinante frente a la necesidad de procurar protección ante los miedos: inmediatos, cotidianos, de una sociabilidad débil, precaria, no-inteligente. Miedos, provocados, que van desde la amenaza de enfermedades desconocidas aun, o que reaparecen por la pobreza, por la ausencia de barreras sanitarias, por la no-consideración de la Salud Publica desde el Estado, que es una de las explicitas maniobras de la destrucción del Sujeto, a la pérdida o precarización del Trabajo.
De un “trabajo” que no es la esencia probatoria del hombre, como lo conceptualiza Hegel. Es el trabajo estructurante-desestructurante, sinónimo de fatiga, deterioro, sacrificio, destrucción del individuo, como lo conceptualiza el capitalismo. Pero, aun, el deterioro de ese trabajo es el deterioro del abrigo y del alimento del hombre.
La tecnologización constituye el círculo de vulneración de la Subjetividad, que es el debilitamiento del carácter, es la debilitación del espíritu de los individuos. 
El espíritu es la totalidad espacio temporal del Mundo de la Naturaleza, que implica el Discurso humano, el cual revela ese Mundo y el Hombre. El espíritu es el ser-en-el-mundo.

Esos miedos se asocian, fortalecen el miedo, la angustia, de ser-en-el mundo.
El mercado gestiona la Salud, las especializaciones médicas, el establecimiento de los centros de salud, la atención de las dolencias son ofertas. Se establece en la ciudad, por donde trajinamos los individuos, una exposición de una disección del cuerpo con las ofertas de reparación – desde establecimientos que tienen la publicidad de los negocios - que contribuye desde el mercado a la vulneración de la Subjetividad por asociación de amenazas a la salud.
La amenaza es permanente, los miedos se convierten en directamente proporcionales a las herramientas de protección, objetos del imperialismo tecnológico, ofrecidos por el mercado.
Protección, a medias, que tenemos los trabajadores que pagamos una obra social, y de la que carecen los que tienen que acudir a la salud pública, con hospitales precarios: sin los recursos sanitarios y con pocos médicos, con sueldos muy bajos y con horarios extensos que hacen vulnerable la atención. 
El aumento y el mantenimiento de la pobreza. Que es de un modo primitivo: falta de educación, ausencia de ejercicio de reflexión, frustraciones sociales, necesidades básicas insatisfechas,  exclusión de los ámbitos de sociabilidad, estrechamiento de la Mundaneidad, ausencia de protección del Estado en aquellas necesidades básicas, precariedad o ausencia del trabajo, que destruye la Subjetualidad (fortalecimiento de la Subjetividad) desde la imposibilidad de alimentarse y abrigarse como inicio, y por lo tanto: la falta de dinero que concluye la exclusión del reconocimiento social.
  
Los miedos y la tecnología, movilizados por el mercado y las políticas capitalistas, conforman el círculo vicioso de la De-Subjetualidad.

Círculo que atraviesa del primero y básico miedo al último y básico miedo que menciono, pasando por otros, de los que tiene mayor relevancia el miedo a la inseguridad. Inseguridad construida por el desmoronamiento en la Sociabilidad, provocado por las políticas capitalistas de destrucción del Sujeto. Que simulan atender con la militarización del territorio público, lo que aumenta la amenaza de esa inseguridad.
“Esa inseguridad”, porque la amenaza de los robos y los asaltos es sólo un aspecto de la inseguridad. 
En ese territorio público, donde sólo ahí, es posible la realización del individuo, individuos despojados, privados, negados a su realización de Sujetos Sociales, y entre ellos y con ellos: individuos que provienen de sectores de marginalidad similares son reclutados y provistos de un arma de fuego, procuran de una manera perversa construir su Subjetividad y su Identidad, conforman un escenario que se reproduce permanentemente por la televisión, artificio fundamental y popular de la tecnologización, como representación para el control social.
Contribuyen a esto y otros sucesos de la cotidianeidad los discursos y los comportamientos de los políticos investidos con el poder de dictar las normas de represión y sometimiento. Carácter del poder del aparato del Estado. Investimento que se anuncia desde la inmunidad y la impunidad y los define como “clase”, reafirmando la división de la Sociedad en “clases”.

La monopolización del lenguaje por la máquina. Lo que determina las reglas de los juegos de lenguaje, con los que se realiza la Sociabilidad.
La maquinización de los actos y de las relaciones humanas, como el traslado de términos de lo humano a la máquina y de la máquina a los actos humanos, del mismo modo que se realiza desde tiempos remotos, el traslado de términos del dogma religioso a los actos en el ámbito de la razón – esto ocurre del mismo modo en la cotidianeidad de la calle que en el ámbito de la academia. Estos traslados son fundamentales en la De-Subjetualidad de los individuos. 

El tremendo desmoronamiento en el que vivimos tiene su manifestación, en cada discurso, en cada acto de los políticos que “administra”, desde el presidente al más estúpido de los concejales. 

Se manifiesta en cada acción, en cada discurso, en cada declaración, donde los dueños del poder político, manifiestan su exultante obscenidad.
Se manifiesta en cada niño que muere por desnutrición.
Se manifiesta en cada hombre y cada mujer de los pueblos originarios que reclama por su Tierra.
Se manifiesta en cada Hombre, en cada Mujer, en cada Niño que vive en la calle.
Se manifiesta en cada Hombre, en cada Mujer, en cada adolescente y en cada niño que se destruye con la droga.
Se manifiesta en cada acto de destrucción de la flora y de la fauna, o de la Tierra, del Agua y del Aire por negocios inmobiliarios del poder económico, protegidos por el poder político – como la deforestación en el Norte, la compra por capitalistas extranjeros y nacionales, de extensiones de tierra en el Sur con cuerpos de agua dulce en su interior que no deben enajenarse - en la destrucción del Eco Sistema en nuestra provincia, del Ambiente (como yo prefiero conceptualizar) con la instalación de “un Estado” que coloniza parte de nuestro suelo, para destruirlo.

No me provocan estos hechos sentimientos nacionalistas, sino conmoción por la destrucción del Sujeto. Constituimos como Hombres el Ambiente y el Ambiente nos constituye. “La Tierra que depende del Hombre que depende de la Tierra”, dice Edgar Morin (la mayúscula en “Hombre” es mío).

Se manifiesta en cada exposición de la Universidad Nacional, Pública y Gratuita, como apéndice de la empresa privada, en la que se desconoce el Sujeto del Conocer, y se procura un operador al servicio de la razón calculadora.    
Se manifiesta en la destrucción de la enseñanza media, en la consideración de la Escuela Secundaria como un trámite administrativo necesario, fundamentalmente para conseguir trabajo. Se manifiesta en la desconsideración de “la Universidad”, en la que aparecen publicidades de “carreras cortas”, “carreras de rápida salida laboral”……. (ofrecimientos de moratorias para la sobrevivencia). 
Se manifiesta en la mayoría de los programas de televisión, en la exposición de los “modelos” de la decadencia: desde la trouppe de modelos y despojos narcisistas, que se reproducen todo el día en todos los programas, y en los argumentos de las series protagonizadas con adolescentes y niños que se reproducen como aquellos despojos narcisistas.
Se manifiesta en cada limosna, denominada “Plan Social” que el gobierno les da a los pobres, para mantenerlos pobres, humillados y excluidos.
Se manifiesta en la multitud y en el aumento de esa multitud de peregrinos, cada año a santuarios e iglesias a pedir y agradecer por comida, trabajo y salud, que deberían tomar como Sujetos Sociales, del Trabajo, de la construcción de la Cultura, de la construcción de su Mundo Histórico y de la protección del Estado.

El Hombre es la Acción Negadora que transforma lo dado.
El Hombre sólo es lo que es en la medida que deviene, su Ser verdadero es Devenir, Tiempo, Historia, y él no deviene, no es Historia sino en y por la Acción Negadora de lo dado, la Acción de la Búsqueda y del Trabajo (no en el concepto que nos propone el capitalismo).

El gobierno que le da la comida, el subsidio, la dadiva, la limosna niega al Hombre, lo animaliza porque le impide la Acción Negadora.
Entonces: lo único que les queda es la Lucha. La Lucha por el reconocimiento, por la transformación, por un lugar en la creación del Mundo de la Cultura, fuera del cual el Hombre es nada.

Los individuos negados de la construcción de la Cultura (Hombres sin trabajo) en el Mundo de la Naturaleza, como el animal, del cual no pueden trascender para construir su Mundo Histórico, su Mundo Hablante.
Los dejan, los mantienen, los anclan en el Deseo Animal. El Deseo es una condición necesaria pero no suficiente de la existencia humana.
El animal sólo llega al sentimiento de sí, pero no a la Autoconciencia.
Del mismo modo que el animal que se alimenta de la planta y depende de ella, siempre dependerá de ella.

El Hombre debe desear humanamente. El deseo de tal Reconocimiento, la Acción que se deriva de tal Deseo, crea y realiza un Yo humano.

Estamos asistiendo a un Tremendo Desmoronamiento.

Procuremos un contexto saludable, seguramente cada uno definirá eso de “saludable”. 
Yo pienso que el Amor, el Conocimiento (como: Conocer-conociendo), la Acción (negadora de lo dado) …….el no ignorar que el Ambiente Nos Constituye y que Constituimos el Ambiente…….nos procuran ese contexto.


Y concluyo con dos textos, para rumiarlos:


(Ultimo párrafo de la conferencia: “La Proposición del Fundamento” de Martín Heidegger, pronunciada el 25 de mayo de 1956 en el Club de Bremen y el 24 de octubre de 1956 en la Universidad de Viena)

“¿Agota la esencia del hombre la definición citada, según la cual el hombre es el animal rationale? ¿Será ésta la última palabra que se pueda decir acerca del ser: que ser significa fundamento? O bien ¿no sigue siendo la esencia del hombre, no sigue siendo su pertenencia al ser, no sigue siendo el esenciar del ser todavía, y de manera cada vez más desconcertante, lo digno de ser pensado? Si así fuera, ¿nos será licito renunciar a lo digno de ser pensado y ello en favor del delirio del pensar exclusivamente calculador y de sus gigantescos logros? ¿O estamos obligados a encontrar caminos en los que el pensar pueda corresponder a lo digno de ser pensado, en vez de pensar- embrujados por el pensar calculador- de una manera que pasa por alto lo digno de ser pensado?
Ésta es la pregunta, la pregunta mundial del pensar. Lo que llegue a ser de la tierra, y de la existencia del hombre en esta tierra, se decidirá en la respuesta a ella.”

(Y del Prefacio de “El viajero y su sombra” de F.Nietzsche; final del sexto aforismo)

“La vida misma nos recompensa de nuestra voluntad obstinada hacia la vida, de esta larga guerra, tal como yo la llevaba entonces, contra el pesimismo de la lasitud; y nos recompensa ya de toda mirada atenta que le lanza nuestro reconocimiento, que no deja escapar ninguna ofrenda de la vida, aunque fuese la más pequeña y la más pasajera. Ella nos da, en cambio, la ofrenda más grande que pueda darse: nos devuelve nuestra tarea”

Por la Vida 
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Y ahora…….

Esto, y para nuestra cotidianeidad que escribo bajo el título de “Tremendo Desmoronamiento”, es una definición, entre otras que tendrán otros observadores, de la habitabilidad del Sistema de Convivencia que llamamos “democracia”. Sistema de Convivencia que “también” pertenece al capitalismo. Y que, entonces, también en este: el Individuo es vulnerable. 
Esta vulnerabilidad es la que expongo con el título “Tremendo Desmoronamiento”.
Desde el mes de diciembre del año pasado, este “escombrarse” de las calles para las vigilias cotidianas - nos reparamos en los sueños, ya que los Sueños son reparadores, según el Maestro Sigmund Freud - se profundiza y se reafirma. El “Tremendo Desmoronamiento” es más tremendo y los individuos estamos ante una mayor vulnerabilidad, se siente cotidianamente y se expone como una estúpida comedia sorprendente con personajes desde las ventanas de un hospicio que carece de moderadores y de atención profesional. Comedia idiota que tiene como protagonista principal, con la presencia y sus habladurías publicas al “elegido presidente”. Sus síntomas y su lenguaje esquizofrénico que sostienen las decisiones de la perversidad.

La mayor desestructuración de un Individuo Racional, que es lo que somos, es “trasladarlo”, ponerlo inmerso, correrlo a un Dominio de irracionalidad. Nosotros, ya conocemos, ya hemos sobrevivido en Dominios de irracionalidad, en cada una de aquellas dictaduras, que se turnaban con las débiles democracias. Claro, aquellas, aun la horrorosa del 76 al 83, tienen de similar el contexto de irracionalidad, “el sometimiento a un contexto de irracionalidad”, con esta realidad de confusión, de desasosiego, toda inexplicable que habitamos. Y en este concepto está lo “esencial” de aquellas y de esta situación, en ese concepto está dado “de lo que son”. En resumen, somos hombres y mujeres que “no estamos situados”, que transitamos por lo inexplicable con la amenaza latente del fascismo.

 En aquellos contextos de irracionalidad de aquellas dictaduras, nos podían arrebatar la Vida de día o de noche. En este contexto de irracionalidad, la expulsión, la exclusión, sus parlamentos de perversidad y de burlas, sus parlamentos incoherentes y amenazantes, aun amenazantes de revisión al horror del 76 al 83, hacen menos violenta la destrucción de la Subjetividad y la perturbación de la Razón…….sólo: menos violentas.

Y para reafirmar y ahondar lo “desestructurante” y dañino de este Tremendo Desmoronamiento, es que fue establecido por el número necesario de “creyentes” votantes, en su ensayo democrático. Es un “Tremendo Desmoronamiento inverso”, fue hecho en “un día de fiesta cívica” que cada tanto festejan hombres y mujeres “haciendo uso” de su “derecho de ciudadanos”…….

Repito, que:
La democracia es un Sistema de convivencia del capitalismo, por lo tanto el individuo es vulnerable” …….o: ¿la realidad que vivimos es sólo una apariencia ideológica o un argumento de quienes escribimos ficción?

Desde diciembre del año pasado habitamos un Tremendo Desmoronamiento (inverso), no como el que conceptualizo tomando aquel tituló de Husserl.
Este es un “Tremendo Desmoronamiento” que tiene origen en el número necesario de “creyentes” que, en su construcción democrática, aquella donde “el pueblo es soberano”, como lo dice el manual, lo escombraron en cada intersticio por los que un hombre o una mujer camina llevando a cuestas lo inexplicable, la confusión, la perturbación a la Racionalidad, entonces, la amenaza a la Sociabilidad…….


                                                                                               Miguel  Montoya Jamed