"En vez de vino argentino, debería ser vino chileno bebida nacional", dijo el presidente de la Federación de Viñateros, Eduardo Garcés, este martes en Banda Ancha. El dirigente se mostró ofuscado por la liberación de la importación de caldos y responsabilizó directamente a los industriales por la maniobra. Aunque también reconoció que el gobierno nacional no hará modificaciones en su política comercial con el país trasandino, por razones de la balanza comercial que es todavía muy favorable para Argentina.

Garcés se mostró en alerta porque los volúmenes importados llegarían al equivalente de un mes de stock vínico. Y rechazó que haya faltante, a pesar de la escasa cosecha de la vendimia pasada.

Reclamó al Instituto Nacional de Vitivinicultura que debió hacer una toma de muestras de cada camión que cruzó la frontera, para verificar la aptitud enológica de los vinos que ingresaban y no solamente de un vehículo cisterna. Sugirió que podría estarse "cortando" los vinos tintos importados con los locales, si aquellos tuvieran mayor cantidad de unidades de color. Esto sería una práctica ilegal.

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