Cuentan quienes lo conocieron, que Ricardo Colombo se ganó el apodo de 'piquito de oro' por su talento para la oratoria. Este martes 25 de octubre se cumplieron 36 años de su fallecimiento, circunstancia que lo sorprendió siendo aún diputado nacional y teniendo por delante grandes expectativas políticas. Tal vez su hijo Rodolfo haya heredado algo de aquella destreza discursiva. Este martes en Banda Ancha esquivó con todas sus fuerzas dar una respuesta concreta. No quiso quedar pegado a una candidatura a intendente de Capital. A esta altura, su aspiración podría ser otra.

Ricardo Colombo y Raúl Alfonsín

A diferencia de otras citas electorales, Colombo omitió hablar de su sueño de gobernar la Ciudad de San Juan. El contraste fue llamativo, partiendo de aquel antecedente innegable. Sin embargo, las circunstancias parecen haberlo puesto entre la espada y la pared.

Quiera o no, a fuerza de presencia en Capital en los últimos 20 años, su nombre figura en todas las encuestas de imagen e intención de voto. Aparece en los números que maneja Casa de Gobierno, en los que encarga Emilio Baistrocchi y también en los de Marcelo Orrego. Es claramente uno de los actores protagónicos del tablero capitalino.

Por el momento, cualquier otra alternativa de Juntos por el Cambio en Capital arranca con menor grado de conocimiento e instalación. Ese déficit del resto es fortaleza para Colombo. En otro contexto sería una muy buena noticia para él y su espacio. Pero las cosas parecen haber dado un giro.

Hace tiempo que el hijo de 'piquito de oro' abriga la expectativa de dar el salto al Congreso Nacional y el año próximo se abrirá una puerta interesante en tal sentido. San Juan renovará no solo tres bancas en la Cámara de Diputados sino también sus tres escaños en el Senado. Allí, a la Cámara Alta, estaría apuntando en esta oportunidad Colombo.

Tiene una interesante relación con Martín Lousteau, a través suyo, buena sintonía con Horacio Rodríguez Larreta. Aunque no sea el tiempo de blanquear intenciones, la aspiración de Colombo para terminar en el Congreso ya es tema, porque incide de manera directa en el diseño de Juntos por el Cambio en Capital.

Con el nuevo sistema electoral, importará mucho la sumatoria por distintas vías. El Frente de Todos llevará a Emilio Baistrocchi pero también al justicialista Carlos Lorenzo, posiblemente a Leonardo Gioja y tal vez a la bloquista Graciela Caselles, entre otros. Orrego tendrá que plantear un abanico de envergadura equivalente para no regalar nada en ese distrito clave.

Por eso ya hubo una conversación preliminar con Colombo. Las encuestas no lo ubicarían primero todavía, pero sí es el que arranca con mayor ventaja dentro de la oposición. Desaprovechar un atributo semejante sería inaceptable cuando Orrego empieza a ver factible quedarse con el poder en 2023.

Para que el santaluceño gane las elecciones provinciales, tendrá que construir hacia abajo un esquema de listas muy competitivas. Tiene nombres propios de Producción y Trabajo con vocación de estar, entre ellos Guido Romero y Susana Laciar. También amaga el bloquista Enrique Conti con volver al ruedo. Y eventualmente estaría el presidente de Dignidad Ciudadana, Gustavo Fernández.

Ninguno de ellos eximiría a Colombo de participar. Sin embargo, el fundador de ACTUAR dijo este martes en Banda Ancha que podría ser cualquier otra figura de su espacio quien encabece. Mencionó a Gustavo Usín y a Juan Sansó.

No es que súbitamente a Colombo se le hayan ido las ganas de ser intendente de Capital, sino que el contexto ha cambiado. Su peso propio dentro de Juntos por el Cambio le permitiría retomar la herencia parlamentaria de su padre. O al menos lo habilitaría para tener esa aspiración.

Para comprender los cálculos que están haciendo, hay que establecer un punto de partida. Juntos por el Cambio entiende que se avecina el fin de ciclo para el PJ y aliados. Razón por la cual en 2023 podrían dar el batacazo y quedarse con el gobierno provincial. Si eso llegara a suceder en los comicios de mayo -esa es la fecha tentativa- ¿quién quedaría disponible para encabezar la lista de senadores en el segundo semestre?

En esta conjetura, Orrego sería gobernador y Fabián Martín posiblemente vice. Roberto Basualdo habrá concluido su largo periplo en el Congreso sin intenciones de renovar la banca. Si Colombo ya dio un paso al costado en 2021 para facilitar que Susana Laciar llegue a la diputación nacional, ¿no cabría que ahora Juntos por el Cambio tuviese un gesto de reciprocidad con el líder de ACTUAR?

Para Colombo la respuesta sería sí. Es decir, deberían dejarlo en libertad en los comicios provinciales para concederle el protagonismo en el segundo semestre, en las elecciones nacionales. Pero los intereses en juego son bastante más fuertes que la vocación de un solo dirigente.

Las encuestas de posicionamiento en Capital empiezan a pesarle a Colombo, en el buen sentido. Surge como un 'candidato necesario' para empujar el carro electoral de toda la oposición. A diferencia de comicios anteriores, esta vez cuenta con viento a favor. Orrego mejoró sustancialmente en la consideración de los capitalinos, según las encuestas antes citadas. Y la ola amarilla que se percibió en 2021 debería tener efecto residual para 2023.

Para Orrego, Capital es el paso siguiente necesario luego de haber consolidado a Santa Lucía y a Rivadavia como bastiones propios. El eje Este-Oeste podría teñirse de amarillo si logran acomodar las piezas del modo más efectivo. Por supuesto, en frente Baistrocchi hará lo suyo para resistir el embate. Nada estará dicho hasta el momento mismo de la apertura de las urnas y el recuento de votos.

JAQUE MATE