Crimen de Santa Lucía: la contundente revelación de uno de los sospechosos
Uno de los acusados contó cuáles fueron sus movimientos el día que se descubrió el asesinato.
Este jueves se llevó a cabo la audiencia de formalización por el homicidio de Ramón Molina. José Luis Salinas y Rubén Pereyra estuvieron por primera vez frente al juez. Justamente, este último eligió declarar para dejar una contundente revelación de los hechos.
Pereyra aseguró que el lunes 13 de marzo, día en que se descubrió el asesinato de Molina, él no fue a trabajar porque le dolía la muela. Sin embargo, cuando se enteró de la muerte del adulto mayor, de inmediato se puso a disposición de los policías que se presentaron en su casa por la tarde.
En su relato, el sospechoso contó que la semana pasada se presentó a trabajar el miércoles 8, jueves 9 y viernes 10 de marzo en la metalúrgica de Miguel Martínez. Afirmó que el viernes vio cuando a Molina su jefe le entregó el dinero del alquiler.
Luego contó que el domingo le pidió vía mensaje a su jefe si le podía dar un adelanto de 1.000 pesos hasta que cobrara su pareja la Asignación Universal por Hijo. Llegado el lunes, fue a hacerse sacar una muela, pero como había mucha gente se volvió a su casa. Esa mañana fue a comprar a un supermercado cerca de su casa y fue ahí que a través de una publicación de Facebook se enteró del homicidio.
Pereyra aseguró que hizo una captura de pantalla y se la envió a su jefe, y le preguntó qué había sucedido y que pasaría con el trabajo, pero que no le respondió en el momento, sino que horas más tarde le mandó un audio explicándole.
Ante esto, según su relato, Pereyra puso al tanto a su pareja de lo que había ocurrido, y le dijo que se quedaría en casa porque seguramente la Policía iría a buscarlo para que sea testigo. ‘A las 18 golpearon la puerta de mi casa. Le abrí a la Policía, los atendí, desbloqué el teléfono, se los entregué y les dije que estaba a su disposición. Luego me llevaron a la Comisaría 27º’, contó.
Una vez finalizada la declaración de su defendido, Alejandro Castán calificó a su vinculación en el caso como ‘contradictoria, falaz y carente de pruebas’. El abogado expresó ante el juez y fiscalía: 'A mi cliente Pereyra se lo acusa solo por ver un pago y por no ir a trabajar, no hay pruebas. Entendemos que no hay delito alguno en ver un pago y no presentarse a trabajar’, aseguró.
Luego, la defensa del acusado señaló que no hay pruebas contundentes para que su cliente esté sospechado en el homicidio. ‘No hay indicios que indiquen la culpabilidad. No existen prueba alguna, no hay testigos, registros de cámaras de seguridad, solo la mera hipótesis’, sostuvo.
Por último, Castán aseguró que Pereyra es una persona de trabajo que es el único sustento de su familia. Y remarcó una vez más que hay ausencia de pruebas para vincularlo con el asesinato de Ramón Molina.