La cúpula del Frente Renovador llegó el viernes a San Juan para encabezar un encuentro regional con una instrucción directa de Sergio Massa: hay que movilizar a la tropa desde ahora. Los tiempos se aceleraron por dos factores: la crisis que transita el peronismo y las variables económicas que complican a Javier Milei.

El apuro del massismo puede no tener un correlato directo aquí, donde Franco Aranda sigue midiendo los próximos pasos. Conserva el diálogo con José Luis Gioja y con Sergio Uñac, pero estrecha vínculos también con Marcelo Orrego. Todo al mismo tiempo y con la venia de Massa.

Este juego 'a dos puntas' está habilitado por las particularidades del escenario político sanjuanino. Aranda ganó la confianza de Massa a lo largo de 2023, cuando acertó en las decisiones tomadas. Entre ellas, integrarse a la línea giojista que le ganó al uñaquismo en las elecciones para gobernador.

El ex ministro de Economía y ex candidato presidencial lo está dejando hacer a su referente sanjuanino. Incluso está permitiendo el tanteo con Orrego, a pesar de su alineamiento nacional con Juntos por el Cambio. Al fin y al cabo, ¿qué queda de Juntos por el Cambio?

A Massa, que sigue recluido tras la derrota del 19 de noviembre, se le adelantaron los tiempos para la reaparición en público. Según filtraron los dirigentes nacionales que llegaron el viernes a San Juan, los intendentes del conurbano bonaerense le pidieron que asome la cabeza.

Los jefes comunales quedaron en el medio de la interna feroz entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner. No pueden elegir entre el gobernador y el hijo de Cristina. Tienen que administrar. La interna peronista del principal distrito electoral del país se convirtió en un dolor de cabeza difícil de resolver.

¿Y Massa qué tiene que ver con todo esto, si no integra el PJ? Algunos intendentes esperan que pueda encabezar la lista de diputados nacionales por provincia de Buenos Aires y de ese modo ofrezca una salida salomónica a la brutal confrontación entre Axel y Máximo. La ancha avenida del medio del tigrense les permitiría a los jefes comunales ponerse por encima de la discusión kirchnerista.

Buenos Aires tracciona al resto del territorio. Si allá se pone en funcionamiento la maquinaria del Frente Renovador, también sucederá en las otras jurisdicciones. A eso obedeció la cumbre cuyana de la semana pasada en San Juan.

Por otro lado, el massismo advierte que el tablero nacional lo empuja a actuar. La reacción negativa de los mercados a las últimas medidas del ministro Luis Caputo abrió una ventana. El diagnóstico salta a la vista. Si el gobierno nacional no cambia el rumbo, podría comenzar su declive.

El Pacto de Mayo se devaluó tanto como el peso argentino. La foto de una parcialidad de los gobernadores junto al presidente, bien cerca de la medianoche de este lunes en Tucumán, podría interpretarse como un intento de legitimación política. Será difícil luego de la catarata de descalificaciones que el presidente profirió contra todo el arco político. Incluso contra sus aliados.

¿Qué pasaría si la opinión pública dejara de favorecer a Milei? ¿Cuántos de los firmantes del Pacto de Mayo seguirán sosteniéndolo y cuántos le soltarán la mano?

¿Qué pasaría si la opinión pública dejara de favorecer a Milei? ¿Cuántos de los firmantes del Pacto de Mayo seguirán sosteniéndolo y cuántos le soltarán la mano?

Eso es lo que estará mirando Aranda, muy entusiasmado por acordar con Orrego. Pero, para que esto sea posible, primero el gobernador debería apartarse del León. En el Frente Renovador entienden que la ruptura con la Casa Rosada sucederá eventualmente.

Pero, por la dudas esto no pase, el contacto con el peronismo sanjuanino sigue. Con Gioja y con Uñac, cada uno por separado, con la certeza de que ambos siguen manejando los hilos del partido independientemente de quién asuma la nueva conducción.

Como ex intendente peronista, Aranda conserva el diálogo con la militancia también. Con los nuevos actores del PJ, los que están empujando por emerger, los que en voz baja se quejan contra Gioja y contra Uñac aunque luego se allanan a los mandatos de los líderes. Nadie lo reconocerá en este contexto, cuando están intentando construir la unidad. Pero las facturas siguen guardadas en un cajón.

Esos diálogos se calentarán en lo que resta del año, porque el 2025 queda cada vez más cerca. Y el tiempo, que es relativo, se acorta.


JAQUE MATE