La Catedral de Notre Dame es un símbolo histórico de París, más aún que la propia Torre Eiffel, siendo uno de los pocos edificios medievales en pie que resistió a la modernización de la Ciudad Luz en el siglo XIX. En 2019 sufrió un incendio, el segundo en su historia (el anterior había sido en 1871) y quedó sometida a un período de reparación que demandó cinco años y ahora será la reapertura, este sábado 7 de diciembre, en las vísperas del Día de la Inmaculada Concepción de María.

Nuestra Señora de París, nombre en español de la mundialmente conocida Notre Dame, es la sede de la arquidiócesis de París, siendo la principal iglesia de toda Francia. Ubicada en la pequeña isla de Cité, se encuentra a la vera del río Sena rodeada de los característicos edificios parisinos del siglo XIX, a los que no pertenece ya que nació en el siglo XII. Cuando la ciudad fue renovada para abandonar su estilo medieval y acomodarse a las necesidades de la modernidad, quedó allí, inamovible.

En la tarde del 15 de abril de 2019, la monumental catedral sufrió un incendio que lamentó el mundo entero y significó una destrucción de gran parte del edificio. Ahora, tras más de cinco años de trabajos, Notre Dame reabrirá sus puertas y se prepara para un 8 de diciembre que será una fiesta para los parisinos que recuperan un hito turístico que cuenta la historia real de la ciudad, pero también las leyendas y novelas que inspiró.

"La conmoción de la reapertura será, yo creo, tan fuerte como la del incendio, pero será una conmoción de esperanza", declaró el presidente francés, Emmanuel Macron, luego de su última visita a las obras el 29 de noviembre. La fecha y hora elegida, última hora del 7 de diciembre, no es azarosa. La catedral está construida en honor a Nuestra Señora de París, quien, en otras palabras, no es otra que María, que tiene su fiesta central este 8 de diciembre, en pleno tiempo de preparación para la Navidad, en el Día de la Inmaculada Concepción, cuando los fieles recuerdan que la madre de Jesús fue pura y sin pecado desde el vientre de su madre, Santa Ana.

Llegada la hora central el arzobispo de París, Michel Aupetit, golpeará su báculo contra el suelo y la asamblea responderá con el salmo 121: "¡Qué alegría cuando me dijeron: '¡Iremos a la casa del Señor!'. ¡Ahora nuestra marcha termina ante tus puertas, Jerusalén! Jerusalén, aquí estás dentro de tus muros: ¡ciudad donde todos juntos son uno!". Esto se realizará tres veces consecutivas e inmediatamente se reabrirán las puertas de la majestuosa catedral de Notre Dame.