El Senado de la Nación protagonizó esta semana un hecho calificado como “histórico” al rechazar los pliegos de los jueces propuestos por el presidente Javier Milei para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación: Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla. El abogado y dirigente político Marcelo Arancibia analizó en Canal 13, el impacto institucional del suceso y advirtió que la maniobra presidencial representa un grave riesgo para la independencia del Poder Judicial.

“Fue una grave desventaja política para el Gobierno nacional, pero un alivio para la República”, sostuvo Arancibia en diálogo con este medio. “Si hay algo en lo que la sociedad argentina ha perdido la confianza es en la Justicia", declaró, además mencionó que el intento del presidente de imponer a sus nominados por decreto "le estaba haciendo mucho daño al sistema republicano”.

Para Arancibia, rechazo no solo evidencia una derrota para el oficialismo, sino que generó una unidad inusual dentro del Senado, con sectores ideológicamente enfrentados coincidiendo en la negativa a los candidatos. El caso de García-Mansilla, especialmente, provocó un amplio rechazo, no solo por su perfil ideológico conservador, sino por la forma en que fue propuesto. A ello sumó que el Milei considera que esos cargos son empleados del Ejecutivo: "Un juez es más que eso. Es un órgano independiente, y su designación está sujeta a reglas claras que marca la Constitución”, remarcó.

Según explicó el abogado, García-Mansilla ni siquiera logró dictamen favorable en comisión y recibió un rechazo en el pleno con una mayoría de dos tercios.  “Su actitud es éticamente reprochable. Él había dicho en la audiencia del Senado que se iba a negar a asumir por decreto, pero finalmente lo hizo. Incluso, como académico, había cuestionado públicamente cuando Macri intentó hacer lo mismo con Rosatti y Rosenkrantz", recordó.

Este conflicto, según Arancibia, abre la puerta a una nueva disputa de poderes entre el Senado y el Ejecutivo. Si García-Mansilla insiste en mantenerse en la Corte sin el acuerdo legislativo, podrían surgir nuevas presentaciones judiciales. “No se puede tener un juez que puede ser destituido en cualquier momento por el Ejecutivo", dijo. "Por eso se dictó una cautelar que le prohíbe firmar acordadas o disponer de partidas judiciales, ya que todo lo que haga podría ser considerado nulo”, explicó.

Respecto a Ariel Lijo, el abogado señaló que su nominación tuvo impugnaciones récord. “Lijo tiene un patrimonio que no puede justificar y ha sido señalado por encubrir hechos gravísimos, como la expropiación de YPF, que hoy puede costarnos más de 16.000 millones de dólares", comentó. "Su designación no buscaba fortalecer la Corte, sino sumar un juez funcional”, advirtió.

Para Arancibia, “está claro que el deseo de los últimos gobiernos fue tener una justicia dócil o adicta. Y eso es lo que se intentó ahora con Lijo y García-Mansilla”. Por ello aludió "Se priorizó la afinidad política sobre la idoneidad. Pero la Corte Suprema debe ser un órgano independiente, que garantice la calidad institucional y el respeto irrestricto a la Constitución”, concluyó.