Como en una guerra que nadie eligió, hay fatalidades inevitables. Hay caídos. Personas que perdieron la vida dando el combate y lo mejor que tenían de sí mismas. San Juan se estremeció esta semana con una seguidilla de fallecimientos de trabajadores de la Salud, víctimas del Covid 19. El más reciente fue el médico Víctor Fernández, quien se desempeñaba en el 107, precisamente en la primera línea, en la trinchera, acudiendo a los llamados de pacientes que empezaban a presentar síntomas. Pero antes se fueron el enfermero Rubén Tejada y el kinesiólogo Alejandro Agüero. Uno detrás del otro.

El Coronavirus, además del trágico final en algunos casos, tiene la horrorosa particularidad de que no puede haber despedidas. La muerte llega en soledad. Por eso fue doblemente conmovedor el homenaje que rindieron las ambulancias este martes frente a la Catedral. Ahí, en el sitio más notable del microcentro sanjuanino. Para que todos y todas se enteren. Para que la pena no se consuma con la fugacidad de un fósforo. El deceso, si de algo sirvió, fue para nuevamente poner de manifiesto el crítico momento que atraviesa la provincia.

En el lugar estuvo el secretario general del Sindicato Médico, Daniel Sanna, recién salido de una audiencia de conciliación con el Ministerio de Salud, en la Subsecretaría de Trabajo. Ahí habló descarnadamente con el móvil de Canal 13. Criticó sin piedad a la secretaria de Planificación, Alina Almazán. Dijo que la funcionaria lleva 20 años al frente de esa área estratégica y que es su responsabilidad el déficit de especialistas tanto en terapias intensivas como en emergencias, pediatras y otros profesionales muy requeridos por el sistema.

La planificación fue precisamente puesta a prueba por la ola de contagios que fue barriendo el mundo entero desde China hacia Occidente. San Juan resistió el ingreso de la peste pero finalmente el 19 de agosto aparecieron los casos autóctonos y sin nexo epidemiológico. Fue el brote de Caucete. Ese fue el verdadero debut local.

Más allá del cuestionamiento a Almazán, Sanna adelantó que pedirán la creación de una mesa coordinadora del manejo de las camas de la provincia, donde se lleve el registro minuto a minuto, para evitar que suceda lo que está pasando: que haya pacientes a bordo de ambulancias, girando en busca de lugar de internación. Es otra de las crueles caras de la pandemia.

Antes que Sanna, el presidente del Colegio Médico, Mario Penizzoto, había afirmado algo semejante. Fue el martes 3 de noviembre en Paren las Rotativas. Ahí manifestó el mismo cuadro de situación: ambulancias que recorren hospitales y sanatorios en busca de una cama disponible, hasta que finalmente se encuentra. El tiempo es crucial y conseguir un lugar con celeridad, en este punto de la pandemia, es vital. 

Según el último reporte epidemiológico oficial, San Juan tiene 175 pacientes en áreas Covid 19, de los cuales 87 están en terapia intensiva y 43 fueron conectados a un respirador. Siguen afectados 8 hospitales públicos y 5 clínicas privadas. La ocupación ronda el 80 por ciento y, en palabras de la doctora Almazán, el sistema está estresado pero aún no ha colapsado. Está funcionando al máximo. Como se ha dicho y repetido, el problema no es de infraestructura material, sino de disponibilidad de recursos humanos calificados. Eso no se puede adquirir en el mercado.

Una vez que estalló la pandemia, se tomaron medidas pero fueron todas apuntadas a lo edilicio, al equipamiento. Penizzotto manifestó que el Hospital Privado, que depende del Colegio Médico, preparó sus instalaciones para dividir convenientemente la terapia intensiva Covid 19 de la que no lo es. Sin embargo, el 3 de noviembre tenían solo 3 pacientes con Coronavirus en esas instalaciones. Seis días después, el lunes 9 de noviembre pasado, eran 16 los enfermos críticos en ese mismo nosocomio. Este martes el reporte oficial omitió el detalle.

Desde cardiólogos hasta anestesistas están colaborando con los terapistas. No dan abasto. Y sin embargo, no es una característica propia de San Juan. Antes otras provincias pasaron por el mismo trauma. Mendoza, sin ir más lejos, estuvo a con niveles de ocupación superiores al 90 por ciento en las terapias intensivas céntricas. Como le sucedió a Jujuy. O a Chaco.

El Rawson tiene margen para seguir multiplicando las camas de cuidados críticos, pero nuevamente la limitante fundamental es el personal especializado. Quedaron montados los hospitales de campaña en el Aldo Cantoni y el resto de los estadios del interior, pero su uso será muy limitado. Apenas servirían para el aislamiento de personas que por su situación socioeconómica no podrían quedarse en su domicilio. El parquet cubierto de camas recibiría gente únicamente con síntomas muy leves. Dicho de otra manera, no aliviará en absoluto la presión que hoy ejerce el Covid 19 en el sistema de salud.

En toda batalla hay caídos y cada pérdida resulta dolorosa. Es bueno ponerles rostro, nombre y apellido, no perder jamás la humanidad. Pero al mismo tiempo la batalla desnuda las rengueras. Llegó el momento en que todo aquello que parecía imposible, inimaginable, finalmente sucedió. Y el costo fue demasiado alto.

JAQUE MATE