Es archiconocido el chiste de aquel político que en un discurso dijo: 'los argentinos estábamos al borde del precipicio y hoy hemos dado un paso adelante'. Podría definirse como humor negro, en un país tristemente acostumbrado a las crisis cíclicas. Igualmente la metáfora del abismo resulta interesante. Funciona siempre como una síntesis inequívoca de haber llegado al límite.

La referencia al precipicio estuvo en el mensaje anual del gobernador Sergio Uñac el lunes pasado en la Legislatura. Y estuvo en boca del diputado nacional José Luis Gioja este martes en Banda Ancha.

En su discurso el gobernador habló de 'elegir realidades y evitar saltos al vacío'. Fue una manera de contraponer los 20 años de gestión justicialista iniciados en 2003, contra las promesas de la oposición.

Dicho de otro modo, de un lado estaría lo conocido y, del otro, el abismo. La oposición reaccionó a coro. Marcelo Orrego, por ejemplo, habló de un gobierno estancado.

Gioja echó mano de la metáfora para referirse a la interna peronista a nivel nacional. Reconoció que la sucesión de Alberto Fernández está muy complicada, pero confió en que ganará el instinto de supervivencia.

'Los peronistas llegamos al borde del precipicio. Miramos para abajo, vemos que está todo feo, negro, mal. Nos corremos y arreglamos', explicó el diputado y candidato a gobernador, veterano en este tipo de armados.

Sin embargo, puede que lo nacional incomode a Gioja un poco menos que lo provincial. La tensión con Uñac no está superada en absoluto. Pudieron hacer algún remiendo que les posibilitó coexistir al menos hasta el 14 de mayo. Lo que suceda de ahí en adelante será cuestión aparte.

Lo admitió el propio Gioja en Canal 13. Un mes y diez días después de votar en San Juan habrá que cerrar listas para senadores y diputados nacionales, el 24 de junio. Según su perspectiva, 'el que salga primero en las elecciones del 14 de mayo tendrá el naipe y podrá repartir las cartas'.

Traducido: el peronista más votado, sea él o sea Uñac, tendrá las jinetas para conducir el armado del segundo semestre. En realidad lo que hizo Gioja en esta oportunidad fue blanquear lo que hace rato se veía venir. Las candidaturas a senadores y diputados nacionales funcionarán como una suerte de premio o castigo, en función del rendimiento demostrado en las urnas un mes antes.

Entonces, ¿ya están pintados para la guerra? No necesariamente. Gioja no se cerró a que haya un acuerdo. Dependerá también de la posición en que quede el peronismo en términos globales. ¿Y si cayeran derrotados a pesar de la sumatoria entre ambos pesos pesados? Hoy eso es ciencia ficción. Hay final abierto.

Lo único concreto es que las elecciones nacionales, a diferencia de las sanjuaninas, siguen contando con una herramienta central: las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Las PASO le resolverán un problema al Frente de Todos y a Juntos por el Cambio.

Funcionarán para definir candidaturas presidenciales y, en la misma medida, también para tener su correlato con listas de senadores y diputados. El peronismo sanjuanino podrá dividirse en tantas líneas como candidatos presidenciales haya. Ídem Juntos por el Cambio.

Desde ese punto de vista, el escenario se parece bastante al de 2003, cuando el PJ llevó tres candidatos presidenciales en paralelo: Carlos Menem, Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá, cada uno con su propio referente en San Juan. 

El malestar social se parece bastante y se refleja en la dispersión del voto. Nadie, ningún analista ni consultor, pronostica un batacazo. El próximo presidente de la Nación llegará a la Casa Rosada con mucho esfuerzo.

Gioja, que tiene más de 50 años de militancia a cuestas, ha visto realidades así. En Banda Ancha no se mostró nervioso ni desvelado por lo nacional, aunque deslizó algunas críticas a la gestión. Dijo que no se supo comunicar. Y le reclamó a Alberto que se ponga por encima de las candidaturas, que resigne sus aspiraciones personales para conducir el proceso de unidad.

Le pasó factura, incluso. Dijo que para eso le dejó la presidencia del PJ. Hizo un reconocimiento explícito al esfuerzo de Sergio Massa y hasta relativizó su negativa a ser candidato en 2023. Algo semejante dijo sobre Cristina. Pero el tema para Gioja, en esta Semana Santa, es nítidamente San Juan. No la Casa Rosada o el reparto de posiciones en el Congreso.

Una cosa va de la mano de la otra, como ya se dijo. El 14 de mayo los sanjuaninos y las sanjuaninas ordenarán al peronismo, más allá de elegir gobierno. Y tendrá onda expansiva en los meses subsiguientes.

¿Aplicará la metáfora del precipicio en lo provincial como en lo nacional? ¿Terminarán limando asperezas en serio Uñac y Gioja, Gioja y Uñac como salvavidas para el movimiento que lideran? ¿O acaso habrá llegado el punto final para la tregua transitoria, cuando se avecinan los últimos 30 días para ir a las urnas?

Unidad hasta que duela, repitió una y otra vez Gioja durante aquel armado de 2019 que terminó coronado con la victoria del Frente de Todos. Parece que al peronismo le sigue doliendo la unidad. Nunca le resultó fácil la armonía interna, ni siquiera en los tiempos del General.

Sin embargo, cuando se encuentran al borde del precipicio, les gana el instinto de supervivencia. En política esto se llama vocación de poder.


JAQUE MATE