Este viernes, el Consejo Federal de Salud (COFESA) informó que se diferirán las segundas dosis de todas las vacunas para inocular a la mayor cantidad posible de personas y de esta forma poder aminorar el impacto de la segunda ola de Covid 19. Ante la baja viabilidad de una nueva cuarentena por sus consecuencias económicas y sociales, la vacunación masiva se impone como medio principal junto a las medidas restrictivas y de refuerzo de controles que se oficializan esta semana.

El plan de postergación de la segunda dosis había sido un tema espinoso a mediados de enero. La ministra Carla Vizzotti aún estaba a cargo de la Secretaría de Acceso a la Salud, bajo el mando de Ginés González García, cuando deslizó en una entrevista que “los intervalos de interdosis de las vacunas son como mínimo de 21 días, pero si pasa más tiempo entre una y otra aplicación no es un problema relevante”.

En aquel momento las palabras de la funcionaria causaron polémica en el debate público porque se especuló con la posibilidad de que no se fuera a aplicar la segunda dosis. De hecho fue el propio presidente Alberto Fernández, quien suspendió ese plan, que ahora se reflota con la decisión del COFESA y la llegada de 3 millones de dosis de la vacuna china Sinopharm.

En Casa Rosada evaluaron en las últimas semanas que la decisión sobre la extensión del “intervalo interdosis” de las vacunas quede en manos de los gobernadores. La delegación en las provincias se basa en el principio de federalismo que rige el sistema sanitario argentino, según el cual cada jurisdicción tiene potestad sobre las políticas relacionadas con cuestiones de salud.