Después de participar en Tokio 2020, su últimos Juegos Olímpicos, la judoca Paula Pareto fue recibida con gran cariño por sus compañeros del Hospital de San Isidro, que le hicieron un pasillo de honor. "La Peque" terminó con el aislamiento preventivo luego de regresar de Tokio con un diploma y reconocimiento unánime de la comunidad deportiva.

La experimentada judoca de San Fernando regresó a su actividad en el Hospital Central de San Isidro, donde se desempeña cuando no está entrenando o preparándose para una competición deportiva. Allí se encontró con una gratificante sorpresa: aplausos de sus compañeros, las paredes hospital fueron decoradas con globos, y el pasillo de honor.

"Vuelta a la guardia con sorpresa de bienvenida en mi segunda casa. No por nada se le llama residencia, ¿no?”, escribió la atleta en su perfil de Instagram junto a tres imágenes del recibimiento que reflejan la alegría del momento. “¡Gracias por este recibimiento y por tantos años de paciencia y aprendizajes!”, agregó la ganadora de la medalla dorada en los Juegos de Río de Janeiro 2016.

La judoca Paula Pareto viene de atravesar momentos de mucha emoción tras los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en donde cerró su carrera como deportista profesional con un diploma y un enorme reconocimiento por sus logros competitivos. Desde Tokio, La Peque subrayó: “Saben que di lo mejor pero hasta acá llegué, la realidad es que yo siempre dije que doy hasta la ultima gota y hasta acá di todo. Me ganaron en buena ley pero ya está, estoy contenta con donde llegué, no pensaba llegar a estos Juegos, pero llegué y gané un diploma olímpico que no es para nada despreciable”, dijo en referencia a los distintos obstáculos que debió superar, fundamentalmente algunas lesiones.

Fuente TN