Que tiene un montón de ganas. Que en las encuestas, medido con cualquiera de sus eventuales rivales internos, es el mejor instalado. Que esos números están en conocimiento de Marcelo Orrego. Que lo ideal sería una lista de unidad. Todo eso dijo Rodolfo Colombo en plena cuenta regresiva para la definición de candidaturas, este lunes en Banda Ancha. Pero de todo lo dicho, un par de facturas tal vez hayan sido lo más llamativo. Dos gestos que él mismo tuvo en 2017 y en 2019 como ofrenda hacia el espacio, que en principio merecerían alguna reciprocidad. Justo en el Día del Amigo.

Esos dos gestos de generosidad fueron celosamente guardados por Colombo para exhibir llegada la hora. El momento es este. El primero de ellos fue cuando en 2017 aceptó ser candidato suplente de Roberto Basualdo en la lista de senadores nacionales, quedando por debajo de Susana Laciar, sucesora natural del fundador de Producción y Trabajo. Primer acto de resignación de aspiraciones, con el afán de apuntalar la lista y sumar a la cosecha de votos.

El segundo gesto desempolvado del archivo por Colombo fue más reciente, en 2019, cuando también aceptó ir tercero en la lista de diputados nacionales que encabezó Orrego, otra vez debajo de Laciar, nuevamente dispuesto a acompañar en la campaña para empujar el carro.

Para cualquiera que lo mire de afuera, recordar el primer suplente de la lista de senadores de 2017 y el tercero titular de la lista de diputados nacionales de 2019 sería imposible. Esos lugares alejados se suelen olvidar rápidamente. Pero no Colombo, que tiene buena memoria porque para él fueron actos políticos importantes. Para el resto de los integrantes de la mesa del Frente Con Vos o de Juntos por el Cambio en esta oportunidad, también deberían estar frescos esos recuerdos. Al menos es lo que esperaría el dirigente actuarista, aunque por ahora lo deslice como al pasar en una entrevista en Canal 13.

Dijo que nunca se movió por intereses personales, que siempre estuvo dispuesto a abonar el proyecto electoral del espacio ocupando el escaño donde fuera necesario. Que no lo hizo esperando luego una retribución. Pero, como en toda relación, de tanto dar, algunas veces se puede abrigar la expectativa también de recibir. Porque los afectos se construyen de ida y de vuelta también.

Pero si el afecto no alcanzara, también hay otros argumentos. El primero de todos es que él tiene ganas de ser diputado nacional finalmente, de retomar la herencia familiar que le dejó su padre, Ricardo Colombo, uno de los históricos radicales de San Juan. El segundo factor es el de los números. Dijo con certeza que los sondeos lo ubican como el dirigente que, de tanto insistir, es el mejor considerado, el que mayor nivel de instalación tiene, detrás de Orrego y de Fabián Martín, que en esta oportunidad no juegan. Y señaló que todos dentro del frente conocen esas cifras. Entonces, si le dieran la espalda, tendrían que explicar las razones o al menos intentarlo.

Dijo también que lo ideal sería hacer un esfuerzo, ir con lista de unidad, mostrarle a la sociedad que Juntos por el Cambio está en condiciones de ofrecer un acuerdo que ponga por delante los intereses del conjunto más que las cuestiones individuales. Por supuesto, en ese esquema de unidad, su máxima aspiración sería conseguir un alineamiento debajo de su postulación. Pero sabe que no están las cosas cantadas en ese sentido. Y que nuevamente Laciar podría irrumpir con el aval de Producción y Trabajo, con lista paralela, para intentar quedarse con la candidatura.

El partido fundado por Basualdo y heredado por Orrego, tiene aspiraciones de seguir construyendo poder con cargos propios, en convivencia con los socios políticos. Esa convivencia se haría posible en el ejercicio de la primaria. Que cada quien presente su lista y que gane el más votado. O la más votada. No es lo que más le gustaría a Colombo, no por medirse con Laciar, sino porque ella iría con el respaldo explícito del santaluceño. Es una cuestión bastante nítida.

De todas maneras, más allá de las facturas del pasado reciente, Colombo tampoco está dispuesto a hacer un berrinche que haga estallar el acuerdo que con bastante empeño vienen sosteniendo desde hace alrededor de una década. Su mirada está puesta en 2023. En Banda Ancha reconoció que el mejor posicionado para pretender la gobernación es Orrego, y por lo tanto ahí estará puesta su mirada, en la preservación del espacio, en el sostenimiento del frente. En el camino seguramente le tocará seguir dando muestras de fidelidad.

Faltan apenas cuatro días para las definiciones finales. El próximo sábado 24 de julio será el día marcado por la Justicia Electoral para inscribir listas. La principal fuerza de oposición se encamina hacia una contienda interna entre dos opciones. No es el escenario preferido por Colombo. Orrego guarda en secreto su estrategia sin compartirla siquiera con los propios. Laciar se excusa de hablar en público. Habrá respiraciones contenidas y posiblemente otra factura más para guardar, a futuro.

JAQUE MATE