Continua la conmoción por la tragedia ocurrida en el barrio privado Fincas III. Un adolescente de 14 años disparó contra su familia, asesinó a su padre, hirió de gravedad a su madre y lesionó levemente a su hermana de ocho años. Luego, intentó suicidarse y falleció el miércoles  pasado.

El ataque se desató en el lote K20, donde Ramiro Rotelo, de 49 años, recibió un disparo en el pecho que le provocó la muerte en el acto. Su esposa, Ruth Semeszczuk, de 48 años, permanece internada en estado crítico tras haber sufrido una herida en el tórax. La hija menor de la pareja, aunque fue alcanzada por una bala, está fuera de peligro.

La familia, descrita como unida y sin problemas aparentes, se encuentra desconcertada ante los hechos. “Nadie entiende qué pudo pasar, estamos igual de consternados”, expresó Lucía Rotelo, prima hermana de Ramiro.

Ramiro, ingeniero químico egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), era reconocido por su destacada trayectoria profesional en empresas como BASF y por haber fundado recientemente una firma de membranas. Ruth, por su parte, es médica forense especializada en traumatología, con experiencia en reconocidos hospitales y sanatorios.

La pareja se conocía desde el secundario y había construido una relación de más de una década antes de formar su familia. Según Lucía, el hijo mayor, B., quien protagonizó el trágico episodio, había tenido una infancia normal. "Era un nene feliz, jugaba al ajedrez y había ganado un torneo hace poco", agregó Mariano, otro primo de la familia.

No obstante, se reveló que el adolescente estaba bajo tratamiento médico y medicación, aunque según los familiares, su situación estaba “controlada”.

Tras la tragedia, surgieron especulaciones sobre la procedencia del arma utilizada. Familiares negaron que Ramiro fuera instructor de tiro y sugirieron que el arma podría haber estado en la casa por motivos de seguridad. “Mi primo era una persona intachable; jamás imaginamos algo así”, afirmó Mariano.

El caso es investigado por el fiscal Federico Weinstein, del fuero de responsabilidad juvenil, quien aguarda el testimonio de Ruth para esclarecer los hechos. Sin embargo, al no haber personas a imputar, la causa podría ser cerrada próximamente.

Vecinos del barrio privado han colaborado con declaraciones, aunque hasta el momento no se han obtenido datos significativos. Además, la falta de cámaras de seguridad en la casa dificulta la reconstrucción de los acontecimientos.