Cristinistas son todos
Hubo fiebre de avales en San Juan. Se montó una competencia entre dirigentes, como resabio de la interna todavía no apagada. De Quintela ya nadie se acuerda.
Este lunes hubo una virtual competencia entre los peronistas de cada departamento. Se midieron por la cantidad de avales que cada uno pudo conseguir para Ella. Porque si algo demostró esta nueva edición de la interna justicialista es que cristinistas son todos.
Es decir, no lo eran. Pero, el hombre y sus circunstancias. O el peronista y su pragmatismo. Hasta hace un par de meses, los sanjuaninos levantaban la bandera del federalismo y hacían fila para tomarse una foto con el gobernador Ricardo Quintela. Incluso en agosto peregrinaron a La Rioja. Esa vía se pinchó cuando reapareció Cristina en escena. La tropa se reordenó automáticamente.
En San Juan se alinearon los astros. O los caciques. Sergio Uñac y José Luis Gioja, las dos cabezas reales del partido provincial, bajaron la instrucción y el resto obedeció sin peros. Está todo bien con Quintela. Pero ni él ni ningún otro exponente -ni siquiera Axel Kicillof- sobreviviría al huracán CFK.
Una fuente partidaria del PJ sanjuanino contó a este periodista que solo cuatro municipios lograron superar los 200 avales: Rawson, Rivadavia, Pocito y Jáchal. Sí, se pusieron a contarlos y a medirse recíprocamente.
¿El resto no llegó a ese número tan discreto? ¿Acaso Chimbas o Caucete quedaron relegados? Es difícil de creer. Pero el número termina siendo secundario. La comparación entre los varones del peronismo es en realidad un resabio de la interna que les importa solamente a ellos. Hacia afuera es irrelevante.
Lo verdaderamente significativo es el grado de interés puesto en la tabla de posiciones. El cristinómetro se puso en funcionamiento.
Tiene fundamento el repentino fanatismo en torno de una figura importante, aunque muy alejada del concepto de renovación. Apostar por Ella tiene y tendrá ese doble filo: irradia autoridad y el PJ necesita ordenarse internamente, pero al mismo tiempo la ex vicepresidenta podría opacar a los emergentes.
Si bien la Jefa tiene un núcleo duro de votantes, su imagen negativa le puso techo en las urnas y la llevó a optar por Alberto Fernández en 2019. El final del cuento es bien conocido por todos.
Nadie está pensando en que Cristina vuelva a la Casa Rosada en 2027. ¿Nadie lo está pensando? Algunos sí. Pero antes de aquella posta electoral habrá que pasar por el 2025 y Ella tiene amplias chances de jugar el año próximo en provincia de Buenos Aires.
Las cuentas se presentan naturalmente. Si Cristina se queda con el PJ y si puede demostrar una reserva de competitividad el año que viene -nada menos que en el principal distrito de la Argentina por cantidad de votantes- ¿qué le impediría proyectarse para al 2027?
Este lunes la prensa porteña publicó un sondeo de CB Consultora, que midió intención de voto para las legislativas bonaerenses. Adivina adivinador: ¿quién lidera el ranking?
Aunque el 52,9% dijo que nunca la votaría, todo el cúmulo restante, casi la mitad, está dispuesto a elegirla. Solo se le acerca el libertario José Luis Espert, quien también ostenta un rechazo cercano a los 50 puntos. Cristina tiene un piso duro del 29% a su favor, mientras el economista amigo de Javier Milei arranca solo con el 14,5%.
Y sí, falta mucho para las urnas. Esto es apenas un atisbo de línea de largada. Pero permite sacar algunas conclusiones rápidas. La primera, impacta en el interior del PJ: no la den por extinta porque le queda mucho hilo en el carretel.
Tanto Uñac como Gioja la vieron en el acto. El resto de los dirigentes y la militancia, aún con algún rezongo muy silencioso por lo bajo, se allanó al nuevo/viejo GPS. Nuevo, porque nunca antes nadie sospechó que Cristina tuviese intenciones de quedarse con la conducción del partido. Viejo, porque Ella retiene la centralidad de la oposición como ningún otro dirigente logró hacerlo en los últimos 20 años.
Cristina sigue siendo el sol donde orbita el peronismo, aunque Quintela haya presentado su propia lista para competir por la conducción del justicialismo y aunque Kicillof todavía especule con las declaraciones públicas.
San Juan no escapa al clima nacional. El PJ se entusiasma con el deterioro de la imagen de Milei, aunque el futuro se presenta incierto. Si Ella es la mejor opción para reconstruir el partido o no lo es, ya no hay tiempo para dilatar la decisión. Súbitamente, cristinistas son todos.
JAQUE MATE