Agenda woke: ¿qué significa y por qué Milei la criticó en Davos?
Un profesional de las ciencias políticas charló con Diario 13 y analizó la implicancia de la postura del presidente Javier Milei contra la agenda woke y su discurso en Davos
El presidente Javier Milei generó controversia en la reciente Conferencia de Davos al pronunciarse en contra de la agenda "woke", un término que se ha convertido en un punto de discusión a nivel global. Para entender mejor a qué se refiere este concepto y por qué el mandatario argentino lo aborda en un foro económico, Diario 13 consultó al licenciado en Ciencias Políticas Esequiel Ruiz, quien analizó el trasfondo y las implicaciones de este discurso.
"Es interesante comenzar por definir a qué nos referimos cuando hablamos de 'agenda woke'. En su significado original, 'woke' puede traducirse como 'despierto' o 'consciente', y esta agenda se centra en promover la igualdad entre las personas, independientemente de su sexo, raza, religión u orientación sexual. Incluye postulados del feminismo, la justicia social y económica, la defensa de los derechos de la comunidad LGBT y la sostenibilidad del medioambiente", explicó Ruiz.
El joven licenciado señaló que resulta llamativo que Milei haya abordado este tema en un foro económico como Davos, donde, en teoría, se deberían tratar cuestiones financieras y de desarrollo. "Parece raro que en un Consejo Económico se hable de un tema que podría considerarse más bien cultural o social. Pero esto podría responder a una estrategia: ante la falta de resultados tangibles en el plano económico, Milei encuentra en el discurso contra la agenda 'woke' una forma de sostener su narrativa política", argumentó.
Ruiz también comparó esta postura con la de otros líderes internacionales, en particular con la del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. "Trump ha sido un ferviente crítico de la agenda progresista y ha promovido una política de proteccionismo económico bajo la consigna de 'América para los americanos'. Sin embargo, Milei, por su pensamiento globalista y neoliberal, no puede seguir ese mismo camino en lo económico, por lo que adopta una postura crítica en el plano cultural y social", sostuvo.
El politólogo destacó que la visión de Milei sobre la igualdad se alinea con el pensamiento de Friedrich Hayek, economista austríaco y referente del liberalismo. "Para Hayek, la igualdad debe existir solo en términos formales, es decir, que todos sean iguales ante la ley sin necesidad de aplicar medidas de discriminación positiva. En esta lógica, Milei no ve la necesidad de garantizar derechos adicionales a sectores históricamente vulnerables, ya que considera que las leyes ya garantizan la igualdad", explicó Ruiz.
Sin embargo, según el analista, esta postura omite la realidad de ciertos grupos sociales. "La esperanza de vida de las personas trans, por ejemplo, es de entre 40 y 45 años, muy por debajo del promedio. Esto muestra que la igualdad formal no se traduce necesariamente en igualdad real", enfatizó.
En cuanto a la justicia social, Ruiz indicó que Milei la considera un concepto "demagógico". "Para el presidente, la justicia social es un 'curro', una idea que también planteó Hayek, quien afirmaba que 'no importa que te mueras de hambre mientras tengas la libertad de hacerlo'. Es una visión extremista del liberalismo que puede resultar provocadora e incluso violenta a nivel discursivo", agregó.
El politólogo también advirtió sobre los riesgos de fomentar una narrativa polarizadora basada en la dicotomía "amigo-enemigo". "Cuando se juega con la violencia discursiva, se corre el riesgo de generar una sociedad más violenta. Si el mensaje es que la igualdad no es un objetivo y que el medioambiente no importa, se está apostando a un sector conservador y reaccionario de la sociedad, sin medir las consecuencias a futuro", alertó.
Finalmente, Ruiz se refirió a las críticas de Milei a la agenda 2030, impulsada por la ONU para el desarrollo sostenible. "Es contradictorio que Milei critique esta agenda mientras asiste a Davos, un foro alineado con estos objetivos. Además, su discurso choca con la realidad de quienes manejan el poder económico mundial: muchas de estas personas son mujeres, miembros de la comunidad LGBT o defensores del ambientalismo", concluyó.