El crudo relato de los amigos de Lucas González: “Tiraban por tirar”
Según los testimonios, fueron abordados por un auto con personas armadas que les dispararon sin mediar palabras. "Le tocaba su mano en mi pierna, yo no lo podía creer”, dijo uno de los sobrevivientes.
Luego del fallecimiento de Lucas Gonzales (17), el adolescente futbolista baleado por la policía en la localidad de Barracas, Julián y Joaquín, dos de los acompañantes que estaban con Lucas en el auto contaron su versión de los hechos. “Tiraban por tirar”, dijo Julián.
Según el relato de Joaquín, en el auto viajaban cuatro personas, Julián, el conductor, Lucas en el asiento de adelante, el mismo Joaquín con un amigo, que era el único que El conocía previamente. “Estábamos hablando con los chicos que me iban a dejar en Belgrano porque ellos se iban par Varela. Yo les dije que me dejaran ahí y me iba caminando”, contó Joaquín cuando el conducto se frenó en el semáforo fueron interceptado por un vehículo.
“Veo que bajan con armas para robarnos. El conductor reacciono como yo reaccionaria, quiso girar a la izquierda, yo me agache y escuche cinco disparos”, recordó in continuó, “levanté la cabeza cuando el conductor se frenó en na esquina y mire a Lucas que estaba con la cabeza acostado vi que le salía algo de la cabeza”.
Julián aseguró que luego del hecho dieron vueltas para buscar ayuda, “yo vi a un policía que estaba recorriendo la zona. Le toque bocina, hice quilombo para que me ayuden y siguió de largo. Seguíamos mientras mi amigo corría y le pedía por favor a la gente que lo lleve a la comisaria porque yo tenía a mi amigo baleado”, recordó afligido y dijo que mientras el manejaba Lucas se había recostado en sus piernas, “le tocaba su mano en mi pierna, yo no lo podía creer”.
Contó que vio a dos mujeres policías que solamente les dijeron que bajen del auto y Julián aprovechó para llamar a sus padres para contarles lo sucedido, “hasta que llegó un montón de policías, nos trataron mal. Nos pusieron contra las rejas, nos pusieron esposas y al piso”.
“Nos preguntaron de donde éramos y nos trataron de villeros, que nos tenían que dar un tiro en la cabeza a cada uno”, según relató, uno de los policías le preguntaba de dónde era el arma con la que habían matado a su amigo, “habían sido esos hijos de puta que frenaron y la dieron a mi amigo. Nos trataron de delincuentes solo teníamos nuestras cosas del mate, los botines, galletitas. Teníamos todo para entrenar y queríamos volver a nuestras casas felices”, finalizó el joven.
Fuente: IP