A más de 20 días de haber asumido, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que no habrá excepciones para Argentina en cuanto al impacto de los aranceles a las importaciones de acero y aluminio desde el extranjero.

"Todo acero que ingrese a Estados Unidos tendrá un arancel del 25%", reafirmó el mandatario en conferencia de prensa, en una medida que ya había anticipado el pasado lunes, al mismo tiempo que aseguró que "no habrá excepciones".

"Tenemos un pequeño déficit con Argentina, como con todos los países", agregó Trump para justificar las razones detrás de esta decisión.

A su vez, aclaró que la única excepción será Australia, dado que tiene "superávit por la compra de aviones" con Norteamérica.

El resto de los países, resaltó, enfrentará el mismo trato. "No me importan las represalias de los países", subrayó, al marcar su postura firme respecto a las barreras comerciales.

Impacto local

Esta decisión puede suponer un golpe para las empresas argentinas dedicadas a estos sectores claves y estratégicos, así como para las exportaciones de un país, cuyo titular del Poder Ejecutivo no oculta su simpatía con el mandatario de Estados Unidos.

Cabe remarcar que las exportaciones argentinas de acero y aluminio hacia Estados Unidos representan unos 600 millones de dólares anuales. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC), en 2024 la balanza comercial bilateral fue superavitaria para Argentina en u$s228 millones, debido principalmente a la caída del 27,9% en las importaciones desde Estados Unidos, producto de la recesión.

Es, entre otros motivos, por estas intenciones de Trump de avanzar hacia una "guerra comercial", en una clara política proteccionista, que el presidente Javier Milei trabaja tan enfatizadamente, según indica, en un Tratado de Libre Comercio entre Argentina y EE.UU.