Ese objeto de deseo llamado ley de lemas
El nuevo régimen electoral es todavía un misterio pero cada vez se alzan más voces desde el peronismo para reflotar aquel sistema que funcionó en los '90. Antecedentes sobran.
En seis días se habrá cumplido un mes desde que el gobernador Sergio Uñac dejó en manos de la Legislatura el debate del nuevo sistema electoral para San Juan, tras haber disuelto las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. El movimiento deliberativo hasta ahora ha sido nulo. El oficialismo y la oposición siguen esperando un guiño desde Libertador Y Paula, una coordenada para saber hacia dónde avanzar. En este intervalo de silencio, una idea empezó a ganar adhesiones aunque está signada por la polémica.
Es la ley de lemas, un sistema que posibilita unificar las primarias y las generales el mismo día, provocando un ahorro de recursos. Se ajusta perfectamente a la consigna expuesta por Uñac cuando promovió la supresión de las PASO. Sin embargo, la oposición salió a cuestionar duramente este mecanismo de manera preventiva, antes de que alguien lo proponga oficialmente. Lo acusan de distorsionar la voluntad popular.
Con ley de lemas, un candidato que sacó menos votos que otro puede quedarse con la victoria, si su lema acumuló más puntos en la sumatoria de sus rivales internos. Es un embrollo, pero los dirigentes políticos lo tienen más que claro porque ya funcionó en San Juan en los años '90.
Quedó el recuerdo también de la elección en Capital en 1999. El PJ puso a tres potentes candidatos para que se sumen entre sí: Daniel Coll, Nélida Martín y Roberto Basualdo. Pero terminó pasándoles por encima la Alianza. Ganó Alfredo Avelín Nolléns con un discretísimo aporte de Antonio Falcón y Arturo Rosselot. La moraleja aprendida fue inequívoca: la arquitectura electoral nunca es más poderosa que la voluntad popular.
En Argentina la ley de lemas nunca se aplicó a nivel nacional al menos desde el regreso de la democracia hasta ahora. Pero hay tres provincias donde el sistema está vigente. En Formosa rige para cargos municipales y legislativos, en Misiones para cargos municipales y en Santa Cruz para todas las categorías.
En la provincia patagónica incluso hubo un fallo de la Corte de Justicia de aquella jurisdicción que validó plenamente la autonomía distrital para definir sus propias reglas electorales. El antecedente sienta jurisprudencia: más allá de que algunos no quieran saber nada con la ley de lemas, hoy está vigente en al menos tres distritos y goza de muy buena salud.
El pasado 6 de abril el asesor letrado de Gobierno, Carlos Lorenzo, dijo en Banda Ancha que la ley de lemas es un sistema totalmente válido. No reconoció que sea la alternativa que baraja Uñac, en absoluto. Pero sentó posición jurídica: en Libertador y Paula está todo bien con el regreso de aquel sistema. El freno está puesto desde lo político. Las decisiones todavía están en proceso.
Mientras tanto en la Legislatura siguen aguardando una señal. El pasado viernes en Banda Ancha el diputado vallisto Silvio Atencio dejó un par de definiciones interesantes. La primera de ellas fue que el debate de las reglas electorales todavía no empezó. Lo calificó de 'lento', atendiendo las ansiedades que brotan desde los 19 departamentos. Todos quieren saber con qué reglas tendrán que competir el año que viene.
Atencio dijo también que nadie quisiera revivir las tradicionales internas cerradas, en las que solamente votan los afiliados. Esa opción, que también sería válida, no cierra porque los oficialismos correrían con una ventaja enorme al dominar los aparatos partidarios. Quedan entonces dos alternativas: un sistema de colectoras o la ley de lemas.
'Creo que la ley de lemas podría ser interesante siempre y cuando podamos acotar la cantidad de sublemas para que no haya una atomización de candidatos que termine distorsionando la ley electoral', dijo Atencio. Con tres décadas de militancia sobre sus espaldas, el dirigente justicialista midió cada una de sus palabras. Lo que opinó de la ley de lemas es lo que muchos de sus compañeros vienen señalando en privado. Él lo hizo público, porque hay cierto consenso que empieza a sobrevolar en silencio.
El oficialismo podría prescindir de la oposición en la Legislatura para hacer volver la ley de lemas a San Juan y que ese régimen sea válido en las elecciones de 2023. Le bastaría con cerrar un acuerdo con el giojismo. Los diputados uñaquistas más los tres del bloque Lealtad reunen los dos tercios necesarios para producir cambios de fondo.
Como escribió Leopoldo Marechal: 'de todo laberinto se sale por arriba'. En tiempos de crisis, la expresión poética se adaptó para graficar que siempre existe una solución política aunque el camino parezca cerrado hasta el último recoveco. Es por arriba. Un acuerdo al más alto nivel destrabaría el punto muerto.
En la más absoluta reserva, un alto referente del uñaquismo habló de una 'ley de responsabilidad ciudadana participativa', que permita en los municipios tener tres listas que acompañen al mismo candidato a gobernador. Sería, a la postre, una ley de lemas ajustada.
Hay un texto para desempolvar, por las dudas. Se trata de la ley provincial 6.539 sancionada el 24 noviembre de 1994. A través de esa norma se implementó la ley de lemas para la aplicación en los comicios de 1995. Sobre la hora. A fin de año. Porque de los laberintos se sale por arriba.
No inocentemente Mauricio Ibarra puso como ejemplo aquella elección de 1995. Lo hizo el pasado martes aquí en Banda Ancha. El dirigente rawsino dijo que no solo hace falta unidad sino también renovación, como aquel despliegue logrado a mediados de la década escobarista. Valga la obvia observación: el régimen vigente era la ley de lemas.
Es todo lo que se puede decir por el momento. Antecedentes concretos de una idea que empieza a ganar cuerpo. Un objeto de deseo.
JAQUE MATE