Las ventas a persianas bajas es una modalidad que han adoptado algunas tiendas que de ropa que se ha acentuado luego de la pandemia y persiste hasta hoy en día por la caída del consumo. Los negocios se encuentran en un momento duro, por lo que deciden liquidar el remanente de productos, a precios accesibles.

“Teníamos una tienda de ropa, pero nos quedan pocas cosas”, dijo Enrique a Canal 13 que abrió su local, Bronco, en Rawson. “Lo que pasa es que está muy cara la ropa en la preventa y no hay mucha salida”, manifestó.

También es el caso del local Magoya en capital que debió cerrar sus puertas, “cuando empezó la pandemia empezó cada vez menos. Lamentablemente tengo un montón de ropa pero la gente no compra. No se puede subsistir”, dijo la propietaria.

Se trata de un emprendimiento paralelo a su gráfica, que la combinó con la venta de ropa, “arranqué para probar, me fue bien al principio y cuando arrancó esta época de frio invierno las cosas estaban incomparables y la gente no consumía nada”.

Sin embargo la caída del consumo ha afectado fuertemente al sector, “tengo una gráfica y a la vez había invertido en ropa, realmente hacía varios meses que no vendía nada y empecé a liquidar lo que tenía".

A si mismo remarco que el problema comenzó con la pandemia, que pese a que la situación sanitaria ha mejorado, no han recuperado el nivel de ventas, “El problema fue cuando empezó la pandemia, luego de que terminó el invierno vendimos un poquito con el negocio cerrado. La gente pregunta, pero no compra o compra una remerita cada tres meses”.