El martes 2 de enero fue el primer día hábil del año y con ello se conoció una noticia desagradable para la mayoría de los argentinos. Es que las petroleras anunciaron el incremento en los combustibles y con eso lo que significa en un país atravesado por la elevada inflación.

Los picos de las estaciones de servicio estuvieron abiertos todo el tiempo y no pararon de funcionar prácticamente, siendo una muestra de cómo los sanjuaninos intentaron ganarle al incremento, aunque sea unos pocos o miles de pesos.

La clara intención de ahorrar por un lado se posiciona en el contraste de lo que es inevitable para el sector del comercio, como es esperar la llegada de la nueva mercadería con un incremento en sus costos.

El gasoil con el que se nutren los camiones y todo el transporte pesado en el que se mueven los productos por las rutas del país, cada vez que sufren un incremento golpean de lleno e inmediatamente en los locales comerciales, según explicó Laura Zini, presidente del Centro Comercial de la Ciudad de San Juan, uno de los más grandes e importantes de la provincia, junto con el de Rawson.

‘Los aumentos de combustible tienen repercusión casi inmediata porque impactan directamente en el costo de los fletes’, explicó Zini, haciendo referencia a que no cuentan con un margen de gracia cuando existen esos aumentos.

La titular del Comercio sanjuanino señaló también el motivo por el que impacta de lleno el aumento al decir que ‘la mayoría del comercio tiene sus proveedores en los centros de distribución fuera de la provincia por lo que estos aumentos se trasladan de forma directa’.

Este tipo de reacción en cadena le da sentido a la frase popular de que ‘cuando sube la nafta sube todo’, siendo un claro ejemplo lo que sucede en el comercio cuando aumenta el combustible.