¿Cómo bancar a Javier Milei sin quedar pegado a Milei después de la enorme movilización en defensa de la universidad pública? Todo un dilema para Marcelo Orrego, quien dejó por escrito en la apertura de sesiones su decisión de cuidar al extremo la relación de la provincia con la Nación. El secretario general de la Gobernación, Emilio Achem, se convirtió en alquimista.

Se presentó este miércoles en el hotel céntrico a donde había sido convocada la prensa. El motivo era un encuentro de funcionarios de turismo de la región de Cuyo. Su aparición fue absolutamente inesperada. Fuera de agenda. Llegó preparado para contestar a la pregunta lógica: ¿cómo vio el gobierno la manifestación en las calles?

Achem encontró la manera de caminar por la cornisa. Dijo que el gobierno nacional debe escuchar el pedido de los rectores. Pero criticó la presencia de dirigentes políticos en la marcha, porque le quitaron legitimidad.

Con esta síntesis, el secretario general alineó el discurso oficial. En ausencia del gobernador, que aún se encuentra en Chile, sentó posición. Para el resto del gabinete, habrá funcionado como una bajada de línea. Todos saben la ascendencia que tiene Achem. Es el brazo político de Orrego. Su mejor intérprete.

Cumplió con la difícil misión de ubicarse a la distancia justa: ni tan cerca que se queme, ni tan lejos que se enfríe. La estrategia, por supuesto, tiene sus costos. No terminará nunca de conformar a los libertarios. Tampoco a los opositores que le reclaman un gesto de autonomía.

Orrego decidió mantenerse en esa órbita equidistante, con la expectativa de preservar los lazos imprescindibles con la Casa Rosada.

Orrego decidió mantenerse en esa órbita equidistante, con la expectativa de preservar los lazos imprescindibles con la Casa Rosada. Lo dijo en su mensaje anual: el 80 por ciento de los recursos que recibe San Juan provienen de Nación. Romper relaciones pondría a la provincia en extrema vulnerabilidad.

Pero Orrego decidió no acoplarse a La Libertad Avanza. Ni siquiera después de que su candidata presidencial, Patricia Bullrich, pactó su incorporación al gabinete de Milei. Los gobernadores de Juntos por el Cambio entendieron que su mejor estrategia era conformar un bloque amarillo que fuera interlocutor de la Casa Rosada, sin alineamiento automático.

Para San Juan y su pequeña escala, resultó ventajoso armar equipo con otras hermanas mayores: Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos, por citar solo tres.

La decena de gobernadores cambiemitas consiguió un lugar en la mesa de diálogo que finalmente abrió Milei, tras el fracaso de la Ley de Bases en el primer intento. Pasaron del ninguneo a la posibilidad de negociar compensaciones. Política clásica.

Orrego ganó la gobernación el 2 de julio del año pasado con prácticamente el 50 por ciento de los votos. Un mes después su precandidato presidencial, Horacio Rodríguez Larreta, perdió frente a Bullrich. Dos meses más tarde, Pato fue eliminada de la contienda. En el ballotage de noviembre, Milei arrasó. El gobernador sanjuanino entendió lo que habían votado las mayorías.

Ganó el cambio, aunque con matices. En la provincia, un cambio moderado. En la Nación, directamente la ruptura. Congeniar ambas miradas fue, es y será difícil. Pero Orrego interpretó el lugar que le toca. Si el viento sopla en esa dirección, habrá que izar las velas, avanzar y esquivar las tormentas cuando sea posible.

Orrego interpretó el lugar que le toca. Si el viento sopla en esa dirección, habrá que izar las velas, avanzar y esquivar las tormentas cuando sea posible

Eso intentó hacer Achem este miércoles. El licenciado en Ciencias Políticas ha sido docente e investigador de la Universidad Nacional de San Juan durante 25 años. Pertenece a ese claustro. Muchos de sus compañeros y alumnos se levantaron en rechazo a la motosierra que los está poniendo contra las cuerdas.

Mientras el presidente Milei contestó con un león que tomaba 'lágrimas de zurdo' en taza, Achem hizo un llamado al diálogo. Al diálogo que tiene que abrir la Casa Rosada. Fue una toma de posición del lado de la mayoría. Es decir, de la gigantesca masa que salió a las calles en reclamo de financiamiento. El secretario general de Orrego no desacreditó la protesta.

La única crítica que hizo Achem fue hacia la dirigencia política opositora que acompañó a los universitarios. Él no pudo estar porque, más allá de ser docente de la Nacional de San Juan, es el funcionario más cercano a Orrego. Su participación hubiera sido una bomba. Nunca estuvo en consideración.

El día previo, la diputada nacional Nancy Picón, dijo en Banda Ancha que la educación se defiende en el aula. Fue una manera de bajarse también de la marcha, en línea con el discurso oficial. A ella le tocará votar por la nueva versión de la Ley de Bases en pocos días. Cualquier declaración altisonante habría llegado de inmediato a Buenos Aires y hubiera tenido impacto directo en esa negociación que finalmente abrió Milei con los gobernadores. Incluido Orrego.

Más allá de la identificación con las ideas del cambio, el orreguismo está jugando al pragmatismo más clásico. Todavía busca la receta para bancar a Milei sin quedar pegado a Milei. Mucho menos cuando el presidente acaba de recibir el primer llamado de atención ciudadano desde que asumió el poder.


JAQUE MATE