Este sábado, la fiscalía dictó prisión preventiva de seis meses para el conductor acusado de atropellar a un changarín que murió por el impacto y darse a la fuga. La defensa del trabajador fallecido en el siniestro pide una pena mayor y aseguró tener pruebas "contundentes" que evidencian el homicidio.

Este sábado fue la audiencia de presentación de la causa que tiene a Roberto Carlos Pereyra -42 años- de imputado por homicidio culposo. Allí, el acusado declaró que "estaba manejando, pero no sintió ningún ruido, ni se dio cuenta que accidentó a alguien", según contó a Compacto 13 Julio Noguera, abogado del fallecido Rafael Miranda Morales -28 años-.

La defensa del changarín presentó pruebas "suficientes" para declarar culpable a Pereyra. "En los periciales encontraron plásticos que coincidían con el vehículo, testigos que escucharon el estruendo de un auto que pasó a gran velocidad, polvareda donde atropelló y se dio a la fuga, testigos que vieron al imputado abrir el auto y ver que el faro derecho estaba destruido", contó Noguera.

A su vez, el letrado marcó que las evidencias muestran que el imputado "en todo momento trató de evadir a la Justicia", principalmente cuando sacó el capote del auto, que declaró no haber tenido en ningún momento. "Es un desmedro a la vida", manifestó.

Asimismo, criticó que Pereyra se entregó 4 días después, "cuando se vio acorralado". La caratula de la causa que recae sobre el imputado es "homicidio culposo", pero Noguera solicita "un agravante del artículo 106 párrafo 4, el cual dice que si a través del abandono de la persona surge la muerte de la víctima el delito será de 5 a 15 años, mucho mayor que el del homicidio culposo que es de 5 a 6".

El hecho

El domingo 6 de junio Rafael Miranda Morales murió en Agustín Gómez, entre Chacabuco y Pellegrini tras ser embestido por atrás por un Renault 12. La víctima, que trabajaba como changarín y volvía a su casa tras cumplir su labor en la Parroquía Nuestra Señora de Fátima, falleció luego del impacto que lo hizo, de acuerdo a lo detallado por el abogado, "agonizar" durante unos minutos hasta que su corazón dejó de latir. A los cuatro días del hecho, Pereyra se entregó ante Tribunales.