Más que hablar de sí mismo, el gobernador Sergio Uñac puso coto a los apuros internos cuando el fin de semana pasado se refirió a su eventual candidatura. En una entrevista con Diario de Cuyo dijo que recién después del mundial definirá si irá o no por otro mandato consecutivo. Por lo tanto, todo aquel que tenga aspiraciones puede sentarse a deshojar la margarita con paciencia. Faltan seis meses completos para esa línea de largada que acaba de trazar el mandamás del peronismo local.

Lo interpretó con claridad el exsenador Ruperto Godoy el martes pasado en Paren las Rotativas. Cuando le preguntaron por los nombres de eventuales candidatos a intendente de Rivadavia, echó mano a la fecha puesta por Uñac. Si el gobernador no habla de lo electoral -al menos en público- también le pone un cepo a los compañeros. Habrá que moderar las expectativas y dedicarse a gestionar, aquel que tenga responsabilidades de funcionario público.

Uñac admitió en las distintas ruedas de prensa que ofreció apenas regresó de Toronto, que lo electoral forma parte de las conversaciones cotidianas tanto a nivel local como a nivel nacional, en la liga de gobernadores que comparte con sus pares de otras provincias. Nadie es impermeable a las especulaciones. Por eso cuenta sobremanera moverse con sobriedad. El menor desliz podría afectar todavía más la hipersensibilidad de una opinión pública alterada por la crisis económica. Dicho en otros términos: el horno no está para bollos.

Pero guardar un prudente silencio sobre lo electoral también le resuelve un problema interno a Uñac. O al menos, lo patea para más adelante. No revelar su estrategia, si jugará en lo provincial nuevamente o buscará un destino nacional, le permite aferrarse al bastón de mando hasta última hora. Las decisiones pasarán primero por él. Hasta entonces, el resto del espectro político seguirá orbitando a su alrededor. Los peronistas, lógicamente. Pero también la oposición.

Un escenario con Uñac candidato a gobernador será muy diferente a un escenario donde no aparezca su nombre impreso en la boleta. En el primer caso, el pocitano sabe que, posiblemente, tendrá que dar batalla legal ante alguna presentación judicial que intente bloquear su nueva reelección. 

Ya se ha explicado varias veces: desde el giojismo hasta el orreguismo coinciden en que el primer mandato de Uñac fue como vice entre 2011 y 2015, por lo tanto este periodo sería el tercero consecutivo y estaría inhibido de buscar otros cuatro años. Pero hasta tanto el gobernador no diga qué hará, todo quedará en conjeturas. Jugar con los tiempos, a esta altura, es su mejor carta.

En términos estrictos, no ha puesto fecha todavía para revelar sus intenciones. Dijo genéricamente que será después del mundial. Si la Selección Argentina llegara a la final, ese partido se jugará el domingo 18 de diciembre. Será la semana de la Nochebuena. ¿Cabría hacer un anuncio de semejante calibre en ese contexto, con la sidra en una mano y el pan dulce en la otra? Habrá biblioteca a favor y biblioteca en contra.

Un alto dirigente del peronismo lo consideró inoportuno, en una conversación reservada este miércoles. Algunos, los más conservadores, sostienen que Uñac seguirá dilatando la definición hasta el momento mismo de revelar el calendario electoral. Es altamente posible que San Juan tenga elecciones desdobladas de las presidenciales. Es decir, que aquí se vote entre junio y julio. Pero, faltando un año todavía, es menos que un borrador.

Antes sucederá el veredicto de la Justicia sobre el sistema electoral, que todavía está en veremos. El jueves de la semana que viene, el 30 de junio, la Sala IV de la Cámara Civil que debe resolver el destino de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, realizará una audiencia con los diputados del giojismo y los abogados de Fiscalía de Estado. De esa instancia saldrá el fallo. Se sabrá en lo inmediato si las PASO quedan firmes, como resolvió la jueza Adriana Tettamanti en primera instancia, o si son eliminadas como pretendió el uñaquismo en aquella polémica sesión legislativa del 16 de diciembre.

Después de la causa iniciada por el giojismo vendrá la de Juntos por el Cambio y la del Partido del Trabajo y el Pueblo. Pero es de prever que lo que resuelva la Cámara Civil en el primer caso, será anticipo de los otros dos. Así que el dilema de PASO sí o PASO no está a punto de tener definición.

Quedará, por cierto, un camino abierto para llegar a la Corte de Justicia vía recurso extraordinario. O incluso buscar la manera de ir hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Sin embargo, si la Cámara Civil llegara a ratificar lo dispuesto por la jueza Tettamanti, las PASO habrán ganado 2 a 0. Políticamente habrá movimientos acomodados para ese escenario de doble votación. Era precisamente lo que Uñac buscaba evitar.

Dicen, puertas adentro del uñaquismo, que con las PASO siempre se favoreció la oposición. Que quienes perdían en esa virtual primera vuelta se agrupaban en torno al segundo y, especialmente en los municipios, perjudicaron a los candidatos del peronismo. Sucedió en Santa Lucía cuando cayó derrotado Aníbal Fuentes con Marcelo Orrego. O en Ullum cuando Leopoldo Soler llegó por primera vez al poder gracias a estos acomodamientos.

Como fuere, que la Justicia en segunda instancia le dé el ok a las primarias podría echarle algo de claridad a un 2023 todavía muy difuso. Al menos habrá indicios sobre el sistema electoral. Luego faltará la otra gran definición, la de Uñac. Se hará esperar, no tiene apuro. El apuro en política siempre fue mal consejero.


JAQUE MATE