¡Que vuelva Sonia Fanton!, dijo con ironía un importante dirigente político en una charla con micrófonos y cámaras apagados. Fue una manera de referirse al indescifrable escenario electoral del 22 de octubre tanto en el país como en San Juan. Lo que parecía cantado se desvaneció el 13 de agosto. La realidad evadió a consultores, encuestadores y analistas, para revelarse recién al momento de abrir las urnas.

Antes de entrar en tema, una aclaración necesaria para toda una generación que no alcanzó a conocer a Sonia Fanton. Fue una figura célebre de San Juan en los años '90, puntualmente en ocasión de la desaparición de la psicóloga María Rosa Pacheco de Balmaceda. Alcanzó notoriedad con su participación en la investigación, aplicando sus habilidades como vidente.

Apelar a Sonia tantos años después, aunque sea con tinte de humorada, define el grado de incertidumbre que genera el comicio a tan solo 45 días de volver a las urnas. Hay sondeos de opinión que proyectan el desplazamiento de voluntades y apoyos entre candidatos, tomando en cuenta los tres más fuertes que quedan en carrera y los eliminados el 13 de agosto. Pero el grado de fiabilidad de estos estudios está muy devaluado.

Queda entonces en manos de la adivinación. Sin ponerse colorados. El único dato firme es el guarismo de las primarias que dejó a Javier Milei primero en las preferencias, pero levemente por debajo de los 30 puntos. A Patricia Bullrich segunda, con 28 puntos sumando el aporte de Horacio Rodríguez Larreta. Y a Sergio Massa tercero, con 27 puntos y fracción sumando los votos de Juan Grabois.

Estos apenas dos puntos de diferencia entre los tres candidatos con chances abre el juego de las especulaciones. En San Juan impone un giro drástico en las campañas, que obviaron en buena medida a las figuras nacionales con pretensión de provincializar. Lo hicieron tanto en Unión por la Patria como en Juntos por el Cambio. El favorecido claramente fue La Libertad Avanza.

El nóvel Bruno Olivera para el Senado y el experimentado José Peluc, para Diputados, rondaron los 126.000 votos, un valor impensado por el espacio violeta en comparación con los magros niveles alcanzados el 14 de mayo y el 2 de julio. El 'rugido del león' los arrastró a punto tal de quedar individualmente muy por encima de Sergio Uñac y del referente de Marcelo Orrego, Emilio Achem.

La moraleja de las PASO podría ser: el que juega a provincializar, pierde. La ola nacional, cuando no está en juego la gobernación ni los municipios, es imparable. Llega como tsunami. El fenómeno tomó por sorpresa a uñaquistas, giojistas y orreguistas, pero también a los beneficiarios directos de esta elección atípica: los libertarios.

El desconcierto fue tal que los mismos militantes y candidatos de Milei denunciaron el robo de boletas, incrédulos de que en realidad los estaban votando mucho más que lo que alguna vez imaginaron. Las papeletas estaban desapareciendo, sí. Pero no porque se las estuvieran llevando sino porque estaban engordando las urnas.

El carácter determinante del arrastre nacional quedó probado en el corte de boletas medido en San Juan. Según dijo un alto dirigente de Juntos por el Cambio, alrededor de 19.000 electores solo votaron por presidente y vice, desechando el resto de las categorías. Cuando la diferencia entre el primero y el tercero es tan ajustada, ese número es altamente relevante.

Hay que entender ese corte de boleta como una protesta contra las figuras sanjuaninas. Es también una oportunidad. Saldadas las internas en los dos espacios tradicionales, Unión por la Patria y Juntos por el Cambio, ahora solo habrá una opción disponible adosada a cada fórmula presidencial. El desafío será fidelizar el piso alcanzado el 13 de agosto, evitando que se fuguen los puntos de los eliminados.

En el caso de Uñac, su desvelo debiera ser la retención de los 57.000 votos que obtuvo Juan Carlos Gioja. En el caso de Orrego, los 44.000 votos de Juan Domingo Bravo. Es una disquisición que no afecta para nada a los libertarios. Su futuro está plenamente atado a la evolución de Milei en primera persona.

Uñac recibió el lunes al presidente Alberto Fernández y el martes se reunió en Buenos Aires con Wado De Pedro. El sábado estará en Tucumán en la cumbre de gobernadores organizada por Juan Manzur para Massa. Nacionalizar San Juan es la clave a esta altura de la campaña. O bien, poner en valor el futuro de la provincia a la luz de los proyectos nacionales en disputa. La alianza entre los Sergios debería alinear el resto de las voluntades. Pero el peronismo no parece haber apagado todas las brasas de la interna incandescente.

Una estrategia similar le cabrá a Juntos por el Cambio. Orrego ya le dio banderazo de largada a la militancia para defender a Bullrich como 'el cambio con certezas'. A diferencia de Uñac, que viene de sufrir una dura derrota el 2 de julio, Orrego tiene su propio capital electoral para apuntalar la campaña. Jugó tímidamente con Horacio en la PASO. Ahora está obligado a hacerlo más decididamente con Patricia. No tiene más alternativas.

Los caminos de la campaña están trazados. El GPS está puesto en cada búnker. Aún así, nadie podría anticipar el resultado. Las PASO rompieron todos los esquemas. Tanto fue así que apenas se apagan las cámaras y los micrófonos, la política no pide encuestas. ¡Sino que vuelva Sonia Fanton!


JAQUE MATE