Boca empató en San Pablo y consiguió lo que puede llegar a ser un buen resultado en caso de hacer pesar su localia. Este martes enfrentó a Corinthians en el cruce de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores. Fue un merecido 0-0 en el cual, si bien los arqueros fueron figuras, sobre todo Rossi por atajar un penal, hubo muchas fricciones e imprecisiones. El martes 5 de julio recibirá al Timao en La Bombonera y seguro la gente jugará su partido.

 El primer tiempo arrancó con ambos equipos estudiándose. Argentinos y brasileros se cuidaban de no dejar ninguna pelota servida a los delanteros, a sabiendas de que los errores son decisivos en estos partidos. Luego con el correr de los minutos se pudo ver a ambos tirando pelotazos a sus extremos para por esa vía tratar de desnivelar.

La cancha no ayudó mucho al buen juego, debido a que el césped había sido regado de más. A lo largo de los primeros 45’ Benedetto, Fernández y Villa se resbalaron.

En cada área hubo dos situaciones de gol. Por el lado de Boca, Benedetto la tuvo dos veces, pero en ambas instancias Cascio contuvo el peligro. Sin embargo, el que se vistió de héroe cerca de los minutos finales de la primera mitad, fue Rossi, que le tapó un penal a Guedes, que había cometido Rojo.

Ya en la segunda mitad se vio a un Xeneize tratando de manejar los tiempos del partido, e hilvanar jugadas en los pies de Pol Fernández y el paraguayo Romero, pero las pocas que generó no las pudo concretar. Para colmo sufrió en dos llegadas del local en las que faltó puntería y le sobró categoría y experiencia a Rojo para despejar en dos oportunidades.

Finalmente fue un magro 0-0 con el que Battaglia debe estar medio conforme. SI bien Boca pareció que quería ir por el gol de la victoria, se encontró durante todo el partido con la segunda figura: el histórico arquero Cascio.  

Empate que solo servirá si Boca hace valer su localia, contagiándose de la segura fiesta que armará los hinchas en la Bombonera.