En General Rodríguez  aún hay conmoción por el violento ataque que sufrió un niño de 12 años dentro de la Escuela Secundaria N°13, ubicada en la localidad de Las Malvinas. El menor fue brutalmente golpeado por sus compañeros luego de negarse a compartir sus golosinas, y permanece internado con pronóstico reservado en el Hospital Vicente López y Planes.

Mara Bueno, enfermera y vecina del barrio, fue quien brindó los primeros auxilios al niño. Llegó al establecimiento tras un llamado urgente de su yerno, primo del menor agredido, que también asiste a la misma escuela. "Me dijo que su primo tenía hundida la cabeza", relató la profesional en diálogo con el programa Arriba Argentinos.

La mujer vive a apenas una cuadra y media del colegio y no dudó en correr hasta el lugar. Al llegar, se encontró con una imagen alarmante: "La preceptora lo estaba sosteniendo torcido, en la dirección". El niño, si bien estaba consciente, no lograba responder las preguntas básicas para evaluar su estado neurológico: no recordaba qué había pasado, qué día era, ni cómo había llegado hasta allí.

“No lo tenían que haber tocado”, explicó Mara, quien improvisó la atención médica inicial junto a su yerno, que acercó un cuello ortopédico para inmovilizar al niño. Minutos después, llegó la ambulancia convocada por la institución, pero la situación dio un giro inesperado.

“Cuando le empiezo a pasar el parte al médico, la preceptora me saca del lugar para que no diga que el nene había perdido el conocimiento”, denunció la enfermera. Según su testimonio, la autoridad escolar aseguró al personal médico que el menor no había tenido pérdida de conciencia, algo que contradice su evaluación.

Indignada, Mara expresó su preocupación no solo como profesional de la salud, sino también como madre. “Me dio bronca, porque mis hijos van a esa escuela y no es la primera vez que pasa algo así. A mi hija, hace dos años, le dieron la cabeza contra el cordón”, recordó.

También cuestionó la falta de medidas preventivas por parte de la institución: “Eran cuatro los chicos que lo golpearon. Yo no entiendo por qué no cierran ese acceso que tienen. Mis hijas tomaron la medida de filmar cómo lo dejan abierto antes de cerrarlo. Estoy cansada de no saber si mis hijos están bien en el colegio”.

La familia del niño agredido se encuentra atravesando momentos de profunda angustia. Tanto el hijo como el yerno de Mara están afectados emocionalmente por lo ocurrido. “Eran muy unidos con él”, dijo.

Por su parte, desde la dirección de la escuela se convocaron a dos reuniones para este lunes —una por la mañana y otra por la tarde—, en las que se pidió a las familias no asistir con los alumnos. Sin embargo, Mara cuestionó esa decisión: “Los chicos son la voz de lo que pasa ahí adentro”.