Tres propuestas locales de innovación científica y tecnológica en tiempos de crisis
El cultivo de trigo camina a paso firme en Jáchal; un residuo olivícola como biocombustible y un excedente de la cocción de cerveza con aplicaciones multiuso; todo con materia gris y materia prima sanjuanina. En esta nota te contamos los detalles.
Un proyecto de reintroducción de cultivo de trigo en Jáchal camina a paso firme
Desde hace tres temporadas, productores de Jáchal y el Molino Rosas trabajan para reintroducir el cultivo de trigo en el departamento. Comenzaron con 6 hectáreas en 2020, 10 en 2021 y este año estarán entre las 15 las 20.
Se trata de una de las materias primas tradicionales que nuevamente se producen en tierras jachalleras, con la intervención y asistencia del INTA, la UNSJ, el CONICET y la municipalidad. La materia prima, grano comestible o semilla para la siembra, es intercambiada por dinero y/o harina para consumo familiar de los productores. Viaja dese el departamento del norte hacia el Gran San Juan, al sur de Santa Lucia.
Uno de los problemas actuales es la falta de tecnificación del sector, una trilladora moderna permitiría reducir pérdidas, mejorando los rendimientos. La idea es que se genere un mercado interno para el autoabastecimiento, con la posibilidad proveer a otras provincias.
Aceite de Borra: de residuo contaminante a biocombustible
El aceite de borra es un residuo muy contaminante de la industria olivícola, que muchas veces no se utiliza y se destina a empresas para la quema.
Un proyecto de investigación la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, a cargo de la directora María Fernanda Sardella ha trabajado en la obtención de biodiesel a partir de este desecho con un rendimiento del 70%. Para lo cual, también se produjeron carbones activados que aumentan la velocidad de la reacción.
En el mercado se trabaja con aceites con rendimientos por encima del 90%. Sin embargo, tiene potencial para ser industrializado y obtener un biocombustible. La idea de tiene dos grandes desafíos: por un lado, el costo de separación para poder refinar el producto y lograr índices de rendimiento competitivos en el mercado. Y por el otro, pensar en una producción residual de otras industrias aceiteras y trabajar de forma continua en el contra ciclo productivo del olivo.
Bagazo de cerveza, el residuo “de oro” con propiedades multiuso
Un proyecto de la UNSJ a cargo de las investigadoras Rosa Rodríguez y Paula Fabani, logró la recuperación de un residuo de la industria cervecera con un fin multipropósito. Se trata del bagazo, un sobrante de la primera cocción de la cerveza que, mediante un proceso de secado, puede convertirse en harina para diferentes panificaciones.
Como alimento ha sido incorporado al Código Alimentario Argentino y se utiliza en preparaciones dulces y saladas, como budines o pizza, aportando fibras naturales y proteínas. El equipo de investigación obtuvo un aporte del Ministerio de Ciencia con el fin de desarrollar un deshidratador para secar el bagazo con energía solar y crear una fábrica móvil para vender el producto envasado.
El bagazo seco que no se usa para harina se lo transforma en carbón vegetal, como mejorador de suelo y como suplemento para cultivo sin suelo (hidroponía). Tiene propiedades contra parásitos del cultivo y reduce el uso de fertilizantes industriales. Esta etapa aún se encuentra en desarrollo.