Bienvenida la condena de Cristina, cantaron los macristas y los libertarios. También los kirchneristas, aunque parezca increíble. La sentencia de la Cámara de Casación será interpretada a conveniencia de cada sector, cada vez más despojada de contenido jurídico.

Cada argentino y argentina, cada sanjuanino y sanjuanina, tendrá su valoración al respecto. Ninguno habrá leído el contenido de la voluminosa Causa Vialidad. No importa. Hace tiempo que la opinión no necesita más fundamento que la autosatisfacción. Vale más tener la razón, cueste lo que cueste.

Sesgo de confirmación, dicen los que saben. Es decir, buscar argumentos, bien livianitos, bien a mano en redes sociales, en no más de 180 caracteres, para apoyar el punto de vista propio. Y el resto, que se embrome. Son los tiempos que corren. El debate se redujo a una guerra de consignas. De un lado, 'lawfare'. Del otro, 'se robaron todo'. Fin.

Entonces el fallo de Casación, cantado, predecible, le vino como anillo al dedo a todo el ecosistema político. Al nacional y al provincial. Aquí en San Juan, las mujeres de Juntos por el Cambio se pusieron a la vanguardia.

Primero posteó la diputada Nancy Picón y luego la intendenta de Capital, Susana Laciar. Ambas en el mismo sentido: celebraron la sentencia contra la corrupción. Ratificaron su alianza con el electorado anti-K que las votó. Hicieron lo que tenían que hacer.

Ídem José Luis Gioja, del otro lado de la grieta. El ex diputado nacional y referente se sumó al hashtag #TodosConCristina. Hizo lo que tenía que hacer. Un poco más tarde Sergio Uñac reposteó el comunicado de los senadores de Unión por la Patria. No a la proscripción.

Curiosamente y no tanto, de las dos puntas que tuvo la condena ratificada, no dolieron tanto los seis años de prisión como la inhibición perpetua de ejercer cargos públicos. Más allá del imaginario colectivo de ese grupo que sueña -delira- con una Cristina esposada y tras las rejas, eso no sucederá. En un caso extremo, terminaría con tobillera electrónica en su domicilio.

En cambio, la prohibición de ser candidata tiene otro espesor. ¿Por qué? Porque ¡oh sorpresa!, Cristina sigue siendo competitiva electoralmente. Hasta la prensa enemiga de la ex presidenta reparó esta semana en una serie de encuestas que le dieron holgadamente arriba de 40 puntos en provincia de Buenos Aires.

Entonces, que Cristina pueda o no pueda ser candidata el año próximo para volver al Congreso y liderar la oposición a Javier Milei desde esa banca, como presidenta del Partido Justicialista, es un montón (como dirían los chicos).

Bueno, hay que decirlo con todas las letras: sí podrá ser candidata y no, no irá presa.

El motivo es muy simple. Sus abogados defensores todavía tienen el recurso de acudir a la Corte Suprema. Hasta que se pronuncie el máximo tribunal, la condena no estará firme. Entonces, siga, siga.

Es conocido que los supremos tienen absoluta discrecionalidad para el manejo de los plazos. Pueden demorar todo lo que quieran. Y no son impermeables al clima social. Mucho menos al ambiente político. Es altamente probable que no se expidan hasta después de que hable la ciudadanía en las urnas.

En San Juan, la condena a CFK permitió otra vez exacerbar las posturas. Ratificar las convicciones a favor y en contra. Nada nuevo en Argentina. Nada nuevo en el universo K. Nada nuevo en el universo libertario tampoco.

Que Milei haya elegido rivalizar con Cristina, como no lo hizo con ninguna otra figura política les permitió a ambos sacar a los terceros del tablero. Perdió Mauricio Macri, sin ir más lejos, hoy codependiente de La Libertad Avanza.

Según el consultor Antonio De Tommaso, Cristina le garantiza un piso electoral de entre 25 y 30 puntos al peronismo sanjuanino. Ningún dirigente del PJ podría despreciar ese caudal, aunque para ello deberán identificarse.

Este miércoles lo hizo muy discretamente Cristian Andino en X, la red social favorita de los políticos. Apenas reposteó el comunicado de los senadores de Unión por la Patria que antes había compartido Uñac. Sin una coma de más.  También se expresió Fabián Gramajo, con un sobrio posteo: 'Toda nuestra solidaridad'.

Tanta moderación fue rara. El mundo está votando posiciones claras. O extremas. Milei o Cristina. Sin medias tintas.  Bienvenida la condena para este juego de opuestos. Indiferente, nadie.

JAQUE MATE

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