En una emotiva celebración este Jueves Santo, el papa Francisco lideró la Misa Crismal en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, acompañado por miles de fieles, cardenales, obispos y sacerdotes. A pesar de su estado de salud, el pontífice se hizo presente en la histórica ceremonia, siendo ingresado al templo en silla de ruedas debido a su padecimiento de bronquitis y gripe intermitente que lo aqueja desde hace más de un mes.

A lo largo de la ceremonia, el papa renovó sus promesas de ordenación y dirigió una profunda homilía a los sacerdotes presentes. En sus palabras, Francisco enfatizó la importancia de liberarse de egoísmos y ambiciones para poder encontrar la paz en Dios. "Cuánto necesitamos liberarnos de resistencias y recriminaciones, de egoísmos y ambiciones, de rigorismos e insatisfacciones, para encomendarnos e interceder ante Dios, encontrando en Él una paz que salva de cualquier tempestad. Adoremos, intercedamos y lloremos por los demás", expresó el papa durante su homilía.

A pesar de su delicado estado de salud, el papa Francisco tiene una agenda cargada para este fin de semana. Durante la tarde del jueves, visitará la sección femenina de la cárcel de Rebibbia en Roma, donde celebrará la misa de Coena Domini del Jueves Santo y realizará el lavado de pies a 12 reclusas, siguiendo el ejemplo de Jesús durante la Última Cena.

El Viernes Santo, presidirá el Vía Crucis frente al Coliseo romano, un evento al que no pudo asistir el año pasado debido al frío y su estado de salud comprometido. El Sábado Santo, celebrará la Vigilia Pascual y el domingo, en la plaza de San Pedro, oficiará la Misa de Resurrección y la bendición Urbi et Orbi.

A pesar de los desafíos de salud, el papa Francisco continúa liderando con fervor las celebraciones de Semana Santa, inspirando a millones de fieles en todo el mundo con su ejemplo de fe y perseverancia.