Los datos pocos conocidos del sanjuanino que la rompe en la tele
El sanjuanino Darío Barrasi, que lidera las tardes con Cien argentinos dicen, ya se convirtió en una sensación en redes por su carisma.
El sanjuanino Darío Barrasi lidera las tardes con Cien argentinos dicen. Sus expresiones se convierten en stickers y memes mientras más de dos millones de personas lo siguen en su Instagram. Estos son algunos datos curiosos que quizás no sabías del querido conductor y actor que enorgullece a la provincia.
-Nació el 5 de noviembre de 1983 en la provincia de San Juan. Su nombre es Darío Tadeo Pacheco Barassi y en su adolescencia usaba su primer apellido. Al nacer, pesó seis kilos.
-Él y sus hermanos, Fernando y Leandro, se llaman Tadeo como segundo nombre. Laura Barassi Farrugia, su mamá, le hizo esa promesa a San Judas Tadeo para que nacieran saludables.
-Su abuelo era bodeguero y su papá, Fernando Alberto Pacheco, abogado. Eran una familia tradicional y conservadora de San Juan, por eso a veces lo tildan de “tipo bien”. Admite que en su casa se comía “con 14 tenedores de cada lado”.
-Su árbol genealógico muestra que es bisnieto de un intendente de la ciudad de San Juan y sobrino nieto de Alfonsina Storni.
-Su papá murió por una mala praxis durante una cirugía de rotación de cadera. Darío apenas tenía cinco años. La ausencia de su padre es una constante de sus chistes.
-Su mamá se quedó viuda a los 32 años y con tres hijos. Darío asegura asegura que es “una madre excepcional” y “la mejor hacedora de vitel toné en la tierra”.
-12 años después Antonio, el segundo marido de su mamá, murió de cáncer. Darío tenía 17 años.
-A los 10 años, le temía al payaso de la película It y por eso se bañó durante un mes con la cortina abierta de la ducha.
-Era muy observador, el parodiador de la familia. Esperaba los cumpleaños y las Navidades para cantar temas de Juan Luis Guerra y de Clericó con Cola e imitar a sus parientes en los “shows” de cada reunión.
-Pese a sus dotes histriónicas recién en quinto año lo dejaron estudiar teatro. En su casa primero era la escuela, el deporte, inglés, francés y al final, las actividades artísticas.
-Excelente alumno, fue abanderado y escolta. Dice que siempre fue “bastante ñoño”. “Me gusta estudiar, leer, tengo buena memoria, así que la carrera no me costó, por más que no tuviera vocación”.
-Se mudó a Buenos Aires en el año 2003 para estudiar Derecho, luego de haber logrado superar la culpa de dejar a su mamá viuda reciente, y por segunda vez.
-“Me acuerdo que llegué a Buenos Aires con bombacha de gaucho, alpargatas y una remera color salmón. Me fueron a buscar mis tíos Mauricio y Marcela para darme la bienvenida a esta selva que hoy es mi lugar en el mundo”. (Diario La Ventana, febrero, 2012).
-Se recibió de abogado especializado en Derecho Económico y Empresarial en la UBA. Su promedio de 9,39, le valió un diploma de honor. Completó la carrera en solo cinco años.
-Trabajó en el estudio de su hermano, en una editorial jurídica y como asesor de Legales en Ministerio de Salud. Criticaban sus escritos por “melosos” y “demasiado teatrales”.
-El éxito como actor y conductor le ganó al punto que ya ni sabe dónde guardó el título de abogado. “Lo tengo como un soporte por si alguna vez me canso o se cansan de mí y quiero tirar todo por la ventana”.
-Si bien no se consideraba ni panelista ni periodista, por un casting entró como notero a AM, el programa que conducían Verónica Lozano y Leo Montero.
-En 2008 buscaban a un cronista divertido para el magazine de las mañanas de Telefe. Fue a la convocatoria para acompañar a un amigo. El productor del programa se entusiasmó con sus chistes y le propuso a él, y no a su amigo, el puesto de trabajo.
-Formó parte de Rico y abundante, en el canal Utilísima, lo que permitió que su imagen llegue distintos lugares de Latinoamérica.
-“Tengo un particular levante entre las mujeres grandes y a mí me encantan las cuarentonas. Así que podríamos decir que hoy ese es mi target”. (Ahora, septiembre, 2012).
-Es reconocida su admiración por Abel Pintos: considera que el cantante tiene la mejor voz del país.
-Para cuidar su voz consulta a una fonaudióloga y toma clases de canto. Realiza tareas de relajación con un kinesiólogo que trabaja, sobre todo, en su zona cervical.
-Usa permanentemente su celular. Chequea las cámaras instaladas en su casa, también consultas y pedidos. En los baches del programa contesta mensajes y genera contenido para las redes. En 2019 le robaron su teléfono. Hizo catarsis en las redes sociales y al ladrón que se lo robó le recomendó que vendiera el celular y que se coma un asado con sus amigos para vivir una noche inolvidable. Luego, le aconsejó: “Si la vida y este presente te ofrecen alguna oportunidad de estudiar o trabajar, no la dejes pasar, por favor. Es más complicado ese camino pero mucho más digno y gratificante”.
-Aunque su programa Cien argentinos dicen compite con el de Verónica Lozano, con la conductora son muy compinches. Barassi participó en las campañas de ropa de Lozano y ella estuvo en su casamiento. Según las mediciones, se chicanean por WhatsApp.
-Entre lo dulce y lo salado, prefiere lo salado. Ama las picadas, los quesos y el asado, sobre todo el de su tío Mauricio. Es fanático de la Coca Cola light, con limón y hielo, y de la limonada con menta y jengibre. Tiene debilidad por los aperitivos: Campari con naranja, Fernet con Coca y caipirinha. Pese a nacer en una familia de bodegueros, el vino no está entre sus favoritos.
-Durante el aislamiento se dedicó tiempo completo a su hija, Emilia. “A los 9 meses ya hablaba; me tengo que hacer cargo, la sobreestimulé demasiado. Cuando nació entraba al cuarto y le hacía shows con cacerolas, ahora lo hacemos juntosLos tangueros con .
-En 2013 ganó una beca en Nueva York por su papel en la obra Chicos católicos, apostólicos y romanos. Fue por un mes y se quedó tres.
-Tomó clases individuales de canto con Christopher Stephens (reconocido pianista y director musical de Broadway) y de teatro en Red Door (en el mítico West Village, donde alquilaba un departamento).
-En ese viaje definió que ya no le interesaba la abogacía, tampoco ser notero o periodista, y que se casaría con Lucía Gómez Centurión, su novia.
-En 2015, luego de cinco años de noviazgo, se casó con Luly: juntos son padres de Emilia, gran protagonista de la cuenta de Instagram de su papá.
-La ceremonia fue en la iglesia San Benito del barrio Las Cañitas y la fiesta, en La Rural. De luna de miel se fueron un mes a Europa.
-Reconoce que para poder estar con ella tuvo que “remar 70 años”.
-Se conocieron en San Juan a los 16 años. Al venir a vivir a Buenos Aires eran del mismo grupo. “Fuimos haciendo un vínculo, porque éramos los únicos que íbamos al teatro, veíamos de todo y nos metíamos hasta en el Colón por dos mangos. A mí me explotaba la cabeza... Todo ese camino enriquecedor lo hice con ella. Me hacía la gamba, porque a mis amigos conservas todo ese trip les importaba cero. Juntos descubrimos otra Baires. Estuve hasta las manos desde el día uno”.
-Cuando empezaron a noviar, él era abogado pero empezó a trabajar como notero en AM. Fue un cimbronazo fuerte. “Corté un año porque ella se puso de novia con el gordo pajuerano, abogado. Y de repente estaba a las 3 de la mañana persiguiendo notas”.
-Se define “grasa y muy cursi para el amor”: en un desayuno puede prepararle a su mujer una tostada con forma de corazón o estando en el mismo lugar enviarle mensajes románticos a su teléfono. Para proponerle matrimonio a su mujer, le armó un video donde muchos amigos le daban motivos para que aceptara.
-Le gusta estar siempre impecable, limpio y perfumado. Por la noche se coloca crema hidratante y una especial para los codos. Suele bañarse dos veces por día y lleva perfume en su casa, en el auto y en su mochila.
-Admite que es un “estructurado fatal”. No le gustan las improvisaciones: por ejemplo, que familiares o amigos lleguen a su casa sin avisar.
-Plasma toda la actividad financiera de la casa en una planilla de Excel: verde oscuro para los gastos, verde claro para los casi ingresos, anaranjado para los dudosos y rojo “para los que hay que ir a meter bomba”.
-Es el único responsable del abastecimiento de la despensa familiar. Repone cada latita que sale y todo está perfectamente rotulado.
-Uno de sus talentos es hacer burbujas de jabón. “Cuando las hago con mi hija, se para el barrio. Siempre tengo el burbujero listo al lado de la parrilla”.
-Con los floreros tiene un toc. Transparentes, tienen que tener el agua hasta cierto nivel. No le gusta que se vea el tallo de las flores: deben ser menor que el tamaño del florero, y para afuera.
-En su placard, las perchas deben mirar para el mismo lado y son todas iguales. Compró 300 perchas negras.
-Antes de salir de su casa debe chequear perillas de gas, luz y comprobar si cerró bien todas las puertas.
-De todas las publicidades que hizo la más extraña fue una de baños químicos para un cumpleaños. “Ellos querían que transmitiera la experiencia de baño químicom así que me filmé entrando al baño. Fue jugada, la más jugada mía”.
-Le gustan las películas de Woody Allen y las obras del escritor César Aira. Sus actores favoritos son de afuera Philip Seymour Hoffman. De acá, Rodrigo de la Serna.
-Su insulto favorito es “la con.. de la lora”.
-Sus expresiones como “¡Raaaaaro!”, “¡Sí, bebé!” y “¡Sí, rey!” ya son una constante entre los fanáticos de su programa y se ha convertido en infaltables stickers de WhatsApp y memes.