El terror y la angustia se hizo presente este sábado 2 de diciembre en Filipinas. Un terremoto de 7, 6º de magnitud sacudió al país asiático, provocó grandes destrozos y encendió una alerta por tsunamis. Según informó Diario Crónica, gran parte de la población está asustada por la posibilidad de otro nuevo fenómeno de estas características, puesto que cuentan con antecedentes, tanto de fuertes sismos como de trsunamis.

Las imágenes que se dieron a conocer de cámaras de seguridad de un shopping, de casas particulares, de espacios de la cultura y de un gimnasio donde chicos y chicas practicaban vóley, son impactantes. Con respecto a esta última, al percibir el gran movimiento telúrico los jóvenes alumnos comenzaron a correr, y solo algunos lograron escapar, mientras a otros se les cayó los escombros del techo encima.

El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico dijo que, basándose en la magnitud y la ubicación, esperaba que olas de tsunami -de hasta tres metros por encima del nivel de la marea- azotaran el sur de Filipinas y partes de Indonesia, Palaos y Malasia, en tanto Japón también esperaba el impacto en sus costas.

La Agencia Filipina de Sismología (Phivolcs) dijo que las olas del tsunami podrían golpear Filipinas hacia la medianoche hora local (13 en la Argentina) y podrían continuar durante horas.

“Según la base de datos local de escenarios de tsunamis, se espera que experimente olas de más de un metro de altura por encima de las mareas normales y puede que sean más altas en bahías y estrechos cerrados”, dijo Phivolcs. “Se espera un tsunami destructivo con olas de alturas potencialmente mortales”, añadió.

“Los barcos que ya están en el mar durante este período deben permanecer en alta mar en aguas profundas hasta que se les informe”, indicó Phivolcs, pidiendo a las personas que viven cerca de la costa de las provincias de Surigao Del Sur y Davao Oriental que “evacúen inmediatamente” o “se trasladen tierra adentro”.