Seguramente la noche del 2 de julio de 2023 será recordada por Sergio Uñac como la más amarga, al menos en términos políticos. Su hermano Rubén quedó relegado al tercer puesto en el score, debajo de José Luis Gioja y del ganador, Marcelo Orrego. Fue la caída del peronismo luego de 20 años de hegemonía en San Juan. Pudo haber sido el final de la carrera del gobernador. Pero no lo fue. 

El año electoral le dio revancha a Uñac. A tres meses y medio de aquel traumático resultado se reconcilió con las urnas. El panorama nacional le sonríe. Podría enfrentarse, en pocos días más, a la tentación de ir por todo. ¿Qué significa esto? Primero hay que trazar una línea de tiempo.

Inhibido por la Corte Suprema para intentar otro mandato consecutivo, Uñac decidió jugarse a retener la gobernación a través de su hermano. No funcionó. Fue señalado por el giojismo como el responsable excluyente de la derrota histórica. Desde ahí, en la lona y mientras le contaban hasta 10 para sacarlo del ring por nocaut, decidió ponerse de pie y seguir peleando.

Probó suerte como precandidato a senador el 13 de agosto. No hubo lista de unidad con el giojismo y tuvo que volver a competir, todavía dolorido por la trompada del 2 de julio. Pero esta vez le tocó ganar. Y dos meses después, el 22 de octubre, logró lo que parecía imposible: retuvo las dos bancas justicialistas en el Senado.

No solo entró él, sino que también lo hizo la camporista Celeste Giménez, por escaso margen sobre los libertarios que habían terminado el escrutinio provisorio como mayoría. El escrutinio definitivo revirtió el orden. La repentina doble banca justicialista sanjuanina en la Cámara Alta fue noticia en Buenos Aires.

No está muerto quien pelea, dice el conocido refrán. Uñac abrochó un mandato de seis años en el Senado. En simultáneo estrechó lazos con Sergio Massa. Después del affaire de Patricia Bullrich con Javier Milei y el escandaloso culebrón de Juntos por el Cambio, las chances de Unión por la Patria se fortalecieron rumbo al ballotage.

La única verdad estará dentro de las urnas el 19 de noviembre, pero los errores no forzados del libertario y compañía solo favorecen a su rival. Quedan tres semanas. Las sorpresas pueden no haber terminado.

Fortalecido Massa, se fortalece Uñac también. El 28 de julio en el estadio de UPCN en Rawson, el candidato presidencial dijo a viva voz que quiere llevarse al sanjuanino a su gabinete. Luego la prensa porteña sugirió que su lugar podría ser el Ministerio del Interior. Por ahora es literatura, pero la cercanía entre ambos está probada.

El orreguismo tomó nota de este coqueteo y mira con desconfianza el volumen que podría adquirir Uñac a partir del 10 de diciembre. Esta fue una de las razones para elaborar el discreto pronunciamiento de neutralidad con respecto al ballotage. A muchos de ellos les resulta impensable convivir con Milei en la Casa Rosada. Pero también les preocupa la avanzada peronista.

'Uñac fue el gran ganador en función del contexto', reflexionó esta semana en Banda Ancha el dirigente peronista Mauricio Ibarra. En el mismo sentido opinó el consultor Antonio De Tommaso: 'si gana Massa, Uñac puede llegar a ser el puente entre el presidente y Orrego'. Es una mala noticia para el gobernador electo, saber de antemano que debería pasar por la aduana uñaquista cada vez que quiera llegar a Buenos Aires.

Si el orreguismo está observando con recelo este potencial escenario, también lo está haciendo el giojismo. Todavía hay que pasar el ballotage, Massa no ganó la presidencia aún. Pero quien se dedica a la política jamás trabaja para el resultado inmediato sin divisar lo que sigue. En el caso sanjuanino, será la renovación de autoridades partidarias en marzo de 2024.

Si gana el 19 de noviembre y asume el 10 de diciembre, Massa estará cumpliendo apenas sus primeros 100 días de gobierno cuando el peronismo de San Juan deba afrontar su reconfiguración interna. Hasta ahora Uñac es el presidente de la fuerza con mayor cantidad de afiliados y estructura en toda la provincia. ¿Dará un paso al costado? ¿O buscará mantenerse en la cúspide para digitar el súper bloque de casi dos tercios que tendrán en la próxima Legislatura?

No está solo en discusión la cúpula del PJ sino, fundamentalmente, quién será el interlocutor de Orrego como jefe de la oposición. Esta semana hubo marchas y contramarchas. Diario de Cuyo publicó un relevamiento con algunos intendentes que proponen que el flamante senador electo siga al frente del partido. Pero este viernes hubo una suerte de rectificación. El mismo medio tituló: 'Hay dirigentes que le recomiendan a Uñac que no lidere el peronismo', para preservar la unidad.

Efectivamente, una imposición de esta naturaleza despertaría otra vez la confrontación con el giojismo que, aún minoritario, conserva su cuota de representación interna. Sucedió en marzo de 2020 y tres años después quedó a la vista que no resolvió nada. 

'Lo que viene es un peronismo de mucho diálogo, que practique la palabra', dijo Ibarra esta semana en Canal 13. Fue una apelación a la moderación. A resistir la tentación de ir por todo.


JAQUE MATE