Amigos hasta el '23
Aunque la relación peronista/bloquista goza de buena salud, hay tensiones y la válvula de alivio podría ser la competencia interna por candidaturas. Capital se lleva todas las miradas.
La lista propia del bloquismo para competir contra el peronismo como hace un par de décadas no ocurre, quedó en amague. Pudo suceder en las legislativas nacionales del año pasado, se barajaron nombres, levantaron temperatura en uno y otro búnker, pero se terminó desactivando la compulsa sobre la hora. Hubo lista de unidad. Sin embargo, aquella intención quedó latente y a esta altura parece inevitable que suceda en 2023.
Es una cuestión de doble flujo, en doble sentido. De bloquistas a peronistas y viceversa. Hay intereses cruzados en que finalmente se pueda dar esa competencia interna entre aliados, para despejar algunas dudas silenciosas.
El bloquismo está empezando a activar su tropa en toda la provincia, en cada distrito. Lo que no construyan en 2022 no existirá en 2023. Y si de construir se trata, la primera urgencia es tener figuras instaladas que, llegada la hora, puedan aparecer en alguna encuesta. Sin candidatos competitivos, no habrá mucho más que hablar.
Mientras tanto, el peronismo -en segundas líneas y de ahí para abajo- sigue mirando con recelo el acuerdo entre los dos socios mayoritarios del Frente de Todos. Algunos, los más reacios, entienden que el PJ fue generoso en exceso con el partido de la estrella, que hace tiempo no muestra en las urnas cuántos votos tiene en realidad. Es uno de los efectos de ir siempre en listas de unidad: no saber qué aporte hace cada uno.
Entonces, mientras en el bloquismo advierten que han engrosado el padrón de afiliados y están unidos como hace tiempo no ocurría, a más de un peronista le gustaría ver cuánto respaldo real son capaces de reunir en el cuarto oscuro. Entonces sí, con la contundencia de los guarismos, medir cuál es la participación real que le corresponde al principal aliado del PJ en el esquema de gobierno.
Sin primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, el Poder Ejecutivo enviará a la Legislatura algún otro régimen de internas partidarias que permita esa competencia por las candidaturas. Todavía no está claro cuál será el mecanismo y solo circularon versiones fundadas en el desconcierto. Hablan desde colectoras hasta ley de lemas. Pero Sergio Uñac, el decisor final, todavía no reveló qué idea tiene en mente.
De todos modos, de alguna manera será posible la competencia para que puedan antotarse los aspirantes no solo de un mismo partido sino de las fuerzas que comparten frente electoral. El presidente del bloquismo, Luis Rueda, cuenta con eso y así lo hizo saber este miércoles en Banda Ancha.
Primero dijo que está reuniéndose con todos los sectores del partido, departamento por departamento. Se encontró a solas con la diputada nacional Graciela Caselles y más tarde en el Comité Central, con Laura Adámoli y Alejandro Bravo. Con los tres hablaron específicamente de Capital. Hay una vocación particular por apuntar a ese distrito, uno de los más difíciles para el oficialismo.
Caselles tiene aspiraciones para la intendencia capitalina. Tiene el aliento de Rueda. Y el menor de los Bravo sugirió abrir un local específico en el departamento, con la consigna de ir por el municipio en 2023. Reunir allí cuerpos técnicos y militancia para diseñar un proyecto alternativo.
El presidente solo les pidió mostrar unidad y escuchar mucho a los sanjuaninos. Por lo tanto, les dio vía libre. Entonces, la pregunta lógica fue: ¿cómo coexiste esta avanzada bloquista con el proyecto de Emilio Baistrocchi? El intendente justicialista transita recién su primer mandato y es lógico que quiera la reelección en 2023. ¿Tendrá que restar al bloquismo y hacerle frente en una interna? Todo puede suceder.
Rueda lo desdramatizó. O al menos, intentó bajar la tensión. Dijo que está bueno que haya diferentes proyectos dentro de un mismo frente electoral siempre y cuando haya un objetivo común. Se comprometió a apoyar a Baistrocchi para que le vaya bien en la gestión. Pero eso de ninguna manera interfiere en el plan de llevar una lista autónoma en 2023.
Si el peronismo tiene aspiraciones de retener Capital, el bloquismo también las tiene. Así podría resumirse el planteo de Rueda, que trabaja a diario junto al gobernador Sergio Uñac. Debe asumirse que no hay secretos entre ellos. Y que lo que diga en público el jefe bloquista, primero fue blanqueado en privado con el jefe justicialista.
Si lo de Capital resulta ruidoso -porque lo es- no menos barullo genera el desembarco personal de Rueda en Rivadavia, donde el peronismo no es gobierno pero tiene varios pretendientes para recuperar el municipio que gobierna Fabián Martín desde 2015. El bloquista está caminando ese distrito y si los números lo acompañan, estará en la línea de largada. Y que gane el mejor. O al menos, el más votado.
Para calmar las susceptibilidades, Rueda consideró obvio que entre dos partidos importantes como el justicialismo y el bloquismo surjan aspiraciones. La manera de resolverlo es en las urnas. Y esperan que suceda también en los departamentos donde gobierna el partido de la estrella: Angaco, Zonda e Iglesia.
Saben dentro del bloquismo que los peronistas de esos tres municipios querrán jugar con listas propias y aparentemente hay una admisión tácita de que así será. Como se dijo más arriba en esta columna, hay un flujo de ida y otro de vuelta. Después de dos décadas sin competir, sin medirse, la presión está pidiendo una válvula de escape.
Esto no debe interpretarse como un resquebrajamiento del Frente de Todos, que en San Juan goza de buena salud, a pesar de alguna escaramuza menor. La alianza peronista/bloquista tiene todavía algunos capítulos por escribir en adelante. Pero una de las condiciones, luego de todo el tiempo transcurrido, parece ser la validación de los títulos. En política, eso solo se consigue con votos.
Por eso serán todos amigos hasta el '23. Después, con seguridad, barajar y dar de nuevo.
JAQUE MATE