Dos hechos puntuales ocurridos este lunes pintan de cuerpo entero la situación por la que está atravesando Sergio Uñac. En primer lugar -y aunque no haya trascendido- fue el articulador del reencuentro de los gobernadores de la liga justicialista con la CGT. A pedido de los sindicatos el sanjuanino activó el Whatsapp para posibilitar este primer contacto cara a cara después de la condena a Cristina Fernández de Kirchner y el renunciamiento de ella que dejó al Frente de Todos sin una figura potente para la grilla de 2023. 

El otro acontecimiento relevante fue que Uñac no firmó la declaración de los mandatarios provinciales, fundamentalmente porque el sanjuanino consideró que no era oportuno confrontar de esa manera con la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Estos dos hechos describen la posición del gobernador. En este tiempo de descuento para el 2023 electoral, el sanjuanino está haciendo equilibrio entre una cosa y la otra: la conveniencia de sostener el vínculo nacional sin enchastrarse demasiado en ese barro mal visto por buena parte del padrón. Lo tienen medido en encuestas. A medida que más se aproxima Uñac a la Casa Rosada, más se deteriora su consideración en la opinión pública.

¿Entonces por qué mantiene esa relación tan cercana, si lo perjudica? Bueno, la respuesta es una sola: es la manera de conseguir recursos, preservar la obra pública y programas nacionales. Esta posición pragmática por conveniencia se materializará esta semana con una catarata de visitas nacionales. 

Primero llegará el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, para inaugurar una obra vial en Iglesia. Luego arribará la ministra de Salud, Carla Vizzotti, para asistir al Hospital de Pocito. Y finalmente de ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Santiago Maggiotti, para la última entrega de viviendas del año.

Cada vez que viene una autoridad nacional en las primeras líneas del gobierno provincial contienen la respiración. Saben que esa foto resta. Saben que esa imagen no ayuda a Uñac, pero es el camino posible en una provincia Nación-dependiente.

Uñac ha resuelto apostar a la provincia después del vuelo nacional que supo adquirir y la proyección que en algún momento lo situó en el banco de las grandes promesas del recambio peronista. La coyuntura lo puso en situación de defender primero la patria chica. Lo demás quedará para más adelante. Y defender la patria chica significa ganar las elecciones acá en San Juan en el primer semestre del año que viene. 

En este sentido el gobernador había preanunciado que una vez finalizado el mundial de Qatar iba a confirmar su candidatura. Una alta fuente confirmó que eso sucederá efectivamente apenas terminado el campeonato de fútbol. Puede pasar en la semana de la Nochebuena o la semana del Año Nuevo. Puede que no sea de manera explícita, sino de manera elíptica, pero va a ocurrir.

Uñac va a competir y la carrera tendrá un punto de partida nítido antes de que termine 2022. Saben en Paula y Libertador que esta línea de largada también estará marcada por la controversia sobre la constitucionalidad de otro mandato consecutivo. A conciencia buscarán anticipar todo lo que se pueda este conflicto. La intención es que se pueda resolver y se pueda liquidar mucho antes de que empiece la campaña.

Si Uñac tiene en mente firmar el decreto de convocatoria a elecciones sobre fines de enero para votar a fines de abril, cuanto antes estalle la controversia por la legalidad de un nuevo mandato, mejor. Solo así podría despegar ese debate de la campaña propiamente dicha. O al menos podría prorratearlo en el tiempo, con intenciones de licuar el impacto en la opinión pública. Será un aspecto -no el único por cierto- del 2023 que se avecina.

Teniendo esta circunstancia por delante, uno de los asuntos preocupantes en el gobierno es precisamente el desgaste que representa cada foto con un funcionario nacional. Sin embargo es el precio a pagar por el sostenimiento de la gestión. Es precisamente ese el motivo por el que Uñac seguirá jugando al equilibrista como hizo este mismo lunes cuando articuló la reunión de los gobernadores peronistas con la CGT pero luego evitó firmar la declaración agresiva contra los ministros de la Corte Suprema. 

Llegará el momento en que Uñac deba terminar de definir su postura, pero no está en los planes inmediatos. Este lunes le consultó la prensa porteña al sanjuanino qué opinaba del fallo contra Cristina. Cauteloso, el gobernador dijo que no está firme, que todavía resta la instancia de la Cámara de Casación y finalmente la Corte Suprema. Y consideró que es una situación que 'no le hace bien al país'. Y punto. No se inmoló por la vicepresidenta. No sacó los pies del plato tampoco, respecto de la posición integral del PJ. Ahí quedó, en el medio.

Fue otra señal del pragmatismo que marca este periodo tan sensible y delicado, descontando los días para iniciar la campaña política en la provincia. En Casa de Gobierno cuentan con que más temprano que tarde asome José Luis Gioja y levante él decididamente las banderas de Cristina. Eso eximiría a Uñac de buena parte de las incomodidades.

Quedaría para Gioja la letra K, bien grande. Uñac podría dedicarse a recuperar ese voto no peronista que hoy parece haberse rebelado y que es el que más está costando reconquistar. Es ese electorado reactivo al PJ, el que se aleja cada vez que viene un funcionario nacional y se toma una fotografía junto al gobernador.

Por eso la irrupción de Gioja en el tablero electoral aliviaría las cargas. Terminaría sumando en el esquema de la Ley de Lemas sin incomodar la construcción uñaquista. Al menos así aparece en los cálculos, mientras Uñac lanza su candidatura y acomoda la mochila nacional.


JAQUE MATE