Su expareja estaba a punto de morir y él no tuvo mejor idea que robarle. Es así como se apoderó de una libreta en la que figuraban las claves de la cuenta bancaria de la mujer y se realizó múltiples transferencias. Esto lo hizo hasta dejar en cero la caja de ahorro de la víctima. Lo que no se percató es que las últimas transacciones las realizó cuando ya había fallecido.

Medios de Neuquén explicaron que la maniobra fue advertida como un fraude. Todo ello fue alertado por la entidad bancaría que generó un investigación que arrojó como resultado que el titular de la cuenta de destino es el que había realizado las operaciones. Posteriormente el fiscal del caso, Marcelo Silva, le formuló cargos al hombre por el delito de estafa en carácter de autor en una audiencia. 

Desde la fiscalía aluden a que el imputado se aprovechó de la internación a causa de una enfermedad de una mujer con la que había tenido una relación afectiva y realizó distintas transferencias bancarias de la cuenta de la víctima hacia la suya. Esta mujer ya fallecida no tuvo hijos, por lo que sus padres iniciaron los trámites de la sucesión y allí advirtieron el vaciamiento deliberado de la cuenta bancaria. 

La relación de esta pareja finalizó una año antes de la internación por lo que aluden a que el hombre robó las claves para luego comenzar con la estafa de la mujer que padecía leucemia. El robo habría sido de más de $992.000 y más de 12.500 dólares.