Cuentan que Sergio Uñac en la intimidad suele apelar recurrentemente a la misma analogía cuando habla de política. Dice que es como una casa. Que hay que cuidarla, mantenerla y conservarla permanentemente, porque el día que se rompa todo junto -la heladera, el lavarropas, la calefacción, las cañerías- será imposible repararlo. Será demasiado tarde y los lamentos, inútiles. La tarea no hecha a tiempo habrá minado el destino.

Interesante comparación en la vigilia de una nueva cita electoral. Curiosamente o no tanto, el ejemplo de la casa fue mencionado por dos importantes referentes del uñaquismo con apenas unos minutos de diferencia, en conversaciones separadas. Es evidente que la idea está más presente que nunca, como hoja de navegación rumbo al 2023 incierto.

Tanto el gobierno provincial como los gobiernos municipales enfrentan el calendario en cuenta regresiva. En unos seis a siete meses habrá elecciones en San Juan y quienes están en gestión deberán someterse al veredicto plebiscitario. Los oficialismos vienen siendo castigados a nivel mundial tras la pandemia. Sucedió en Europa y también está pasando en Latinoamérica. Brasil, el ejemplo más fresco.

En San Juan no cuentan con una ola nacional a favor. Si ocurriera, sería más que bienvenido. Pero no parece que la Casa Rosada vaya a revertir en lo inmediato los bajos niveles de aprobación que registra en las mediciones locales. La situación se agrava en los grandes centros urbanos. En Capital, Alberto Fernández apenas araña el 18 por ciento de imagen positiva, según una fuente que tiene llegada directa al palacio municipal de Ignacio de la Roza y Caseros. 

Es una mala noticia para Emilio Baistrocchi. Los sondeos que viene realizando regularmente el municipio le arrojan al intendente un interesante nivel de conformidad con la gestión, superior al 50 por ciento. Traducir eso a votos será tema aparte. En una elección siempre coexiste una multiplicidad de variables. Entre otros aspectos, la identificación con el modelo nacional y el provincial. Los intendentes pueden mejorar los servicios y acelerar las obras, pero el humor social no se construye únicamente con asfalto, veredas, iluminación o limpieza.

Es cuando empieza a tallar la política. El contacto cara a cara. El territorio. La capilaridad de las acciones para llegar puerta a puerta. Entonces aplica la analogía uñaquista de la casa. Hay que atender con urgencia e inmediatez cada aspecto de la gestión, porque la sumatoria de errores se puede convertir en una bola de nieve. Esa lógica también comprende lo partidario. Dejar cabos sueltos por ahí equivale a hacer oídos sordos cuando un artefacto doméstico empieza a fallar. Puede ser el principio de un efecto cadena. Hasta que un día son tantos los desperfectos que no hay forma de resolverlos a todos juntos.

Baistrocchi activó un plan estratégico municipal que puede ser entendido de dos maneras. La primera, como una iniciativa burocrática. La segunda, como una acción política de aproximación a distintos sectores. Fue más lo segundo que lo primero. Fue así que el viernes pasado en la ex Estación San Martín confluyeron desde empresarios hasta docentes, adultos y jóvenes, mezclados con funcionarios del municipio y la provincia. Se habló de espacios verdes, transporte público, ciclovías y estímulos para el deporte y la cultura, entre otras materias.

Capital será un campo de batalla en 2023 y en el último bimestre de 2022 ya se respira una atmósfera pesada. Juntos por el Cambio podrá pararse con comodidad sobre la pobre imagen de Alberto en el distrito para hacer flamear la bandera de la alternancia. Llegó la hora de ponerle fin a la hegemonía justicialista en el municipio, saldrán a decir a coro. Con eso solo no les alcanzará, lo saben. Por el momento hay uno solo que tiene el suficiente grado de instalación, producto de haber sido candidato los últimos 20 años: Rodolfo Colombo. Pero habrá varios más en carrera y ya están recorriendo cada barrio, presentando credenciales. Entre ellos, el orreguista Guido Romero.

Visto desde el PJ y aliados, una forma de contrarrestar la ola amarilla en Capital sería contar con el efecto Milei. El histriónico economista pasó hace un par de fines de semana por la provincia y revolucionó la peatonal. ¿Quiénes serán los referentes del libertario en el municipio, capaces de recolectar aunque sea una parte de ese fervor? La cuenta obvia del oficialismo es que cada punto captado por los libertarios significa un punto menos para Juntos por el Cambio. La división de la oposición es una materia esencial para el próximo comicio.

Pero, como ya se dijo, las elecciones son multicausales. El Frente de Todos también tendrá que afrontar sus propios fantasmas internos. El sistema SIPAD, la nueva versión de la ley de lemas, permitirá la sumatoria de todas las listas en carrera. Sin embargo, en tiempos de campaña el 'fuego amigo' dejará heridas. Todavía no está del todo claro quién y cómo sentará las reglas de convivencia.

Por un lado, tanto para Baistrocchi como para el resto de los intendentes justicialistas, será un alivio sacarse de encima la doble instancia. Cuando había primarias y generales, el tiempo entre una y otra servía para la conspiración y la revancha. Con el SIPAD no habrá margen para este tipo de especulaciones. Irán todos a las urnas el mismo día. Uno ganará, el resto no.

Por otro lado, la coexistencia de varias listas justicialistas y bloquistas puede tener más efectos secundarios. El más predecible de todos es que le restarían puntos al intendente. Esos puntos terminarán sumándose, es verdad, pero en la tabla original los porcentuales individuales serán más bajos que en comicios anteriores. 

Vale explicarlo con nombres para que se comprenda mejor. Los votos que obtenga Carlos Lorenzo en Capital, ¿no se los sacará a Baistrocchi, perteneciendo ambos al PJ? Los votos de Graciela Caselles, separando al bloquismo del justicialismo por primera vez desde 2003, ¿no se los sacará a Baistrocchi? Idéntico razonamiento le cabe a la figura de Leonardo Gioja, otro de los eventuales candidatos para el año próximo. Dicho de otro modo, están pescando en la misma pecera.

Por otro lado, siempre estará latente el espejo de Rawson: allá se están destrozando entre los propios compañeros peronistas. ¿Se puede configurar un escenario similar en campaña en Capital?

Y un último dato, no menor. El efecto arrastre del gobernador, que encabezará la boleta, se dividirá entre todos los candidatos a intendente de su espacio. Sí, claro, se terminarán sumando los puntos recíprocamente. Pero en lo individual, los porcentajes ya no serán lo que eran.

Asfalto, veredas, iluminación y limpieza van de la mano de todos estos otros cálculos. Como una casa, que hay que cuidar, mantener y conservar permanentemente. Porque el día que se rompa todo junto será irremediable.


JAQUE MATE