A Cristina le salió un defensor inesperado en San Juan
Él rompió con el kirchnerismo pero hoy reivindica el rol que desempeña la vicepresidenta. Aparentemente al peronismo no le alcanza solamente con la unidad para pensar en 2023.
Mauricio Ibarra habló de Cristina Fernández de Kirchner casi como si lo hiciera en defensa propia, este martes en Banda Ancha. 'No le podés pedir a un político que deje de hacer política', dijo el peronista rawsino para contrarrestar los cuestionamientos a la vicepresidenta.
Fue una elipsis interesante que Ibarra termine defendiendo a Cristina. El exintendente y exdiputado nacional fue uno de los justicialistas críticos del kirchnerismo. Fue de aquellos que migraron con Sergio Massa, cuando el tigrense rompió con los K y se entusiasmaba con la carrera presidencial.
A Ibarra le tocó en carne propia ser la voz discordante en distintos momentos de su trayectoria aquí también en el PJ sanjuanino. Tuvo desencuentros con José Luis Gioja y mejor sintonía con Sergio Uñac, aunque con el pocitano también han transitado situaciones de cercanía y de alejamiento circunstancial.
Sus definiciones filosas, nunca despojadas de intencionalidad, a veces fueron bien recibidas. A veces no, en lo más mínimo. Ibarra volvió a ensayar un tono conciliador este martes para lanzar una consigna desafiante. Esto es: decir suavecito algo demasiado fuerte.
Dijo que al peronismo no solo le falta unidad -como vienen predicando varios a coro- sino también renovación. Y se remontó a la experiencia del escobarismo en 1995, cuando el Frente de la Esperanza logró la reelección por amplio margen luego de producir justamente un ingreso de figuras frescas. Ese esquema está militando Ibarra ahora, con resultado todavía incierto.
¿Qué nivel de adhesión puede llegar a reunir el rawsino dentro y fuera del peronismo? Bueno, eso está por verse. Hace tiempo canceló su etapa de candidato para volcarse específicamente a la trenza tras bambalinas. Es una rama muy específica de la política, tan antigua como la política misma. Necesaria también.
Algunas trenzas prosperan. Otras son abortadas a mitad de camino. Pero siempre son el caldo de cultivo para la toma de decisiones. Entonces, puede suceder que lo que diga Ibarra empiece y termine en Ibarra. O bien la iniciativa puede ganar cuerpo. Hay una ebullición interna en el peronismo donde cualquier cosa puede pasar.
'Me parece que ha llegado el momento de decir que con nosotros no alcanza', reconoció Ibarra. 'Si entendemos que necesitamos un fuerte proceso de renovación, hay 2023 para rato', dijo el exintendente de Rawson. El pedido en realidad apuntó a sentar a más comensales a la mesa del Frente de Todos.
Hoy el partido está dividido en una relación de 70/30 entre Uñac y Gioja, según el resultado de la interna del 15 de marzo de 2020. Las tensiones eclosionaron en la Legislatura, donde el bloque oficialista sufrió la ruptura y el desgranamiento de tres bancas.
Si bien Ibarra regresó a la estructura orgánica del PJ -integró la lista del gobernador en la interna de 2020-, en el camino fundó un nuevo partido que hoy conduce su heredero político, el secretario de Estado de Seguridad, Carlos Munisaga. Se denomina Convicción Federal (Confe), uno de los socios minoritarios del Frente de Todos.
Al igual que Confe, hay otros partidos que podrían quedar diluidos frente a las urgencias de la cúpula del peronismo. Si el diálogo se agota entre Uñac y Gioja, si hubiera finalmente consenso entre ambos, eso podría dejar fuera de carrera al resto. Básicamente, porque los lugares son finitos.
A esa tensión estrictamente justicialista debe sumarse la puja bloquista. La fuerza liderada por Luis Rueda también tiene pretensiones para la construcción electoral de 2023. Todo esto, bien sazonado con una pizca de incertidumbre porque aún no está definido el sistema: las PASO fueron derogadas pero hay tres recursos judiciales pendientes. Hay un amplio abanico de posibilidades que va desde resucitar las viejas internas partidarias a reponer las colectoras o incluso la ley de lemas.
Mucho de eso ensayó el escobarismo en los '90, el espejo en el que se mira Ibarra por estos días. Aquella elección de 1995 que hoy pone como ejemplo el rawsino tuvo ley de lemas. Casi 30 años después hacer comparaciones resulta muy difícil porque ha pasado agua debajo del puente. Los contextos son muy diferentes. ¿O no?
Carlos Menem en lo nacional y Jorge Alberto Escobar en lo provincial gozaban de altos índices de intención de voto. Hoy la ola que viene desde Buenos Aires no ayuda mucho a Uñac en la medida en que la inflación no da tregua. En San Juan han tomado nota de esa dificultad a partir de los guarismos estrechos de las legislativas del año pasado. Lo registraron en el oficialismo y en la oposición también.
Sin primarias para el año próximo, la clave parece estar en el diseño de las listas departamentales. ¿Hasta dónde se podría abrir el espectro? Ahí apuntó específicamente el pedido de Ibarra de sumarle renovación a la unidad. Porque si el entendimiento de las cúpulas se agota en competir todos juntos, eso de ninguna manera garantiza que haya espacio para las expresiones jóvenes.
Tuvo nombre y apellido la preocupación de Ibarra: Carlos Munisaga. Es su mayor apuesta para un departamento donde el Frente de Todos está urgido de votos. Es el primer distrito en cantidad de electores. El año pasado el peronismo y aliados apenas le sacaron 4 puntos de diferencia a Juntos por el Cambio. 'Hay una ausencia de liderazgo', acusó el rawsino sin señalar al intendente Rubén García pero poniéndolo en situación incómoda.
Sin embargo, cuando Ibarra habló de la ausencia de liderazgo no solo se refirió al jefe comunal sino al resto de los referentes importantes que tiene el oficialismo en el departamento. A sí mismo, también.
Habló de renovar las expectativas, como única manera de reconquistar al electorado desencantado. Elogió la gestión de Uñac pero dio a entender que el 2023 no está servido en bandeja. Destacó el 'peronismo de buenos modales' que rechaza el tono elevado de Cristina. Pero inmediatamente defendió el derecho a pensar y disentir de la vicepresidenta. Casi como si lo hiciera en nombre propio. A buen entendedor...
JAQUE MATE