Para el Frente Renovador, Javier Milei es intolerable. Pero Marcelo Orrego es otra cosa. La marcada diferencia de opinión entre uno y otro abre la puerta a un entendimiento político que puede tener proyección hacia 2025. El tanteo ya empezó. De ida y vuelta.

'Estamos pidiendo unidad para enfrentar un gobierno que vino por todo', dijo en Banda Ancha una de las primeras espadas del massismo sanjuanino, Gabriel Castro. El ex concejal fue candidato a intendente de Capital el año pasado. Tiene vínculo directo con la cúpula nacional del Frente Renovador. Milei es el enemigo. Fin.

Por eso fue tan significativa la distinción que hizo al momento de referirse al gobernador. 'No vemos un Orrego similar a Milei', dijo Castro. Y lo llenó de elogios. Fue totalmente consecuente con el entendimiento que ya plasmó Franco Aranda en la Legislatura.

'Cuando tenemos que acompañar acompañamos', dijo Castro. En realidad ha sido un poco más fuerte el acercamiento. Aranda quedó al frente de la Comisión de Hacienda y Presupuesto, un lugar estratégico que siempre se reservó para sí el oficialismo de turno.

En breve le tocará ser el anfitrión del ministro de Economía, Roberto Gutiérrez, cuando presente el proyecto de Ley de Presupuesto 2025. La foto de ambos, uno al lado del otro, será la prueba material de lo que hace tiempo está sucediendo en el plano político.

Aranda obtuvo su banca para el Frente Renovador inserto en la lista que acompañó a José Luis Gioja el año pasado. El diálogo entre ambos se mantiene hasta el presente, pero nunca hubo una subordinación. Para el giojismo, la participación de Aranda en la boleta significó el acuerdo con Sergio Massa, que en ese momento era el superministro y calificaba como precandidato presidencial.

Aranda hizo valer esa referencia nacional. Optó por Gioja pudiendo también arribar a un acuerdo con Sergio Uñac. Pero todo eso quedó en el pasado. Hoy tiene contacto con los dos, pero se desmarcó hace rato. Desde Buenos Aires alentaron su autonomía. Hoy el massismo está actuando de manera similar a nivel nacional.

El presidente del Frente Renovador, Diego Giuliano, advirtió que si los compañeros justicialistas no se ponen de acuerdo, el massismo jugará con lista propia el año que viene. La división siempre será funcional al oficialismo libertario. Pero la feroz interna entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof justificaría el alejamiento de los primos renovadores.

En San Juan la opción de una lista separada del PJ también está en consideración. Aranda no quiere quedar pegado otra vez a una interna que le resulta ajena. Ya tuvo que definirse cuando se enfrentaron Gioja y Uñac en 2023. Caer otra vez en una batalla intestina en la que hay apenas una o -con suerte- dos bancas en juego, sería un despropósito.

Entonces no. Que se arreglen Cristian Andino, Fabián Gramajo y todo otro que quiera anotarse en esa confrontación. Aranda está mirando otras posibilidades. Una de ellas es competir con lista propia, independiente del PJ. Otra alternativa sería acordar con Orrego. Hay que decirlo con todas las letras.

'Siempre hemos tenido diálogo institucional, no político. Hay tiempo para eso', dijo Castro en Banda Ancha. Por lo tanto, es una charla pendiente y nadie la puede descartar. En términos del ex candidato a intendente, 'el Frente Renovador es un partido moderado'. Y si Orrego también es considerado un dialoguista, ¿por qué cerrarse a una alianza?

Uno de los motivos para descartar un frente electoral sería que Orrego terminara sellando un pacto con La Libertad Avanza. Hoy parece poco probable, pero esto es política. En tal caso, los renovadores no tendrían lugar en ese armado. Porque, como ya se dijo, Milei es inaceptable para ellos.

De todos modos, la elección del año próximo vendrá con una gran novedad que podría alterar la lectura tradicional de los tableros políticos. Será la primera vez que los argentinos y las argentinas voten legisladores nacionales a través de la boleta única papel. Los partidos con menor estructura, como el Frente Renovador, tendrán idéntica chance que los más grandes al estar todos impresos en la misma hoja. Solo ese cambio permitirá que algunos se envalentonen.

El resto está todo por escribirse. Lo cierto es que el massismo tantea a Orrego. Y viceversa.


JAQUE MATE

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