Marcelo Orrego empezó la cuenta regresiva para concretar su mayor sueño y enfrentar su peor pesadilla. En menos de 100 días tendrá que asumir la gobernación que ganó el 2 de julio. Pero lo acecha el fantasma de un país en llamas, con reminiscencias de 2001. Frente a este horizonte, su equipo ha diseñado una estrategia apoyada en tres pilares fuertes para ir por todo el 22 de octubre.

El plan incluye también una hipótesis inconfesable, porque contiene la caída del gobierno nacional al poco andar. Ese escenario tan tenebroso e indeseable, pero no imposible, obliga a tomar recaudos. Pese al hermetismo, se filtró la receta y se revela en esta columna por primera vez.

Paso a paso. Primero, las tres apuestas fuertes de Orrego para esta campaña de alta intensidad. Quedó demostrada la alta dependencia de las fórmulas presidenciales el 13 de agosto, porque Javier Milei consiguió partir en tres también la torta electoral en San Juan como no había sucedido el 14 de mayo ni el 2 de julio. La Libertad Avanza rompió la polarización que había reinado en la Argentina y en San Juan los últimos 20 años.

Por lo tanto, Orrego jugará a toda potencia para instalar a Patricia Bullrich. En la campaña previa el gobernador electo se mantuvo algo distante, para evitarse el daño por la sangrienta interna de Juntos por el Cambio. Superada esa definición en las primarias, ahora llegó el momento de acelerar.

El pasado jueves hizo un llamado a toda la militancia en un encuentro en el Club del Centro Comercial de Santa Lucía. Les pidió salir a trabajar en el territorio para poner en valor a Patricia y su equipo técnico. En este sentido, todos agradecieron la llegada de Carlos Melconian. Bullrich se configura como 'el cambio con certezas'. O al menos es la idea que pretenden instalar frente a la fiebre violeta.

Esta campaña a favor de Pato como 'el cambio con certezas' involucra sembrar dudas sobre Milei. Orrego y su equipo de colaboradores miran con temor la eventualidad de gobernar con un presidente libertario. 'Es no saber qué va a pasar', graficó una alta fuente del espacio amarillo.

Están intentando convencer votante por votante, en diversos ámbitos. Escuchan a la gente decir 'que reviente todo y se vayan todos a la m...'. Entonces algunos dirigentes orreguistas contestan con una reflexión de carácter histórico. En 2001, después del helicóptero, 'volvieron los dinosaurios Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde'. El argumento puede no ser efectivo frente al hartagzo y la frustración social.

La segunda apuesta de Orrego será poner en juego todo su capital electoral. Cuenta para ello con un antecedente alentador: la remontada del 14 de mayo al 2 de julio. En poco más de 40 días, el espacio amarillo creció 57.000 votos. Si el gobernador electo pudiera reconquistar aunque sea parcialmente ese volumen, tendría chances de liderar nuevamente. Le bastaría con mucho menos, por cierto.

'Marcelo está fuerte, es el gobernador que va a asumir', coincidieron un par de fuentes, una del orreguismo y otra del uñaquismo. Esa apreciación compartida refleja un dato sólido: de uno y otro lado de la grieta esperan que el gobernador electo le ponga el cuerpo a esta campaña. Descuentan que tendrá gravitación también. El 22 de octubre por la noche se podrá apreciar la magnitud de ese resultado.

La tercera apuesta de Orrego será el corte de boleta y el voto en blanco. En un escenario de tercios tan parejos, la mínima diferencia puede causar cambios sustanciales en el tanteador final.

La PASO demostró que el efecto arrastre es fuerte, pero dada la división de tercios el corte va a ser importante. El 13 de agosto hubo 32.000 votos en blanco para senadores y 13.000 votos en blanco para presidente. Esto significa que hubo 19.000 votos de diferencia entre presidente y senadores. Hubo 19.000 sanjuaninos que votaron solo presidente, descartando el resto de la boleta. Habrá que ver su postura ahora en la general.

La diferencia entre el primero y el tercero en San Juan el 13 de agosto fue de alrededor de 10.000 votos. Por lo tanto, cualquier mínimo movimiento en ese cúmulo de votos en blanco y de corte de boletas podría alterar sustancialmente el resultado final.

El jueves en el agasajo a los fiscales en Santa Lucía, Orrego arengó a la tropa a salir con toda la energía para pedir el respaldo a Bullrich y fundamentalmente a los candidatos Emilio Achem para el Senado y Nancy Picón para Diputados. El fin de semana, una alta fuente del espacio confesó que funcionó la inyección de optimismo

Independientemente de lo que suceda a nivel nacional, el orreguismo volvió a confiar en la posibilidad de ganar la elección en San Juan. Si así fuera, se quedarían con las dos bancas de la mayoría en el Senado y, por qué no, un par en Diputados. No será sencillo, por supuesto. No se medirán solo con los libertarios sino también con el peronismo que está a punto de sellar la unidad entre Sergio Uñac y José Luis Gioja.

Finalmente, la hipótesis inconfesable. Si Milei ganara la Presidencia de la Nación, la propia Bullrich profetizó su caída. 'No seamos boludos, si gana dura dos meses y vuelve el peronismo', habría dicho la candidata de Juntos por el Cambio. La prioridad de ganar dos bancas en el Senado, para Orrego, tiene relación directa con ese descenlace símil 2001.

En caso de acefalía, el Senado será el responsable de coronar al nuevo presidente/bombero para apagar el incendio. Si el peronismo conservara su mayoría, se cumpliría la profecía de Bullrich. Pero si Juntos por el Cambio tuviera el número, podría llegar a la Casa Rosada por esa vía.

No es conspiración. Es simplemente estar preparados para lo que venga.


JAQUE MATE