Al menos en los últimos años, Graciela Caselles y Andrés Chanampa han estado más tiempo enfrentados que celebrando coincidencias. Eso no ha cambiado. Pero, aunque ni ella ni él se hayan percatado, están empezando a militar una misma consigna: abrir un poco los codos dentro del Frente de Todos, para ganar algo más de espacio.

El lunes pasado en Banda Ancha, la diputada nacional volvió a decir a voz en pecho que el bloquismo debería jugar con candidatos propios en las elecciones legislativas de este año, en el segundo semestre. Esto podría ser dentro o fuera del frente, pero siempre con una lista identificada con la estrella. Sin embargo, Graciela aclaró que se allanará a lo que disponga la mayoría.

Este miércoles Chanampa evitó subirse al tren autonomista de Caselles. En el fondo, él y algunos de sus pares le achacan a ella que durante su presidencia siempre fue integrante de una lista encabezada por un justicialista. Así alcanzó cuatro mandatos consecutivos como legisladora del Congreso de la Nación. Cuesta encontrar otro dirigente con esa continuidad.

Pase de factura al margen, el chimbero también se permitió marcar territorio dentro de la alianza oficialista. Dijo que el bloquismo es el segundo partido que más ha gobernado la provincia y que su participación dentro de un frente electoral hace la diferencia. Que ningún bloquista tiene como meta ser concejal o diputado, sino conductor de su distrito.

Entonces, sin más vueltas, Chanampa reconoció que le gustaría ser candidato a intendente de Chimbas en 2023. Tema tabú. Su relación con el intendente Fabián Gramajo ha tenido vaivenes. Ha sido cordial hacia afuera, pero fría en la intimidad. Tuvieron que compartir fórmula en 2015 y 2019. El justicialista no podrá repetir otra vez y entonces se puede abrir el juego.

Con seguridad Gramajo intentará tener un sucesor o una sucesora -¿su esposa Daniela Rodríguez?- dentro del peronismo. Chanampa, por el contrario, tratará de escalar ese escalón que le queda pendiente. Puede encontrar aliento en otros correligionarios suyos que se atrevieron a disputar la interna y les fue bien. El angaquero Carlos Maza Pezé, el zondino Miguel Atampiz y el iglesiano Jorge Espejo terminaron ganando.

Claro que en Chimbas el escenario es bastante diferente. Gramajo ha construido mucho poder. Alcanzó niveles de respaldo en las urnas que hacía tiempo no se veían en suelo chimbero. Nada hace suponer que vaya a resignar su posición para coronar al heredero. O heredera.

Chanampa no se quedó ahí. Terminó diciendo que le encantaría una fórmula compartida para gobernador y vice en 2023. Un justicialista y un bloquista. Parece poco probable hoy. Por el momento queda como una expresión de deseo. Entusiasta y a título personalísimo.

En realidad, el presidente del Comité Central, Luis Rueda, tiene una postura bastante más recatada. Su alineamiento con Sergio Uñac viene por partida doble. En primer lugar, porque trabaja a su lado cotidianamente y conoce su agenda como ningún otro. En segundo lugar, porque ha sentido cierta reciprocidad con el bloquismo a la hora del reparto de espacios.

Es verdad que la aspiración bloquista habría sido acceder a algún ministerio y eso no sucedió. Pero en segundas líneas hacia abajo hay referentes del partido de la estrella en distintas áreas de gobierno. 

En la misma medida, Rueda descuenta que el tercer lugar titular de la lista de diputados nacionales sería en esta ocasión para una mujer bloquista y ya empezó a ensayar algunos nombres, como el de Laura Yanzón, Laura Adámoli y María Elena Castán. Primero tendrá que pasar por la formalidad de ratificar el frente electoral en la Convención partidaria.

No imagina Rueda una ruptura violenta ni una separación en buenos términos. Tiene una mirada a mediano y largo plazo. Si no logran emerger referentes de peso en cada departamento, el bloquismo no tiene la menor chance de aumentar sus pretensiones. Ese es el camino elegido por la conducción. Seguir robusteciendo las bases hasta que emerjan candidatos. Hasta entonces, todo intento puede resultar un estrepitoso fracaso.

De todos modos es una cuestión de intensidades. Al igual que Caselles y que Chanampa, Rueda también imagina un partido autónomo y encabezando listas. Sólo que lo calcula para más adelante, no en esta cita electoral.

Sin embargo hay otra cuestión no menor que podría atar todavía más a los bloquistas en esta alianza con el PJ. Es el alineamiento nacional. A veces con mayor vehemencia que los propios justicialistas, Caselles, Chanampa y Rueda han salido a defender el proyecto de Alberto Fernández. Pero no solo con los micrófonos encendidos, sino también y fundamentalmente detrás de cámara. Tienen una coincidencia ideológica de base que los acerca mucho más al modelo vigente que a las alternativas opositoras, encarnadas mayoritariamente por el macrismo.

Así las cosas, el principal aliado del peronismo en San Juan tiene resto para seguir acompañando. Aún a pesar del sueño autonomista. Y del recuerdo de otro tiempo de gloria.


JAQUE MATE