Hay varias discusiones internas en el bloquismo por estos días, pero una en particular asoma más intensamente: ¿deben competir con candidato a gobernador propio el año que viene? El sector 'autonomista' viene militando esa alternativa, poniéndole presión a Luis Rueda para que encabece. Pero el círculo de confianza del presidente del partido resiste la movida. Hay razones estratégicas que desaconsejan la quijotada en 2023.

Una mirada simplista sería considerar al bloquismo en inferioridad de condiciones frente al justicialismo. Hay mucho más en juego que hacer un papel decoroso. Nadie duda que la relación sigue siendo asimétrica en términos de estructura y de votos también. Sin embargo, los bloquistas que demandan volver a poner una boleta con la estrella impresa no están calculando una victoria ni nada que se le parezca. Les alcanza con recuperar la autoestima y sueñan con dar el batacazo inesperadamente en categorías municipales y legislativas.

Para que eso suceda, entienden que el primer requisito sería poner a Rueda como mascarón de proa. Dicen que solo teniendo candidato a gobernador propio podrían aspirar a engordar su participación en la Cámara de Diputados, con proporcionales y departamentales. Si nuevamente fueran subordinados a un candidato a gobernador justicialista, deberían conformarse con los espacios que les asignen en esa lista. Exactamente como ha venido sucediendo en los últimos 20 años.

Si Rueda encabezara finalmente, el bloquismo podría/debería llevar lista completa de diputados proporcionales más un diputado por cada uno de los 19 departamentos. Debajo del PJ, claramente eso nunca sucederá.

En el fondo, el sector 'autonomista' del bloquismo añora una separación paulatina del peronismo. Con Sergio Uñac lograron compatibilizar, pero sospechan que lo provincial los conducirá nuevamente a quedar pegados en lo nacional. Y eso les resulta inaceptable. Lo dijo con todas las letras Alejandro Bravo semanas atrás en Banda Ancha: 'lo más lejos de Alberto y Cristina Fernández'. Pero antes lo expuso Laura Adámoli, en los mismos términos. Entiéndase que ambos son portavoces de un espacio. No hablan a título personal solamente.

Rueda tiene claro este escenario. Ya ha bajado línea. Lo nacional se resolverá a su debido tiempo. No le cerró la puerta a una lista bloquista pura cuando llegue el momento de definir candidatos a senadores y diputados para el Congreso. Pero esto no debería interferir en el diseño de la estrategia provincial. Ya empezó a operar para bajar la espuma a las pretensiones, apoyado en argumentos políticos.

En la hipótesis de encabezar como candidato a gobernador, debería confrontar potencialmente contra dos pesos pesados como Sergio Uñac y José Luis Gioja. Es ciencia ficción todavía, porque nadie anunció nada. Pero la política demanda ensayar escenarios. Y Rueda efectivamente podría quedar en el medio de una confrontación que lo dejaría relegado en la consideración.

Por otro lado, no está claro si el eventual desprendimiento de Rueda terminaría restándole a Uñac en esa pulseada con Gioja. Sin importar la magnitud del voto bloquista, en el círculo del presidente del partido consideran que siempre aportó al gobernador. 'Cinco, diez o un punto', dijo una alta fuente del espacio. El argumento parece orientado hacia adentro y hacia el peronismo también, cuando empiezan a elevarse algunas voces que desafían a los correligionarios a que muestren cuánto tienen.

En la competición hipotética entre Uñac y Gioja, si Rueda abre camino aparte podría restarle al gobernador, no al diputado nacional. O al menos es lo que están planteando desde su entorno para aquietar las aguas de la separación pretendida.

Pero si esto no fuera tenido en cuenta, si resultara un factor menor, el interés bloquista también se podría ver afectado. Uñac siempre tendrá una gama de candidatos en los departamentos. En todos, en los 19. Rueda, en cambio, podría conformar una lista por municipio. En algunos, con referentes competitivos. En la mayoría, no.

Entonces, mientras Uñac tendría una sumatoria potente entre varios candidatos a intendente, el bloquismo, por ir con gobernador propio, quedaría en soledad. La subagrupación o sublema siempre iría a pérdida. Es una cuestión simple de entender.

Por otro lado, Rueda reconoce que su intención de voto es mucho menor a la de Uñac. Los candidatos bloquistas tendrán menos efecto arrastre que los justicialistas desde el arranque. O, visto de otro modo, Rueda podría tirarlos para abajo, mientras Uñac eleva a los suyos. Al esbozar este razonamiento, algunas pasiones 'autonomistas' en los municipios empezaron a ceder. 

El primero en dar brazo a torcer fue el iglesiano Mauro Marinero. Lo entendió en el acto. Veterano y pragmático, le dio la razón al presidente de su partido cuando discutieron días atrás el abanico de posibilidades.

La vía razonable, entonces, sería renovar el mejor acuerdo posible con Uñac. Jugar a fondo con el gobernador para que pueda obtener otra reelección, no solo frente al ímpetu de Gioja sino fundamentalmente frente a Marcelo Orrego.

Este plan supone que el bloquismo tenga garantizadas las bancas departamentales en los municipios que gobierna: Iglesia, Angaco y Zonda. Luego se verá el resto del mapa provincial. El siguiente paso sería aportar votos distintos a los que ya tiene el PJ en departamentos críticos para el oficialismo. En Capital con Wbaldino Acosta Zapata, Darío Maratta y la misma Graciela Caselles, que asistió a la apertura del Frente Renovador con la venia de Rueda.

En Rivadavia y Santa Lucía también el bloquismo ruedista supone que puede sumar puntos por fuera del justicialismo. Pero ese esquema solo funcionaría si compartieran candidato a gobernador. Con el nuevo sistema electoral SIPAD, todos los candidatos a intendente se tributan recíprocamente siempre y cuando estén contenidos dentro de una misma subagrupación o sublema. Bajo ese punto de vista, jugar por separado los dejaría marginados.

El desafío será convencer no solamente a los propios sino también a los aliados del peronismo, de que a ellos también les conviene renovar el matrimonio, aunque sea matrimonio por conveniencia.


JAQUE MATE