Susana y Carlos, todo por demostrar
Ambos intendentes electos tienen un punto en común a pesar de integrar espacios políticos antagónicos. Cautela de un lado, apuro del otro.
Podría decirse que el domingo dejó dos tipos de gobiernos municipales en el Gran San Juan: tres por la continuidad y dos por el cambio. Los tres primeros fueron lógicamente Santa Lucía, Rivadavia y Chimbas. Los otros dos fueron Capital y Rawson. Ese es precisamente el punto de encuentro entre dos referentes antagónicos en términos de grieta: Susana Laciar y Carlos Munisaga.
El caso más claro tal vez sea Santa Lucía, donde Juan José Orrego fue el único intendente reelecto de los tres que buscaban ese segundo mandato en el Gran San Juan. No tuvieron la misma suerte Emilio Baistrocchi ni Rubén García. El jefe comunal del Este tendrá otros cuatro años tras haber sido ratificado de manera contundente por los vecinos.
En el otro extremo cardinal, Sergio Miodowsky ganó en Rivadavia como garante del modelo de Fabián Martín. Fue nítidamente un voto de confianza de los electores hacia el intendente saliente y quien estuvo a su lado desde el principio. Entonces sí, será el debut de Miodowsky pero no arrancará desde cero. Incluso podrá conservar parte del equipo que le deje su mentor.
Algo similar sucedió en Chimbas, donde Daniela Rodríguez aplastó a todos los rivales internos y externos por encarnar el proyecto de Fabián Gramajo. La intendenta electa tendrá que desplegar sus aptitudes personalísimas, pero podrá asentarse en los engranajes que ya están en funcionamiento.
Nada de eso les estaría permitido a Laciar en Capital y a Munisaga en Rawson. A diferencia de Santa Lucía, Rivadavia y Chimbas, los vecinos de Capital y Rawson pidieron un giro de 180 grados. Es una simplificación del comicio, pero es el primer mensaje de las urnas. Por eso ambos tendrán todo por demostrar luego de haber generado una alta expectativa.
Ambos pasaron este miércoles por Banda Ancha y exhibieron estilos muy diferentes. Laciar se mostró cauta, sin prisa por tomar las riendas del municipio, pero con algunas definiciones políticas que le darían sustento a sus cuatro años de gestión. La primera de ellas, que no hará referencia a la herencia recibida. Que no habrá 'ah, pero Baistrocchi' como excusa en adelante.
La segunda definición fue que convocará a las distintas expresiones que integraron la Agrupación Cambia San Juan para receptar ideas: Rodolfo Colombo, Gonzalo Campos, Martín Sassul y Eduardo Cerimedo. El gabinete por ahora no está definido.
La tercera definición de Laciar fue temporal: dijo que seguirá abocada a la banca de diputada nacional hasta el 10 de diciembre, que no renunciará antes de tiempo. Y que en paralelo irá preparándose para asumir cuando Baistrocchi le entregue el poder.
Susana intentará traer a Capital el modelo de Marcelo Orrego en Santa Lucía, plenamente consciente de que un municipio es muy diferente del otro y que le tocará gestionar en crisis. Aunque esté confiada en un cambio de gobierno a nivel provincial y a nivel nacional, sabe que las variables de la economía no van a mejorar drásticamente de un día para el otro.
Con más de 20 años de militancia en su haber, la intendenta electa entiende que el crédito de la opinión pública se agota rápidamente. Suele durar 100 días el paréntesis hasta la primera evaluación. Pesará sobre ella la comparación inmediata con Baistrocchi, inevitablemente. Será la primera experiencia no justicialista en 16 años.
La cautela de Laciar contrastó con el apuro de Munisaga. Este miércoles en Canal 13 reveló que ya está tomando contacto con bancos públicos como el Nación y el San Juan para adquirir camiones compactadores vía leasing. Su idea es tener todos los papeles listos para poner la firma el primer día de gestión ¡dentro de siete meses! Sería algo así como ir gobernando por adelantado.
No por ello dejará la Secretaría de Estado de Seguridad. Está resuelto a seguir trabajando en ambos frentes como viene haciéndolo desde que le tocó integrar el gabinete de Sergio Uñac en diciembre de 2019. Porque sí, también admitió que su trabajo político en Rawson nunca cesó. Nunca dejó de militar en el territorio, aunque por momentos no se revelara públicamente.
Munisaga cuestionó que el presupuesto municipal de Rawson tenga cero pesos de programas nacionales. Lo atribuyó a la falta de gestión y se comprometió a bajar esos recursos de inmediato. También se comprometió a cambiarle la fisonomía a la calle Lemos. Y derribar las murallas del parque, iluminarlo mejor y convertirlo en un espacio amigable para los vecinos. Esto, en un enorme abanico de compromisos que también le pondrán la vara muy alta.
La disconformidad con el gobierno de Rubén García quedó plasmada en los ínfimos 1.665 votos que obtuvo el domingo. Este aplazo para la actual gestión es una ventaja para Munisaga. En la comparación puede salir favorecido con relativa facilidad. Sin embargo, también le tocará lidiar con la paciencia agotada de los vecinos que esperan resultados inmediatos. La dinámica del Estado no siempre se acopla con el apuro de la gente. Será todo un desafío sincronizar la expectativa con la realidad.
Y todo esto con un dato adicional, estrictamente político: será el único exponente del uñaquismo en el Gran San Juan en el periodo 2023-2027. Si Uñac pudiera continuar en el poder, tendría un afecto especial por Rawson. Tanto como el que tuvo por Chimbas hasta que se quebró el romance con los Gramajo.
JAQUE MATE