Uñac empezó a mover, con memoria pragmática
Un mensaje claro en una de las juntas departamentales más divididas, que bien se puede aplicar al resto del territorio. Tensiones y necesidades en tiempo de descuento.
El gobernador Sergio Uñac llevó un mensaje claro a una de las juntas departamentales más divididas de toda la provincia, el fin de semana pasado. Fue ahí, en Rivadavia, donde bajó una coordenada de que bien puede aplicarse al resto del territorio. Repitió lo mismo que viene diciendo hace tiempo su hermano, el senador Rubén Uñac. A los militantes les pidió poner en valor lo hecho por la sucesión de gobiernos peronistas desde 2003 a esta parte. Y sostuvo que el PJ es el único garante del modelo.
La campaña empezó. Aún sin calendario electoral ni sistema definido, porque todavía depende de la Justicia la realización o no de primarias, el segundo semestre significó el banderazo de largada para una construcción política que seguramente demandará un importante esfuerzo. El contexto nacional no ayuda y en la provincia las divisiones internas preocupan, mientras los acuerdos se demoran.
En este marco, la arenga de Uñac a los militantes del peronismo de Rivadavia, bastión de Juntos por el Cambio, se acopló perfectamente al discurso del viernes en la plaza Aberastain. Ahí, en el homenaje a Juan Domingo Perón, el gobernador dijo que el justicialismo volverá a ganar las elecciones en el primer semestre del año que viene. Inmediatamente intentó corregirse, para no confirmar lo que todo el mundo olfatea: que habrá comicios desdoblados y bastante adelantados de los nacionales en 2023.
En esta columna se ha dicho en reiteradas ocasiones que el tiempo apremia precisamente por ese motivo: la tarea militante deberá concentrarse en este semestre porque tempranamente habrá que definir candidaturas apenas comience el año nuevo, como ya sucedió en 2019.
Por la presencia de Uñac, volvieron a la Junta Departamental de Rivadavia algunos dirigentes que hacía mucho no aparecían por ahí. Por ejemplo, el secretario de Ambiente, Francisco Guevara. El funcionario del gabinete tiene una relación apenas correcta con sus pares, pero resolvió construir su propio espacio y es mirado con recelo por otros aspirantes a la candidatura a intendente.
El gobernador defendió el modelo provincial que concretó objetivos materializados en obra pública, como viviendas y diques. Apeló a la memoria, a lo que sucedía en San Juan en los años 2001 y 2002, según relató el presidente de la Junta Departamental de Rivadavia, Ruperto Godoy. Esa mirada al pasado parece imprescindible en estos momentos críticos, sobre todo teniendo en cuenta que hay varias generaciones que no vivieron aquella provincia quebrada.
Con esa mirada de dos décadas, Uñac dejó implícito el reconocimiento a la gestión de José Luis Gioja. Fue un tiro por elevación, ahí delante de peronistas diversos y enemistados entre sí, para superar la interna. Fue un gesto que tiende a suturar heridas que todavía están abiertas, sangran y duelen.
Este lunes el diputado nacional Gioja encabezó su propio acto en memoria del General en la plaza de Villa Krause y su discurso fue llamativo. Por un lado pasó factura a los gobiernos de la provincia y del municipio. Les echó en cara que todos trabajaron para alcanzar la victoria y dio a entender que luego se alejaron de los principios del peronismo. El peronómetro, a la orden del día. Pero inmediatamente dijo que no guardan rencor y apostó por la continuidad del justicialismo en el poder en 2023.
Podría interpretarse como un discurso de mitad de camino. Con pase de factura, pero al mismo tiempo con alguna expectativa de acordar. Porque en el fondo y en la superficie Gioja y su militancia saben que Juntos por el Cambio asoma con fuerza y se favorecerá de las divisiones internas del Frente de Todos. Sucederá a nivel nacional y a nivel provincial también.
El giojismo sostiene una postura combativa en la Legislatura, marcando matices. La tensión escaló cuando fueron a la Justicia para derribar la ley que derogó las PASO. Es el mismo giojismo que todavía manda señales para sentarse a acordar. Sin embargo, los términos del entendimiento están muy lejos todavía.
Los diálogos han ocurrido a puertas cerradas, sin que trasciendan hacia afuera. No hubo punto de encuentro todavía y esto aumenta la impaciencia de la dirigencia departamental que está esperando gestos como el que hubo el sábado pasado justamente ahí en la Junta de Rivadavia, cuando Uñac hizo este reconocimiento a una línea de tiempo que trasciende las diferencias porque permitió la continuidad de políticas de Estado.
El peronismo cumplirá 20 años ininterrumpidos en el poder en 2023 y a lo largo de dos décadas ha transitado distintos desafíos. El presente podría ser el más complejo de todos. El Frente de Todos deberá enfrentar una parada difícil en un contexto nacional muy convulsionado, indescifrable. Nadie augura un repunte milagroso de la gestión de Alberto Fernández, mucho menos después de este fin de semana marcado por el cambio intempestivo de ministro de Economía.
En la vereda de enfrente, una oposición envalentonada con al menos un par de referentes importantes y competitivos: Marcelo Orrego y Fabián Martín. Vienen de una elección en 2021 muy pareja y cocinan apuestas fuertes en departamentos grandes. Prevén conservar las intendencias de Rivadavia y Santa Lucía pero también van por Capital.
Hasta en Rawson se encendió una luz de alerta para el peronismo el año pasado, porque la victoria fue por una mínima diferencia. Al PJ le están pesando las divisiones internas más que ningún referente opositor en ese municipio. Porque, de hecho, Juntos por el Cambio no tiene todavía ninguna figura de peso instalada para disputar el sillón de Villa Krause.
Señales como estas son las que evidentemente están empujando a las conducciones a hacer un llamado para bajar las armas y redireccionar el objetivo.
JAQUE MATE